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“Cerrar el periódico es una situación muy dolorosa porque es el medio que dirige la opinión. Para la ciudad sería una situación lamentable, pero lastimosamente no hay la suficiente conciencia con el periódico regional, así que llegó la hora de ‘pellizcarse’”.
Con estas palabras Alejandro Galvis Ramírez, presidente del Grupo Galvis y Asociados y mayor accionista de El Liberal, dijo que se esperará hasta el próximo 15 de mayo para definir el destino del diario payanés que, según este santandereano, tiene pérdidas económicas de 300 millones de pesos anuales.
En la asamblea de accionistas que se realizó el pasado miércoles en Popayán, tanto el grupo empresarial como los socios minoritarios del periódico decidieron elegir una comisión, encabezada por el ingeniero civil Santiago Zambrano Simmonds, para que realice una cruzada por todo el departamento del Cauca con el fin de vender acciones a la ciudadanía, de acuerdo al estado financiero que arroje la casa editorial.
Sin embargo, es evidente que Alejandro Galvis, ‘el zar del periodismo en Colombia’, no quiere invertir más su dinero en El Liberal. Ha reiterado que está dispuesto a reestructurar el precio real del diario para que ingresen nuevos socios.
Galvis también manifestó su descontento por el poco sentido de pertenencia de los caucanos para leer e invertir en el diario: “Nosotros venimos invirtiendo en El Liberal desde 1989. Teníamos el 45% de las acciones y luego de varias capitalizaciones se convirtió en el 70% actual. El periódico ganó dinero solamente entre 1996 y 1998, y luego de una crisis económica en el país, no volvimos a ver sino cifras rojas”.
La misma situación vive hoy otro de sus diarios, La Tarde, de Pereira, aunque, según Galvis, es distinto: “Allá el periódico Q’hubo gana mucho dinero, y mantiene al diario tradicional”. Esa estrategia, que este grupo de medios empezó a liderar hace cuatro años y que se conoce como los diarios de los estratos populares, ha dado resultado en ciudades como Cali, Medellín, Barranquilla, Cartagena; pero no pasó lo mismo en Popayán, donde dejó de publicarse hace unas semanas, tras un año de circulación.