"Deberían imitar a Nacional": Reinaldo Rueda

El Espectador recuerda esta entrevista al técnico vallecaucano que se coronó campeón de la Liga Águila y el año pasado conquistó la Copa Libertadores de América.

Luis Guillermo Montenegro - lmontenegro@elespectador.com
19 de junio de 2017 - 02:23 a. m.
Reinaldo Rueda levanta la Copa Libertadores de América que ganó el año pasado con Atlético Nacional. / AFP
Reinaldo Rueda levanta la Copa Libertadores de América que ganó el año pasado con Atlético Nacional. / AFP

La sencillez de Reinaldo Rueda llama la atención. Por más de que sea el mejor técnico colombiano del momento, campeón vigente de la Copa Libertadores de América y nominado a final del año anterior como uno de los mejores entrenadores del mundo, no cambia su manera de ser. Y eso lo aprendió en Alemania, en donde se formó como DT. Allá se dio cuenta de que en un club es tan importante el presidente como el utilero, más allá de su jerarquía. Y que afuera de los clubes y de los estadios, todos son iguales. En este diálogo con El Espectador, el vallecaucano de 59 años se refirió a su experiencia con el cuadro verdolaga. Recordamos esta entrevista a propósito de una nueva conquista de Atlético Nacional, club que se metió en el corazón de Reinaldo y él en el de muchos de los hinchas del verdolaga.

¿Cuál ha sido el momento más feliz de su vida?

El nacimiento de cada uno de mis tres hijos. Alejandra, Carolina y Juan David. Eso no se compara con nada de lo que he logrado como profesional.

¿Y el más difícil?

La muerte de mi padre. No había tenido esa experiencia de ver partir a alguien cercano y es algo muy duro. A él le agradezco todo lo que soy, intentaré aportarles a mis hijos todo lo que él me supo dar a mí.

¿Cómo se describiría?

Como una persona tranquila, trabajadora y familiar.

En la raya se ve como un hombre tranquilo, pero estricto. ¿Así es en su casa?

Sí, muy parecido. Trato de ser muy analítico y reflexivo con cada situación que se presenta.

¿Cómo es su relación con sus hijos?

La situación de la profesión me ha enseñado a disfrutarlos. El tiempo que comparto con ellos no es mucho, pero sí muy provechoso. Mantengo un equilibrio, marcándoles pautas, pero dándoles gusto. Todo lo que pienso que sea para el bien de ellos, lo hago.

¿Cuál ha sido el técnico que más ha admirado?

Una persona que significa mucho para mi carrera desde mis inicios es Carlos Alberto Parreira.

¿Cuál jugador lo ha marcado a lo largo de su vida como DT?

Son muchos jugadores, pero para mí, por la relación y el afecto que le tengo desde que lo conocí cuando tenía 14 años, Mario Alberto Yepes. Vi todo su proceso y me alegra ver todo lo que logró. Él aprendió de mí y yo de él.

¿Todo lo que ha vivido con Nacional lo ha sorprendió, o lo había visualizado de esta manera?

Cuando tomamos la decisión de volver a dirigir a Colombia, sabíamos que Atlético Nacional era un equipo ideal para hacerlo porque veníamos a reemplazar a Juan Carlos Osorio, quien había dejado una estructura importante y la nómina de jugadores era de gran calidad. Pero hemos superado las expectativas, porque no era fácil, había mucho escepticismo y en el primer semestre no nos fue bien, hubo crisis de entrada y no sabíamos cómo iba a reaccionar el grupo. Pero ha sido algo extraordinario, nos hemos ganado la credibilidad y la confianza de todos.

¿Qué tiene Nacional de especial? ¿Por qué ha llegado a ser el mejor de Colombia, de América y de los más destacados en el mundo?

Desde que la Organización Ardila Lülle compró Atlético Nacional, este equipo se comenzó a manejar como una empresa grande, se empezó a formar una infraestructura muy sólida y creo que todo lo que se está cosechando ahora es producto de lo que se viene sembrando desde hace un tiempo. Acá en Colombia creen que a Nacional la plata le sobra y que hay hasta para tirar al cielo, pero no, realmente todo se rige a un presupuesto. Por ejemplo, en el primer semestre que dirigí, quedamos fuera de la Copa Águila y por no haber pasado a la final, dejamos de percibir dos taquillas que significaban una cifra grande. En ese momento me avisaron que por no haber avanzado en esa Copa, el presupuesto bajaría para el semestre siguiente. Y ese es sólo un ejemplo. Acá están trabajando personas de mucha calidad y todo lo que se gana es gracias al trabajo de todos.

¿Se imagina una liga colombiana con varios equipos manejados como Nacional?

Sería espectacular. En Colombia deberían imitar a Nacional. Así como acá siguen los parámetros de un equipo como el Pachuca de México y de otros clubes grandes de Latinoamérica, los clubes del fútbol colombiano deberían copiar el modelo nuestro. El control de calidad de la Organización Ardila Lülle es impresionante. Es que muchos no han entendido que esto es un deporte, pero hay que tener detrás un modelo de negocio. Hay que hacer una infraestructura que garantice espectáculo, darles todos a los jugadores para que sólo se tengan que preocupar por jugar. No es cuestión de dinero, sino de organización.

¿La Liga de Colombia es pareja por lo bajo o ve un alto nivel?

La Liga colombiana es muy dura. Los entrenadores colombianos trabajamos muy bien. Muchos logran armar conjuntos muy bravos con jugadores con mucho talento, pero sin experiencia. Creo que el nivel de acá es tan alto, que en los últimos años los equipos colombianos se han destacado a nivel internacional. Actualmente los dos campeones continentales son colombianos: Santa Fe y Nacional.

¿Qué tan diferente es el Reinaldo que llegó a Nacional al de hoy, que ha ganado tres títulos?

La verdad es que he aprendido mucho acá. Llevaba 13 años sin dirigir clubes en Colombia y nunca había tenido la oportunidad de estar al frente de un equipo que disputara varios torneos al tiempo y tuviera la obligación de ganarlo todo. He aprendido sobre todo de la parte organizacional y de este modelo que utiliza Atlético Nacional. Siento que he crecido como persona y como profesional.

¿Qué prefiere: ser DT de club o de selección?

El estatus de seleccionador nacional es único, es una dignidad, algo de mucho orgullo. He tenido las dos experiencias y creo que se respeta más a un seleccionador por la posibilidad de ir a un Mundial. Además, el trabajo puede ser de mayor calidad por el tiempo y el espacio que hay para trabajar cada partido. Acá hay partidos muy seguidos, tres torneos simultáneos, algo muy agotador y desgastante. Si para los jugadores es duro, para uno que carga con el estrés y la tensión, es peor.

 

 

Por Luis Guillermo Montenegro - lmontenegro@elespectador.com

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar