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Después de perder anoche 3-0 en su visita a Argentina, la selección colombiana de fútbol descendió al sexto lugar en la tabla de posiciones de la eliminatoria suramericana al Mundial de Rusia 2018. Caer ante Lionel Messi y compañía no es motivo para dramatizar, aunque el nivel futbolístico del equipo de José Pékerman en los últimos tiempos sí genera mucha preocupación. Especialmente porque, cuando faltan seis jornadas, habrá que remar contra la corriente y recuperar posiciones, pues al Mundial clasifican directamente los cuatro primeros y el quinto irá al repechaje.
Ideal hubiera sido terminar el año más arriba, pero, por fortuna, la desventaja no es grande. La tricolor quedó a un punto de Argentina y a dos de Chile y Ecuador, los rivales directos, que tienen un calendario más complicado en las tres fechas dobles de 2017.
En marzo, Colombia recibirá a Bolivia y visitará a Ecuador, con la necesidad de sumar al menos cuatro puntos y seguir en la pelea. Luego, hasta finales de agosto, visitará a Venezuela y será local contra Brasil. Y en octubre jugará ante Paraguay en Barranquilla antes de cerrar contra Perú en Lima.
Experimento fallido
Después de la discreta actuación del equipo nacional ante Chile, el jueves pasado, el país futbolero pidió por unanimidad que Pékerman hiciera variantes, además de las obligadas de Yerry Mina y Óscar Murillo, por lesión y sanción, respectivamente.
Sus lugares fueron ocupados por Jeisson Murillo y Davinson Sánchez. Además apareció Éder Álvarez Balanta en el lateral izquierdo y en la mitad, Wílmar Barrios, Daniel Torres y Juan Guillermo Cuadrado. Adelante, el técnico puso a Falcao García.
Pintaba bien la cosa, pero a los nueve minutos Lionel Messi acabó con los planes colombianos con el 1-0, al cobrar perfectamente un tiro libre desde 20 metros, imposible para el arquero David Ospina.
Poco después, el 10 del Barcelona se inventó una jugada por el costado izquierdo y levantó un centro que Lucas Pratto mandó al fondo de la red.
Colombia, con los mismos problemas de generación de juego que en los partidos anteriores, intentó reaccionar, pero su fútbol apenas le alcanzó para evitar una goleada mayor, pues nunca puso en peligro la victoria de los albicelestes, que tomaron un nuevo aire con los tres puntos, sellados con el tercer gol de Ángel Di María, tras una habilitación de Messi y un gran error de Murillo.
Una vez más, la tricolor mostró muchas falencias en defensa, aunque las de anoche se podrían justificar porque los integrantes de la zaga nunca habían jugado juntos.
En la mitad, ni Barrios ni Torres aportaron y nuevamente fue Carlos Sánchez quien se batió como león contra todo mundo.
Juan Guillermo Cuadrado fue el que más intentó, pero sin mucha claridad, mientras que James Rodríguez ratificó que no pasa por un buen momento. Ansioso, impreciso y más dedicado a pelear que a jugar.
Falcao, como todos los delanteros de Colombia después del Mundial de Brasil, naufragó ante la falta de compañía y de pases para gol.
Todo eso sumado a la confusión reinante en el banquillo técnico, pues, como pocas veces, José Pékerman se notó desesperado e intranquilo. Sus variantes no dieron resultado y sus muchachos dejaron una imagen poco alentadora.
Pero así el fútbol no ilusione, las estadísticas permiten soñar con la clasificación. Aunque estaremos eliminados hasta marzo, probablemente el parón servirá para que muchos de los jugadores recuperen su nivel y el técnico organice sus ideas y replantee su estrategia.
Como a los caballos de carreras, a Colombia le tocará ir de atrás para adelante en la parte final de la eliminatoria. Será allí donde veremos la casta de Pékerman y sus muchachos, esa que los llevó al quinto lugar del Mundial de Brasil, esa que hace rato no nos muestran.