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La Gran Convención Liberal, reunida en Ibagué el 29 de marzo de 1922 bajo la orientación del prestigioso General Benjamín Herrera, jefe entonces de su partido, acordó por unanimidad recomendarles a los liberales que apoyaran resueltamente la obra de fundación de la Universidad Libre para educar a todos los jóvenes colombianos en los postulados de la sana y libre crítica. Para conmemorar esa efeméride se darán cita en la noble capital del Tolima amigos, colaboradores y admiradores de esa colosal obra cultural.
La Universidad Libre venía gestándose años atrás, durante los cuales recibió decidido respaldo y contribuciones materiales en variadas cuantías de muchos colombianos de diferentes regiones entusiasmados con la idea de su creación, particularmente porque ella beneficiaría a los jóvenes de todas las condiciones sociales y económicas. Tal propósito cultural y social tenía claras correspondencias con los postulados de una ideología llamada siempre a estar a la vanguardia de los mejores intereses populares y del progreso nacional.
Marcaría así la Universidad Libre un definido contraste con otras formas de educación que venían impartiéndose tradicionalmente en el país. Claramente se excluiría de sus aulas todo sentimiento de sectarismo y se ceñirían invariablemente sus programas a la libre cátedra y a la libre investigación científica.
Del desastre humano y de la humillación infringida a la dignidad nacional por el fraccionamiento de su territorio en Panamá en 1903 no se recuperaría jamás Colombia. Sin embargo, todo ello abriría un proceso de hondas reflexiones sobre la manera como deberían conducirse los colombianos para encontrar los mejores caminos para sanar tan hondas heridas.
De esas consideraciones surgió en el liberalismo de 1922 la idea de ver en la educación libre de la juventud, y ya no en la guerra como hasta entonces el país todo, el mejor o único camino para el bien de la patria. Con ese alto propósito surge la Universidad Libre que finalmente abre sus puertas con la generosa colaboración de muchísimos docentes que le han prestado desde los primeros días su concurso desprendido y responsable para educar a millares de jóvenes que han pasado por sus aulas en un esfuerzo académico ininterrumpido durante los últimos cien años.
La Universidad se ha preocupado siempre por impartir además una óptima educación en todos sus programas y por ello, y con el apoyo decisivo de todos sus estamentos, directivos nacionales y regionales, estudiantes, docentes, egresados y personal administrativo, ha logrado mantener los altos niveles que se propuso alcanzar desde su creación. Obtuvo por ello su reconocimiento oficial como institución superior de alta calidad multicampus en el 2016 y ahora, en el año 2021, y para entrar con paso académico firme a la segunda centuria de su vida, ha alcanzado la reacreditación en esas mismas calidades durante varios años más.
Unilibre tiene claro que el camino a la excelencia en que desde siempre se empeña con la resuelta colaboración de todos ha sido y seguirá siendo una constante y por ello los esfuerzos en esa dirección continuarán como preocupaciones cuotidianas y colectivas en su ámbito.
La Universidad Libre, que se originó en Bogotá, con el tiempo y en su empeño de abarcar al mayor número de jóvenes de diferentes regiones del país y beneficiarlos con una variedad grande de programas, ha ido abriendo unidades académicas en distintos puntos del país y es así como hoy dispone de una muy amplia cobertura para sus más de 30.000 estudiantes, matriculados en los más variados programas de pregrado y de posgrado, distribuidos por prácticamente toda la geografía del país en sus Seccionales de Cali, Pereira, Barranquilla, Cartagena, Cúcuta y El Socorro, además de su Seccional de Bogotá, donde también educa en un importante colegio público a más de mil niñas y niños.
En la celebración de sus primeros cien años la Universidad Libre quiere rendir justo homenaje de gratitud a la memoria de sus precursores, fundadores y a los continuadores de ese meritorio esfuerzo cultural y quiere sobre todo ver en esa conmemoración la posibilidad cierta para ensanchar aún más su horizonte en su promisorio porvenir para consolidar en esa forma su inalterable meta de educar siempre en libertad para la justicia y la paz.
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Este texto hace parte del gran especial de aniversario de los 135 años de El Espectador, que analiza cómo podemos tener un futuro más sostenible. Encuentre aquí el especial completo.