“Voy a ser el remplazante de James”

La historia de Andrés Felipe Amaya, de 15 años, talentoso zurdo del Atlético Huila que sueña con ser el dueño de la ‘10’ de Real Madrid y la selección Colombia.

Sebastián Arenas - @SebasArenas10
22 de octubre de 2016 - 12:06 a. m.
Andrés Felipe Amaya (d), campeón de la Copa Claro 2016 con el equipo de Huila.
Andrés Felipe Amaya (d), campeón de la Copa Claro 2016 con el equipo de Huila.

Estaba “reventado” porque “le tocaba correr para arriba y para abajo”. Transcurrían los últimos minutos del segundo tiempo extra en la final de la Copa Claro 2016, y Andrés Felipe Amaya Rivera no dejaba de pedir la pelota, la que mira con deseo y con brillo a través de unos ojos oscuros que, junto a su rápida mente, entienden de manera aterradora el juego. Cuando recibía el sagrado instrumento del fútbol, no cesaba de dejar boquiabiertos a rivales, compañeros y el poco público que asistió al Estadio Pascual Guerrero para presenciar el encuentro entre Huila y San Andrés. El ‘10’ del equipo opita deleitaba con gambetas, asistencias, toques, amagues, engaños. Talento puro.

Por sus condiciones, el jugador de 15 años no salió nunca del verde césped caleño aunque su cansancio era evidente. Cuando culminó la final, definida tras tiempos extras, que ganó Huila 6-4, cayó boca abajo sobre el pasto, se giró y miró al cielo mientras su entrenador corrió a levantarlo y reconocerle su trabajo en el objetivo alcanzado. Medias abajo como los cracks del antaño, juega a lo Messi (aunque admira a Cristiano Ronaldo): zurdo por la derecha, que engancha hacia el centro para tener mejor perfil de remate y aprovechar el radar del campo que posee en su cabeza, con el que el nacido en Barrancabermeja está convencido que será “futbolista profesional”.

“Mis padres me han dicho que cuando yo tenía ocho meses ya cogía el balón y quería jugar solo. Desde ahí, si Dios quiere, voy a ser futbolista profesional”, cuenta, en diálogo con El Espectador, Amaya Rivera, que al año de vida se fue a vivir a Turbo, Antioquia, con su padre, quien le enseñó el valor de la humildad. “Dios ayuda a las personas que son humildes”, asegura, mientras recuerda que le tocó “aguantar tanta hambre, ver a los padres peleando, y cosas que pasan en el barrio, esas malas compañías”, a las que nunca hizo caso. Siempre enfocado en el fútbol, con el que sueña “darles una casa a mi padre, mi mamá y mis hermanos para que no tengan que sufrir tanto como yo vengo sufriendo desde joven”.

Andrés Felipe tiene seis hermanos y a su padre “le toca duro”. Trabaja transportando turistas a través de “pangas” (cierto tipo de embarcación) desde el Urabá antioqueño hacía diferentes lugares, vía marítima. Con lo poco que consigue, cada semana le envía “entre 20 y 30 mil pesos” a su capacitado hijo, quien ya piensa en su regalo de navidad: “Estar con mi familia”. Hace tres meses no se ven. “Las situaciones de nosotros son muy duras”, agrega, pero es consciente que “para hacer lo que uno quiere, le toca hacer sacrificios”.

Su pie izquierdo no pasa desapercibido. Por eso el Atlético Huila, con el que “si Dios quiere” debutará en el profesionalismo, le paga una casa hogar y lo tiene como un importante proyecto a mediano plazo. “Yo estaba jugando en el Atlético Turbo, mi profesor me mandó para Huila y quedé ahí”. Va a cumplir un año con el equipo opita, donde está “feliz” porque los profesores le dijeron que siguiera así, “que ellos me van a ayudar a jugar profesional”. Además, los “compañeros también apoyan”.

Con brillo en sus pupilas habla del ‘7’ de Real Madrid: “Cristiano es de esas personas que puede ir perdiendo pero él nunca agacha la cabeza. Él quiere seguir y seguir adelante hasta que se consigue el triunfo; pero si no puede ganar, se va con la cabeza alta que dio todo en la cancha”. La gambeta hace parte de sí y le gusta hacer feliz a quienes tienen la fortuna de verlo jugar, “por eso también soy fan de Cristiano, porque el fútbol es alegre: es gambetear y que a la gente le guste eso, lo que uno hace”, afirma.

Sin embargo, los anhelos de Andrés Amaya están orientados hacia la camiseta ‘10’ del club merengue y de la selección Colombia; la que en la actualidad le pertenece a James Rodríguez. “Ese es mi sueño, jugar allá en el Real Madrid. Voy a ser el remplazante de James”, dice con la confianza que le proporcionan sus aptitudes con la pelota. “Ahora lo que falta es seguir luchando a ver si llego hasta allá”.

@SebasArenas10 - sarenas@elespectador.com

Por Sebastián Arenas - @SebasArenas10

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