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Parece un hombre más calmado, más pausado. O por lo menos así se lo ve en las ruedas de prensa que ha ofrecido tras la victoria sobre Bolivia (2-1) y la goleada (5-0) que le propinó la Argentina de Lionel Messi, en los primeros dos partidos de la Copa América Centenario. Sí, Hernán Darío Gómez, el famoso Bolillo, el técnico colombiano de la selección de Panamá, no pierde vigencia ni la franqueza que siempre lo ha caracterizado.
En el debut oficial de Panamá en una Copa América, el antioqueño de 60 años, con unos kilitos de más —eso sí— y más canoso, ya ha hecho historia, pues se apuntó el primer triunfo en esta competencia, y aunque luego lo goleó Argentina, una de las selecciones favoritas para ser campeona del certamen, esta noche (7:00) tiene la opción de clasificar a la segunda ronda al enfrentar a la dura Chile, la actual campeona.
Chilenos y panameños lucharán en el Lincoln Financial Field de Filadelfia por el segundo puesto del grupo D, pues sólo un descalabro de Argentina frente a Bolivia evitaría que la albiceleste se clasificara como líder.
El que avance se medirá en los cuartos de final con el ganador del grupo C, que se decidía anoche en el enfrentamiento entre México y Venezuela.
Chile y su entrenador, Juan Antonio Pizzi, necesitan disipar urgentemente las dudas que el equipo ha generado en los últimos meses. La roja está lejos del nivel que la llevó a proclamarse campeona de la Copa América del año pasado y su técnico trata de descifrar el enigma, pero aún no da con la tecla.
Bolillo Gómez está obligado a meter mano en el equipo para reemplazar las ausencias, varias de ellas muy sensibles para los centroamericanos. No podrá actuar Blas Pérez, su goleador, que quedó fuera por acumulación de tarjetas amarillas. Por ese mismo motivo se perderán el choque el capitán, Felipe Baloy, y Armando Cooper. Aníbal Godoy se fue expulsado en la derrota frente a Argentina. Completa la lista de bajas el volante Valentín Pimentel, que sufrió una fractura de la cadera izquierda y el sábado pasó por el quirófano en Chicago.
El colombiano, que se ha visto afectado de salud por una laringitis, confía en armar un once competitivo, pese a las bajas para salir a buscar la victoria, aunque es consciente de que Chile es el gran favorito.
Y él, que sabe quitarse las presiones sobre un partido en el que tiene más para ganar que para perder, le trasladó toda la responsabilidad a su rival: “Chile tiene ventaja en todos los sentidos. En historia, en capacidad, en lo que ha sido en el mundo, y es el campeón de la última Copa. Tiene cosas superiores a muchos de los que están en este torneo”.
Para el seleccionador panameño, con Chile se deben tomar los mismos resguardos que contra Argentina, duelo en el que, en su opinión, la estrategia funcionó hasta que, a 20 minutos del final y con un jugador expulsado, Lionel Messi irrumpió en el duelo y metió tres tantos: “Qué más se puede decir, pues que Messi es un monstruo, y ante eso poco o nada se puede hacer”. Sí, el Bolillo no tenía otra opción que reconocer la grandeza del más grande.
Claro, después de la victoria sobre Bolivia, Hernán Darío Gómez, con una sonrisa de oreja o oreja, pero eso sí, menos folclórico que en otras etapas de su vida, no dudó al decir que “yo quería llorar, no había más orgullo que ver la bandera de Panamá y oír su himno por primera vez en una Copa América y, de cereza, ganar en nuestro debut. Fue una gran alegría. Cantamos los goles como si fuéramos campeones del mundo. Había ganas de llorar, ese momento representaba muchas cosas para mí y para la selección”.
Sus 30 años de experiencia en un banco técnico, después de pasar por Atlético Nacional, Medellín y Santa Fe, y las selecciones de Colombia, Ecuador y Guatemala, Hernán Darío los pondrá a prueba esta noche. Podría hacer historia al dejar fuera del camino a Chile o podría marcharse para casa con la satisfacción del deber cumplido.