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Antony de Ávila batiría récord en el balompié nacional

El debut de un niño de 12 años y el regreso a las canchas de un ex futbolista de 45 confirman que no hay sueño imposible en el fútbol.

Fabián M. Rozo Castiblanco
28 de julio de 2009 - 02:04 a. m.
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En esta sociedad cada vez más agitada por diversas razones, el factor tiempo es determinante, vital si se quiere, pero de ninguna forma limitante. Al menos en el fútbol no parece serlo del todo porque en cuestión de días, a falta de una, se tuvieron dos muestras tan sorprendentes como cuestionables.

El mundo no salía del asombro con el debut profesional de Mauricio Baldivieso Ferrufino a sus 12 años de edad con el Aurora de Bolivia, cuando apenas horas después, Antony de Ávila, el legendario goleador del América, anunciaba su regreso a las canchas con 45 calendarios encima y una década de inactividad.

Ambas noticias fueron objeto de debate, tanto que al padre del niño le costó el cargo de entrenador del club de Cochabamba, al no aceptar que los dirigentes le sugirieran no alinearlo, lo que le pone puntos suspensivos a la carrera del menor, los mismos que tiene la vuelta a los gramados del Pitufo.

Futuro incierto entonces el de Mauricio, como el que también tuvieron varios adolescentes en el fútbol profesional colombiano en el último tiempo, quienes más se tardaron en estrenarse en la máxima categoría, que en refundirse rápidamente.

Tal vez el único que ha logrado mantenerse activo desde su precoz inicio es John Jairo Mosquera, quien debutó el 30 de octubre de 2002 con 14 años, 10 meses y 15 días de edad, en la victoria 3-2 de Millos sobre Huila en El Campín. El delantero reemplazó a Víctor Hugo Montaño y alcanzó a jugar 11 minutos por decisión del técnico albiazul Cerveleón Cuesta, quien consideró que “era el momento de que mostrara sus condiciones, sin importar que fuera casi un niño porque tenía fútbol y biotipo”.

De todas formas el camino del atacante ha tenido vacíos porque pese a haber probado suerte dos años después en River Plate y ser adquirido en 2006 por el Werder Bremen, no ha logrado estabilizarse ni en Alemania ni en Dinamarca, adonde fue cedido el año pasado al Sonderjysk Elitesport.

Para consuelo del jugador nacido en Apartadó, sigue al menos vigente y ahora emprende un nuevo desafío con el Unión Berlín de la segunda división teutona, mientras que en el caso de otros juveniles fue debut y despedida. Por ejemplo, Harold Romaña el 6 de octubre de 2002, con 15 años, siete meses y 25 días de edad, anotó el gol de la victoria del Huila sobre Envigado en Neiva (1-0), pero luego una lesión lo marginaría para siempre de la actividad.

Otro que se perdió en el camino y también con los opitas, aunque marchó con el registro de ser el más joven anotador del rentado, es Fernando Uribe (enero 1° del 88), que el 23 de abril de 2003 le marcó a Cortuluá en el empate a dos en el ‘Corazón del Valle’.

Basta ver ahora qué será del bogotano Luis Alarcón Moreno, el más joven en actuar profesionalmente en nuestro país con 14 años, ocho meses y 21 días, a quien Bolillo Gómez puso en el campo durante 1 minuto y 38 segundos el pasado 8 de marzo, en la victoria de Santa Fe 2-1 sobre el Pereira. El jugador, que fue utilizado por el anterior entrenador cardenal en señal de protesta por la norma sub-18, permanece en las menores albirrojas.

Pero si el capitalino todavía tiene el tiempo a su favor, el que correrá contra él será Antony de Ávila, quien reaparecería el próximo domingo con América y, de actuar frente al Pasto, se convertiría en el jugador más veterano de la historia del rentado nacional, desplazando al defensor uruguayo Julio Ulises Terra Guerra.

En la temporada 65, el charrúa jugó con 45 años y cinco meses en el Cúcuta Deportivo, mientras que el samario vuelve con dos meses más de existencia para batir el registro, seguido muy de cerca por otros cuarentones como René Higuita, que atajó hasta los 42 años con Pereira el Apertura 08; Arnoldo Iguarán, que con los 40 recién cumplidos se retiró con el Cúcuta en el 97, y el mismo Ever Chaca Palacios, que sigue en actividad con el Chicó y el pasado 18 de enero completó los 40 calendarios.

Ellos, como los juveniles que asomaron y asomarán, demuestran que la cédula no juega, y quién mejor que Alexis García para atestiguarlo, porque el DT que le da cabida a la experiencia y a la juventud por igual en La Equidad es de los que piensa que “en el fútbol no podemos hablar de jóvenes o veteranos, ni de altos o bajitos, esto es de buenos jugadores y de los que no lo son tanto”.

Por Fabián M. Rozo Castiblanco

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