“Es como si hubiera nacido en Santa Fe”: Gustavo Costas

El entrenador argentino comenzará este viernes la pretemporada con Independiente Santa Fe. Antes de viajar a Bogotá, le abrió las puertas de su casa en Buenos Aires a El Espectador y habló de su amor por el equipo albirrojo y de sus planes para este año 2017.

Daniel Avellaneda, Buenos Aires
06 de enero de 2017 - 05:07 a. m.
Gustavo Costas, técnico de Santa Fe, en su casa en Benavídez, Buenos Aires. / Santiago Amorós
Gustavo Costas, técnico de Santa Fe, en su casa en Benavídez, Buenos Aires. / Santiago Amorós
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Giuliana quiere jugar a las cartas, ir al parque de diversiones y nadar en la piscina. Desea todo en simultáneo, con la lógica de una niña de 7 años que aprovecha cada minuto de su papá. “Es que nos vimos poco estos últimos meses porque no quería cambiarla de colegio. Ahora se van a venir a vivir conmigo a Bogotá”, cuenta Gustavo Costas. Habla de su esposa, María Virginia, y de su bebé, Joaquín, que ya se anima a dar los primeros pasos y hasta a patear la pelota, como lo hizo su padre en pantalones cortos. Federico, el mayor, también lo acompañará en su rol de preparador físico alterno. Gonzalo, que tuvo un breve paso por el Expreso Rojo, irá a visitarlos. Cae la tarde en Benavídez y el técnico campeón del fútbol colombiano le abre las puertas de su hogar a El Espectador. Lo hace 24 horas antes de regresar a la capital y empezar la pretemporada con Santa Fe. Un equipo renovado, con cinco refuerzos y a la espera del regreso de Pacho Meza, uno de los futbolistas preferidos del DT de 53 años.

“Estamos bien, arrancamos el viernes (hoy) y desde el sábado nos concentraremos doce días en Tenjo. La primera etapa está enfocada en ganar la Superliga. Nos reforzamos en la zona de la cancha en la que más nos costó, de tres cuartos en adelante. En la parte defensiva no teníamos problemas. Llegó Henao, espero que vuelva Pacho y con Tesillo, Moya y Urrego estamos completos. Nos renovamos porque queremos seguir llevando a Santa Fe hasta lo más alto”, cuenta Costas, con el mate en mano, esa bebida bien autóctona de los argentinos, mientras Pepa, una diminuta perra raza Yorkshire, salta a su alrededor.

Este 2017 deberán afrontar cuatro competencias. ¿Cuál es la prioridad?

La Libertadores es el torneo más atractivo. Y hay una ventaja en ese sentido. Al cambiar su formato y terminar a fin de año, no habrá que descuidar tanto el campeonato local. Para los equipos sudamericanos es muy importante ganar la Copa. Y hay que prepararse para conquistarla.

¿Stracqualursi es el goleador que le hacía falta a Santa Fe?

A Denis lo conocía el Moncho (Pablo Fernández) de Gimnasia. Después, lo enfrentamos cuando yo dirigía Barcelona y él jugaba en Emelec. Es un jugador que me gusta mucho, el "9" que necesitamos, fuerte, de área.

¿Y José Valencia? Pelusso y Alexis García no lo quisieron en el plantel.

El Trencito es uno de esos desafíos que me gustan como entrenador. Quiero que vuelva a brillar como en Argentina. Acá anduvo bárbaro. Hablé con (Wálter) Perazzo, que lo tuvo en Olimpo, y me habló muy bien. Si lo recuperamos, Valencia es un jugador que nos va a dar mucho.

Ganó la Suruga Bank y el torneo colombiano con un equipo que usted no había armado. Ahora puede elegir los jugadores. La vara está alta.

Es cierto, por eso digo que este último campeonato que gané es el que más disfruté. Fue difícil, tuvimos que trabajar mucho, agarramos al equipo a mitad de camino, había que jugar cada tres días. Los jugadores no estaban bien físicamente. Nos afectó mucho el traspié con Cerro Porteño, fue un mazazo muy grande, pero a partir de ese momento tuvimos una racha impresionante, con 15 partidos invictos.

Cualquier técnico preferiría tener un plantel numeroso por la cantidad de torneos que tiene que disputar Santa Fe, pero usted limpió a varios jugadores.

Por más que tenemos muchas competencias, yo prefiero tener un plantel de calidad y no de cantidad. Teníamos muchos jugadores, pero necesitábamos depurar el plantel, cambiar arriba. Lo hablamos con el presidente y así fue.

¿Ómar Pérez no se toca?

El Pelado está ahí… Su aporte es valioso, es un referente muy querido por la gente, tiene mucha experiencia y va a continuar con nosotros.

¿Cómo le fue enfrentando a Russo? Ahora le va a tener que ganar en Millonarios…

Creo que sólo me crucé una vez, cuando él dirigía Vélez y yo Cerro Porteño. Fue un amistoso en Punta del Este. Habrá que jugarle y, como todo clásico, ganarle como exige la gente.

¿Se ve en Colombia dirigiendo otro equipo que no sea Santa Fe?

No sé. Hoy estoy cómodo, contento, el cariño que me brinda la gente es extraordinario. Es como si hubiera nacido en Santa Fe. Ganamos mucho, es mi casa, más allá de que todos saben lo especial que es Racing para mí.

Y si lo llamaba Racing, que terminó contratando a Cocca, ¿qué hubiera hecho?

Sabía que no me iban a llamar. Pero a mí me gusta respetar los contratos. No me podría haber ido.

¿No le gustaría ser el sucesor de José Pékerman en la Selección?

No pienso a futuro. Colombia tiene un gran entrenador. Hoy estoy ilusionado con Santa Fe y la posibilidad de jugar la Libertadores. Quiero sumar otra estrella.

Entonces, es posible decir que va a seguir hasta fin de año porque la Copa termina en noviembre.

Veremos en junio, pero pienso que vamos a tener que renovar porque mi idea es llegar lejos en la Libertadores.

¿El esquema va a seguir siendo el mismo, con línea de tres atrás?

Vamos a empezar con tres defensores, pero no nos vamos a casar con un esquema. A mí me gustan las variantes porque hay partidos en los que no le encontrás la vuelta y tenés que cambiar. Hoy, con los jugadores que hay en el plantel, podemos buscar alternativas.

¿Se considera un afortunado?

A la suerte hay que ayudarla. Cuando empezamos a ganar y encadenamos esta racha triunfal que nos condujo al campeonato, yo les decía a los jugadores: “Un partido, dos, los podés ganar por azar. Cuando llevás 15 sin perder, es porque estás haciendo las cosas bien”. Y fue así. Gané ocho títulos como entrenador. No es casualidad. Yo soy la cabeza, pero hay un cuerpo técnico que trabaja.

Cuando empezó el curso de técnico todavía jugaba en Racing. ¿Creía que le iba a ir tan bien en su carrera?

No, la verdad, no lo imaginaba. Soy un elegido, feliz por lo que Dios me regaló. Aunque nada hubiera sido posible sin los jugadores. Ellos son la parte más importante del éxito.

Por Daniel Avellaneda, Buenos Aires

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