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El Gremio brasileño manifestó su temor a sufrir una presunta acción de las Farc en el viaje que tendrá que hacer la delegación a la ciudad de Tunja para disputar un partido de la tercera jornada del Grupo 8 de la Copa Libertadores contra el Boyacá Chicó.
“Estamos usando todos los contactos posibles. Podemos hasta no conseguirlo, pero vamos a 'exprimirnos' hasta el final”, señaló César Pacheco, directivo del equipo de Porto Alegre.
El ex comisario de la Policía Federal (PF) brasileña, que ocupa la vicepresidencia del departamento de Márketing del equipo de Porto Alegre, dijo que los 120 kilómetros entre Bogotá y Tunja, que deben recorrerse por vía terrestre, “son una carretera que pasa por medio de la selva y la gente sabe que la situación allí es delicada”.
El directivo dijo confiar en que la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) cambie la sede del partido y lo ponga en Bogotá, a pesar de la ratificación de la sede dada este viernes por la entidad al equipo colombiano.
El estadio de la capital del departamento de Boyacá tiene capacidad para 8.500 espectadores, pero la administración municipal ha habilitado gradas metálicas que amplían el aforo para 20.000 personas, como exige la Conmebol para la fase grupos del torneo continental.
“En otras Libertadores jugamos en Cúcuta e Ibagué. Ahora, Tunja, porque el presidente de la Federación Colombiana (de Fútbol, Luis Bedoya) no quiere perder el voto del Boyacá en la próxima elección. De ese modo, Gremio va a desbravar todo el interior de Colombia”, apuntó Pacheco.
El 'Tricolor Gaúcho' viajará a Sao Paulo el lunes, desde donde hará conexión a Cali el martes y luego retornar a Bogotá para llegar el mismo día a la sede del partido y evitar los efectos de la altitud en Tunja.