“Nairo es la joya del ciclismo mundial”: Eusebio Unzué

El mánager de Movistar dice que el boyacense es osado y ambicioso, atributos sólo de los grandes. “Este será el año de su consolidación”, dice.

Olga Lucía Barona Torres
05 de febrero de 2017 - 02:03 a. m.
Eusebio Unzué, junto al ciclista colombiano Nairo Quintana, cuando ganó el título del Giro de Italia.  / Prensa Movistar
Eusebio Unzué, junto al ciclista colombiano Nairo Quintana, cuando ganó el título del Giro de Italia. / Prensa Movistar

Siempre se dice que detrás de un gran hombre hay una gran mujer. Y a pulso que es verdad. Pero esta es la historia de un gran hombre que está detrás de los éxitos de nuestro gran Nairo Quintana. Eusebio Unzué, un español de 61 años, simpático, divertido, buen conversador y con 38 años de experiencia en el ciclismo profesional, el mismo que estuvo en la época dorada de Banesto, con los cinco Tour de Francia consecutivos ganados por su compatriota Miguel Induraín.

Sí, es el flamante mánager general del Movistar Team, quien desde hace seis temporadas le echó el ojo a Nairo y lo ha llevado al curubito del ciclismo mundial, al ganar el Giro de Italia y la Vuelta España. El pendiente, claro está, es el Tour de Francia, su gran desafío de la presente temporada, del que ya fue segundo y tercero.

Desde Pamplona, sede del equipo, Eusebio atendió a El Espectador.

¿Por qué elegir en el calendario de Nairo Quintana el Giro de Italia y Tour de Francia y no Vuelta a España?

Entre otras cosas, porque siguen siendo dos grandes objetivos también. Después de hablar con los preparadores se ha considerado que hacer antes el Giro puede ser beneficioso. Es verdad que al propio Nairo le hacía mucha ilusión esta carrera, al fin y al cabo fue su primera grande. Tampoco es que nos guste mucho repetir cada año los mismos calendarios. Incluso, por motivos que hemos podido comprobar, lo mejor de Nairo lo da cuando corre la segunda gran vuelta.

¿Por qué dice que este es el año de la consolidación de Nairo?

Primero, porque por la edad comienza a llegar a lo mejor. Por su madurez física, esa acumulación de experiencia en cuanto a correr con ese nivel de responsabilidad. Por todo ese tipo de razones, aunque aquí nunca se deja de aprender, comenzaremos a disfrutar del mejor ciclo de Nairo.

El año pasado Nairo tuvo un problema de alergia en el Tour por culpa del polen. ¿Este año esto será controlado?

Es verdad que no podemos asegurar al ciento por ciento que su afectación hubiera sido por este motivo, lo que sí es cierto es que en el Tour hubo una serie de días en los que Nairo no fue el habitual. Si por algo se caracteriza es por su regularidad. En 21 días el cuerpo está expuesto a tantísimas cosas, es que es casi hasta extraño que no suceden cosas más raras. Son cosas que forma parte del ciclismo, ellos no son una máquina ni un reloj.

¿Cuál es el centavo que le falta al peso para ganar el Tour de Francia?

Es un evento que se celebra una vez al año y en el que están los mejores del mundo. Y Nairo ha tenido la mala suerte de compartir un ciclo con el gran dominador de estos últimos cinco años como lo es Chris Froome. Le ha tocado su gran ciclo, pero también que Nairo sigue madurando, ha estado muy cerquita, incluso un año estuvo hasta más fuerte que Froome, pero entendemos que el paso del tiempo juega a favor de Nairo: tiene que seguir progresando, madurando, cada año va a ser más competitivo y capaz.

¿Y además tiene cuerda para ganar más de un Tour?

Si algo nos ha demostrado en los últimos años es que es un hombre al que en las carreras de resistencia le va fantástico. A otras personas les hace ser menos competitivos, pero Nairo afortunadamente tiene una gran capacidad de recuperación y de asimilar esos grandes esfuerzos. Si analizamos un poco todo lo que ha ocurrido, no se ha bajado del podio. Es el mejor o está muy cerca del mejor. Y ese es un dato que nos hace pensar que a corto y mediano plazo es un potencial vencedor.

¿Qué tiene Froome que no tenga Nairo?

Froome es un hombre muy completo, por eso es que es difícil de derrotar, al margen de que tiene un gran equipo. Nos ha demostrado que es un excelente escalador e impecable en la crono. Hay una importante diferencia entre él y el resto de los especialistas de carreras de tres semanas.

¿Pero Nairo ha mejorado en las cronos?

No es un gran especialista, pero es un hombre que cuando se encuentra en un gran estado físico y se está jugando un título, encima de la bicicleta se transforma y nos ha dado auténticas sorpresas. El entrenamiento le ayuda a mejorar, pero Nairo es consciente de que hoy por muy poquito se puede ganar y perder un título.

¿Y lo potencia con su fuerza mental?

Está claro que eso forma parte de su genética. Es envidiable la ambición y fortaleza de Nairo. Es un hombre que con la ayuda de sus resultados, cada vez se siente más capaz, más seguro de sí mismo. Es importante ser osado sin perder la cabeza.

Pero además se le ve más conversador, más maduro...

La esencia nos marca a todos: Las experiencia, sus puntos de sabiduría, su reflexión... está claro que de algún sitio viene, pero sobre todo es muy importante la seguridad que uno encuentra conforme van pasando los años, repitiendo situaciones complicadas. Como le ocurrió el año pasado, que se echó la mochila de la responsabilidad diciendo que ganaba el Tour, todos lo apuntamos como favorito. Para eso también hay que tener una cierta experiencia y aprender.

¿Cuál es la principal diferencia de Nairo con Lucho Herrera o Fabio Parra?

Con todo el respeto y la pena de no conocerlos en las mismas condiciones creo que Nairo es un corredor más evolucionado, osado y que acumula mucha experiencia a sus 27 años.

¿Qué le vio a Nairo para echarle el ojo y llevárselo a las filas de Movistar?

Las cosas que hacía. Era muy evidente, no hubo necesidad de esperar, de imaginárselo no de ser mago. Cada oportunidad que él tenía de demostrar lo hacía y estaba ante los ojos de todo el mundo. He sido un privilegiado y un afortunado de haber gozado de su confianza. Y ya llevamos seis temporadas trabajando juntos.

No sea modesto. Usted también estuvo detrás de los triunfos de Miguel Induraín.

Pero son los mismos ojos que con otros corredores no me ha ido tan bien. En el caso concreto de Nairo, era muy evidente. Estamos seguros de que pudimos ayudarle a descubrir esta profesión y junto a esa gran calidad que tiene, todos hemos salido beneficiados. Y esa capacidad de ilusionarnos, nadie se la cuestiona.

¿Cuál es su secreto para mantenerse vigente por casi cuatro décadas en el ciclismo profesional?

He tenido siempre el privilegio de estar en estructuras fuertes, llenas de profesionales y respaldadas por grandes patrocinadores, que nos han dado la confianza y el presupuesto, además de tener la suerte de encontrar a corredores que nos han entregado su confianza para juntos triunfar. Hasta el día de hoy van a ser 38 años en el campo profesional. Tampoco es que tenga la varita mágica, sólo soy un hombre muy optimista, con la capacidad de ilusionarme cada año.

En Movistar también están los colombianos Carlos Betancur, Wínner Anacona y Dáyer Quintana. ¿Qué papel cumplirán en esta temporada?

Son corredores más complementarios, con la importancia que tienen y en diferentes momentos del año. Con Betancur hay un pulso por intentar recuperarlo para este deporte y conseguir con él grandes resultados, partiendo de la gran calidad que tiene. Aunque no está resultando fácil, pero vamos paso a paso.

¿Qué tiene el equipo Movistar para llevar cuatro temporadas siendo el número uno del mundo?

La suerte de haber tenido dos grandes líderes como Alejandro Valverde y Nairo Quintana, así como un grupo de corredores que van por los mismos objetivos, tener regularidad y un gran patrocinador.

En su momento, ¿hubo alguna diferencia en el interior del equipo cuando se cambió a Alejandro Valverde de líder de equipo para dárselo a Nairo?

No, en absoluto. Son líderes que juntos nos hacen grandes. La temporada es tan larga y con tantos objetivos importantes, que podemos repartirla para las ambiciones de cada uno. Llega un momento en que el alumno adelanta al profesor. Nairo vio de Alejandro qué es correr con la responsabilidad de un líder. Nairo lo ve como un gran compañero y maestro. Es una suerte tener esta disposición del uno para el otro. Es vital.

¿No le encantaría tener en su filas a un embalador de las calidades del colombiano Fernando Gaviria?

Es el sueño de todos los que no lo tenemos. Pero el equipo nuestro históricamente, desde 1980 que comenzamos, tiene un modelo de ciclismo con carreras de una semana y especialmente las grandes vueltas. Entonces el perfil de nuestros competidores normalmente es en función de este tipo de competencias. Nunca hemos tenido especial privilegio por los embaladores. Pero estoy seguro de que Fernando en los próximos siete años va a ser uno de los tres mejores del mundo en esta especialidad. Está en el equipo ideal y le deseo suerte.

¿Qué balance hace de su paso por Colombia?

Me ha tocado vivir de cerca el ciclismo colombiano, que es una maravilla. Siempre he tenido una muy buena relación y como consecuencia de ello es que en pocos años ha faltado un corredor colombiano en nuestra estructura. Con el nacimiento de Telefónica-Movistar, el equipo filial en su país, montamos toda la estructura, pero no pude estar allí más de dos años, porque me era imposible compaginar con mis obligaciones en Europa. Pero lo que sí digo es que hay una parte de mi corazón muy colombiano. Comparto vida deportiva con un crack, Nairo. Creo que hasta ya pienso en colombiano.

¿Sigue el dopaje asediando al ciclismo?

Es verdad que tuvimos un ciclo realmente muy triste, pero afortunadamente creo que ya hemos pasado los últimos años a un mejor panorama, gracias a la labor de la UCI y a los propios equipos. Y regresamos a la brillantez y a la decencia que merecía el ciclismo.

Con su buen olfato para descubrir talentos, ¿ya le echó el ojo a la próxima joya del ciclismo mundial?

Actualmente la estoy disfrutando. Esa joya es Nairo. Cuando tenga 30 o 32 años, entonces empezaremos a buscar la nueva joya. Pero por ahora no hay duda de que es Nairo.

¿Cómo definiría a Nairo?

Osado y ambicioso. Es parte de su carácter y es una consecuencia de la seguridad que tiene de sí mismo, un atributo sólo de los grandes.

Por Olga Lucía Barona Torres

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