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Cartagena, ciudad de contrastes, murallas, castillos, playas y comercio. Así ha sido a lo largo de la historia, pues su conexión con el Mar Caribe ha permitido que la ciudad se haya convertido en una de las principales capitales portuarias de Colombia y Latinoamérica. Las terminales portuarias no solo son piezas claves para la competitividad internacional del país, sino que, también impulsan aspectos sociales, económicos, ambientales y educativos de las ciudades donde se ubican.
En Colombia cerca del 90 % de los productos que se importan y exportan se movilizan por las terminales portuarias, es por eso por el Grupo Puerto de Cartagena (GPC), entienden la sostenibilidad como un valor corporativo diferenciador que conecta su estrategia a las prioridades globales del mercado y la humanidad. Esto permite que el GPC aporte al cumplimiento de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y a más de 70 metas, de las 169 acordadas para su cumplimiento.
Para el cumplimiento de estos objetivos y para seguir aportando positivamente al país y la ciudad, el GPC le apuesta a la eficiencia de las operaciones, la renovación de los equipos portuarios, y al progreso tecnológico, que se armonizan con infraestructuras resilientes que promueven objetivos medioambientales e iniciativas de innovación social que impactan positivamente la calidad de vida de los más vulnerables.
Eficiencia operativa e infraestructura ambientalmente responsable
El centro de distribución logístico internacional, que recientemente entró en operación, es un ejemplo de las obras que ayudaran a mitigar el impacto del cambio climático. Este espacio cuenta con un sistema fotovoltaico instalado en la cubierta de una bodega de 22.000 metros cuadrados, con 6.000 paneles, lo que permite generar energía eléctrica a partir del aprovechamiento solar.
Gracias a esto, este centro de distribución logístico logra producir un total de 2,98 millones de kilovatios hora al año. Y este es uno de los avances que más demuestra la responsabilidad ambiental que el Grupo Puerto de Cartagena tiene con el planeta, pues el ahorro anual en emisiones será de 1.101 toneladas de CO2, cifra equivalente al CO2 captado por 160.000 árboles.
La electrificación de 15 grúas de patio (o grúas RTG) ha permitido la disminución de más de 2.500 toneladas de CO2 por año, esto gracias a la sustitución de combustible Diésel por energía eléctrica de la red local. De la misma manera, con la electrificación de dos grúas móviles, se logró la disminución de más de 266 de toneladas de CO2 por año.
Además, para contribuir al bienestar del medio ambiente y para disminuir el tiempo de espera de los transportadores, el GPC cuenta con un sistema automático de ahorro para tiempos ralentí en camiones, el cual permite reducir el consumo de combustible, así como producir y almacenar energía que mitiga las emisiones al aire y por consiguiente, genera un beneficio al medio ambiente.
Infraestructuras adaptadas al cambio climático
El Grupo Puerto de Cartagena (GPC) también le apuesta a mejorar la infraestructura, no solo para garantizar la seguridad de trabajadores y visitantes, sino también para acoplarse a los cambios climáticos que por algún motivo podrían llegar a afectar a uno de los puertos más importantes del país.
Esta terminal portuaria cuenta con plataformas y muelles construidos con elevación de 2 metros, esto con el objetivo de soportar los aumentos del nivel del mar. Además, tiene una ampliación del sistema de colectores de aguas pluviales, y se han construido nuevos sistemas de drenaje para enfrentar inundaciones y precipitaciones intensas.
El puerto también posee una serie de protocolos y planes de emergencia ante posibles tormentas tropicales y huracanes, y se ha venido trabajando en la profundización del canal de acceso a la bahía de Cartagena. Para lo cual fue implementado un plan de manejo y dragado del canal y monitoreo permanente de profundidad para enfrentar la sedimentación; para este trabajo fueron reubicadas y salvadas más de 8.725 especies de flora y fauna.
Un Puerto verde que le apuesta a la biodiversidad
Siendo conscientes de que el futuro depende de la relación actual que las industrias tienen con el medio ambiente, el GPC cuenta con sistemas de reaprovechamiento de agua con recolección de aguas lluvias, bodegas con iluminación y ventilación natural y más de 10 hectáreas con áreas verdes dentro de las terminales.
Además, en el puerto hay 46 vehículos eléctricos para transporte interno en ambas terminales, SPRC y Contecar, y hay habilitados 47 puntos de carga. Esto debido a que el Puerto de Cartagena no solo es un pilar económico para la ciudad y el país, sino que también es un epicentro de conservación de especies de fauna silvestre, nacimiento de especies en peligro de extinción
Razón por la cual este lugar también funciona como centro de investigación y educación en cultura y biodiversidad, que cuenta con más de 436.000 visitantes de cruceros que generan divisas a la economía local y nacional por más de $65 millones de dólares. Esta serie de esfuerzos permitió que la Comisión Interamericana de Puertos (CIP) y la Organización de los Estados Americanos galardonaran al GPC como Puerto de Destino Turístico Sostenible.
Innovación social, educación y ciudades sostenibles
Desde hace más de 16 años, el Grupo Puerto de Cartagena contribuye a la transformación y desarrollo de la ciudad a través de programas de desarrollo social, diseñados y gestionados por la Fundación Puerto de Cartagena.
Estos proyectos, enfocados en el desarrollo educativo y social de la ciudad han impactado a más de 89.032 personas de siete barrios de Cartagena. La educación complementaria desde la primera infancia hasta la edad adulta y la innovación pedagógica y tecnológica en la educación formal, son parte fundamental de la estrategia innovadora en educación para contribuir con una mejor calidad de vida de las familias que residen en comunidades vecinas al GPC.
Con el ánimo de reducir los riesgos ambientales de inundación, Contecar realizó la intervención del Canal de Ceballos a través de una limpieza integral en su desembocadura que logró la recuperación de las condiciones de navegabilidad del canal, beneficiando a los pescadores vecinos que lo emplean para acceder a la bahía.
La recuperación paisajística que le devolvió a la ciudad un canal con una ronda “verde”, logró combatir su anterior problemática social y ambiental como consecuencia de la inseguridad y la cantidad de residuos.
Este texto hace parte del gran especial de aniversario de los 135 años de El Espectador, que analiza cómo podemos tener un futuro más sostenible. Encuentre aquí el especial completo.