Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Hasta hace un mes de Luis Enrique Delgado se sabía muy poco. Que era un arquero santandereano de buenas condiciones y que llevaba varios años en el profesionalismo. Que había pasado por Atlético Bucaramanga, Real Santander, Alianza Petrolera y Real Cartagena antes de llegar a Millonarios en enero pasado.
Quienes habían seguido su carrera desde las divisiones menores del club leopardo se enteraron que de allá se fue al Deportivo Cali, en donde terminó de formarse y que después pasó por las manos de Carlos Portela y Pedro Antonio Zape, en la Escuela Carlos Sarmiento Lora.
Sus amigos más cercanos conocían a su esposa y a sus dos hijos, Gianfranco y Matías, de ocho y nueve años de edad, quienes son su adoración. Sabían que cuando niño jugaba como lateral y que llegó al arco por accidente, pues un día no había quién tapara en el equipo de la escuela de fútbol de Juan Estévez y “como era el más malito”, tuvo que pararse debajo de los tres palos, con tan “mala suerte” que por protegerse la cara de un taponazo evitó un gol y se adueñó del puesto para siempre.
Sin embargo, ahora Delgado es uno de los apellidos más nombrados en el fútbol colombiano, gracias a sus brillantes presentaciones con Millonarios. El golero, que cumplirá 30 años el próximo 26 de octubre, ha disputado los últimos cinco encuentros de los embajadores y en todos ha salido figura.
¿Está pasando por el mejor momento de su carrera?
Sí. En Alianza Petrolera me fue muy bien, estuvimos a punto de ascender, pero sin duda, por el entorno, por la repercusión y por la manera como me trata la gente, este momento es el más brillante.
¿Por qué no había figurado tanto antes?
Siempre, en todos los clubes, he tratado de aportar mi grano, de hacer mi trabajo de la mejor manera posible, de entregar todo de mí. Lo venía haciendo incluso cuando estaba de suplente. Tal vez me llegó el empujón de la suerte que necesitaba.
¿A qué atribuye su excelente nivel?
Al trabajo que vengo realizando aquí, cada semana, cada día, junto con el profesor Giovanni Velásquez, el preparador de arqueros. En Bogotá he estado contento, concentrado y muy motivado.
Y con usted en el arco el equipo comenzó a sacar resultados...
Pues mi función es darle confianza al equipo, seguridad atrás, para que los de arriba se preocupen por ser más contundentes. Ya comenzaron a verse los frutos.
¿Liga o Copa?
Estamos en una buena posición en la Copa y si hay opción de pelear título hay que aprovecharla. En la Liga la consigna es sumar todo lo que se pueda para ver si alcanza para clasificar. El jueves, ante Chicó, nos jugamos una final.
¿Realmente hay con qué dar la pelea?
Lo económico, que a uno lo agobia mucho, ya no es un problema, así que todo depende de nosotros. Confiamos en seguir mejorando y darle alegrías a la hinchada.
¿Quiere quedarse en Millonarios?
Estoy muy contento acá, porque tengo trabajo y porque mi familia está bien, tranquila. Ahora estoy jugando y por fortuna lo estoy haciendo bien, así que todo está dado para que siga, pero depende de los directivos. Tengo contrato hasta diciembre y estoy a préstamo con opción de compra (por US$200 mil). El objetivo es quedarme, pues me gustaría conquistar cosas importantes acá.
¿Qué ha encontrado de especial en Millonarios?
Sin duda la hinchada, la cantidad de seguidores en todo el país. Y, lógicamente, la repercusión mediática que tiene.
Esa hinchada lo ovacionó después del partido ante América
Y esas son cosas que a uno lo marcan. Lo que más me gusta del fútbol es ver los estadios llenos y la gente gritando, es una sensación hermosa. Por fortuna el sábado aparecí en los momentos claves y eso ayudó a que lográramos los tres puntos.
¿Despegó definitivamente Millos?
Creo que debemos seguir engranando. Las dos victorias en línea nos han llenado de confianza, pero hay que tomarlas con tranquilidad, con calma, porque aún falta mucho camino y no dimos ni siquiera medio paso rumbo a lo que queremos. Hace una semana no éramos el equipo más malo de Colombia y con seguridad hoy tampoco somos el mejor.
¿Cómo es su relación con Juan Obelar, quien era el arquero titular?
Excelente. Él es un gran profesional y una mejor persona. Me ha apoyado mucho, me ha enseñado. Ambos sabemos que si a uno le va bien, nos va bien a todos.