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No fue fácil el retiro: Santiago Botero

El antioqueño es ahora el gerente del equipo Orgullo Paisa e imagen de la Ruta Colombia, cuya Parada del Café se disputará mañana.

Theo González Castaño, Laura Ballesteros
11 de octubre de 2014 - 01:28 a. m.
El exciclista antioqueño Santiago Botero, hoy con 41 años, fue campeón mundial de la contrarreloj. / Luis Ángel - El Espectador
El exciclista antioqueño Santiago Botero, hoy con 41 años, fue campeón mundial de la contrarreloj. / Luis Ángel - El Espectador
Foto: LUIS ANGEL

Muchos recuerdan a Santiago Botero por haberse coronado campeón en la prueba contrarreloj del Mundial de Ciclismo de Bélgica de 2002 y por sus destacadas actuaciones en las grandes carreras de Europa, como el Tour de Francia, donde se llevó el primer lugar en la montaña, y algunas victorias de etapa en la Vuelta a España.

Sin embargo, pocos saben que la pasión por la bicicleta comenzó como un hobby universitario y que la entrada a su primer equipo profesional europeo, el Kelme, se dio casi por accidente y terquedad.

Ahora, cuatro años después de su retiro, este administrador de empresas de la Universidad Eafit cambió los pedales por la gerencia del equipo antioqueño Orgullo Paisa y se vinculó como imagen a la Ruta Colombia, un evento que busca generar espacios para la práctica del ciclismo recreativo y cuya Parada del Café se realizará mañana, con la asistencia de más de 1.500 ciclistas recreativos que recorrerán 170 y 100 kilómetros en la segunda versión de este gran fondo que comienza y finaliza en el Parque Nacional de la Cultura Agropecuario (Panaca), en Quindío.

Se retiró hace cuatro años, ¿cómo fue ese día?
Después de correr los Suramericanos de Medellín en abril de 2010, pensaba hacer la Vuelta a Colombia. En ese lapso me fui a mi finca, me picó un mosquito y contraje dengue, entonces me cansé de pelear por la salud, porque sobre la bicicleta uno tiene que estar perfecto y un dengue me ponía por ahí dos meses a luchar. Tomé la decisión, me retiré y me vinculé al equipo Orgullo Paisa, y en mi primera Vuelta a Colombia como técnico cometí el error de consultarle a mi señora el deseo de volver y me dijo: “Ni se le ocurra. Yo nunca le dije nada durante 20 años y ahora que tomó la decisión ni se le ocurra volver”.

¿Por qué su esposa no quería que volviera?
Porque al final ya estaba muy angustiado, agobiado, me estresaba con todo, tenía que cuidarme mucho de la comida y comía más y me daba mal genio.

¿Qué tanto ha cambiado su vida desde entonces?
No fue fácil el retiro. Tomé la decisión sobre todo porque había perdido la motivación; en la medida que uno no haga su trabajo con pasión, tiene que pensar en el adiós. Me gustaba montar, pero no ponerme un número en la espalda, ni competir, y todo el mundo quería que ganara. A eso se le sumaban mis tres niños y que estaba asumiendo muchos riesgos de salud. Me tocó irme abriendo espacios en otras cosas, dando conferencias de mi vida con conceptos de administración.

¿Qué hace hoy?
Una vez me retiré me vinculé al equipo Orgullo Paisa, que tiene 20 años de tradición, en la parte técnica. Luego me pasaron a la parte administrativa y ahora mi labor es conseguir recursos, administrarlos y gestionarlos. El equipo forma a 300 niños y cuenta con 20 corredores profesionales. Realmente es una empresa bonita porque te da la garantía de que surgirán más ciclistas como Sergio Luis Henao, Sebastián Henao o Rigoberto Urán. También estoy dictando conferencias enfocadas a lo que estudié, administración de empresas, y las relaciono con el tema motivacional, fuerza de ventas y mi historia.

¿Qué ha sido lo mejor del retiro?
Que no me toca cuidarme con la comida y ya no soy tan ansioso con el tema, estoy más tranquilo.

¿Cómo recuerda el día que se coronó campeón mundial de la contrarreloj?
Tenía todas las ganas y la intención porque el año anterior había quedado tercero, pero no estaba en forma, me encontraba más pesado y medio resfriado; sin embargo, tenía el convencimiento de que podía conseguir una medalla. Lo bonito de ese título fue que no esperaba que pudiera ganar, no me lo imaginaba; sabía que iba a hacer una buena crono, pero no ganar.

¿Cuál ha sido su mayor fracaso?
Competencias, muchas. Tal vez mi primera carrera, la Vuelta a Mayorca. Llegué a Europa con toda la ilusión y no terminé. Fue frustrante porque pensaba que era bueno.

¿Qué lo motivó a seguir?
No sé, la terquedad. Yo llamaba a la casa y me decían: “dele tiempo, no se apresure”, y terminaba un año y pasaba otro y seguía, veía la evolución, pero no ganaba, hasta que ya vencí la primera vez, como al segundo o tercer año, y me ilusioné.

¿Cuál fue la peor lesión en la bicicleta?
Fue en el Tour de 2000, se me bajó la silla y yo iba en la montaña, cambié el pedaleo y me dio una tendinitis. No me podía retirar porque iba de líder de la montaña, iba sexto, había ganado etapa y faltaban como cinco días. A duras penas estiraba el pie, no podía ni caminar y no sé cómo acabe; estuve a punto de que se me reventara el tendón femoral.

¿Cuál es su definición del ciclismo?
Un deporte amable con el cuerpo. Es fácil de practicar a cualquier edad, sin riesgo para las rodillas, la cadera, la espalda. Muy saludable porque no es el trote, que es más agresivo. El ciclismo es una cultura, una forma de vida.

¿Cómo ve el momento del ciclismo colombiano?
Es un buen momento porque los corredores que están en el exterior se encuentran entre los más destacados del mundo. El país está ranqueado entre los cinco mejores, a pesar de que Colombia es un país que no está desarrollado, como Francia, Italia, Estados Unidos y España. Ahora todos los equipos quieren tener un corredor colombiano que les dé show, espectáculo, que ataque.

Si Colombia no está al mismo nivel, ¿cuál es el secreto de los corredores colombianos?
Algo genético, es su físico, su fisionomía, la panela, el terreno, la altura, las montañas, toda esa combinación hace que en Colombia salgan corredores de mucho talento.

Lo vimos como comentarista en el último Giro de Italia. ¿Qué tal esa nueva faceta de periodista, le quedó gustando?
Me invitaron a comentar y acudí feliz al llamado. Dio la casualidad que Nairo ganó, Colombia sumó su segunda gran vuelta y eso me permitió tener gran acogida. A la gente le gustaban mis intervenciones con comentarios técnicos porque los periodistas de las trasmisiones deportivas muchas veces se limitan sólo a narrar.

Del semillero de ciclistas, ¿a quiénes resalta?
Carlos Betancur es un corredor de clase, bueno, que ya ha hecho cosas grandes. Ahorita Miguel Ángel López, que acaba de ganar el Tour del Porvenir. Hay muchos. En el quipo tengo 300, niños y niñas, y otros 30 en la categoría más alta, y de ahí voy sacando.

¿Por qué no hay apoyo para el ciclismo femenino colombiano?
La Federación no sabe hacer el calendario para las mujeres. El ciclismo élite masculino tiene todo el espacio y el de mujeres debe crearse. Además, no es lucrativo y es costoso, pero hay que hacerlo.

¿Cree que ganaremos el Tour de Francia?
Sí, tengo la esperanza. Para mí, en la historia del ciclismo colombiano, el corredor que tiene más posibilidades, sin aseverarlo, puede ser Nairo Quintana.

¿Quién es el mejor ciclista de toda la historia?
Eddy Merckx, porque era un ciclista que te ganaba en la ruta, en la pista... Le decían el caníbal porque se ganaba todo.

Por Theo González Castaño, Laura Ballesteros

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