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Al minuto 60 entró Jesé por James Rodríguez y en las graderías del Santiago Bernabéu a unísono se escuchó un aplauso para despedir al 10 del Real Madrid, que regresaba a las canchas después de los dos meses de inactividad tras la fractura del quinto metatarsiano del pie derecho. Y no sólo por su actuación destacada contra el Granada sino porque con el regreso del colombiano el equipo merengue vuelve a ser aquel que ganó 22 partidos consecutivos.
Tras ese fatídico 4 de febrero contra el Sevilla, donde James había abierto el marcador, el colombiano se perdió nueve partidos y curiosamente coincidido con la peor racha del Madrid. Los blancos perdieron cuatro partidos (Atlético, Athletic, Schalke y Barcelona), consiguieron sumar 13 puntos de 21 posibles y perdieron el primer lugar de la Liga ante el equipo catalán, que le supera por cuatro puntos.
La penúltima posición de Granada en la tabla de posiciones lo convirtió en el rival perfecto para el regreso de mediocampista nacional y para que el cuadro blanco retomara la confianza. Además de los cinco goles de Ronaldo, James se vio bien. Colaboró tanto en recuperación como en creación y fue el enlace perfecto para que la ´BBC´ del Real Madrid volviera a brillar después de dos meses complicados.
Tras los 25 minutos iniciales, donde Granada se paró bien y evitó que Real Madrid creara juego cerca a la portería defendida por Oier, fue un gol de Gareth Bale el que abrió el camino, después de este tanto James apareció: tras un centro por zona derecha de Kroos el colombiano recibe el rebote y de primera habilita a Ronaldo para que marcara su primer tanto del partido.
En la mitad de cancha el colombiano también dijo presente: recuperó balones, jugó rápido, no trasladó más de lo debido, fue preciso en los pases. Y dos minutos más tarde tras una recuperación de James nace el tercer tanto del partido, segundo en la cuenta personal de Ronaldo, quien se había combinado con Marcelo. Una buena sensación dejaba James que en el segundo tiempo asistió a Benzema, mediante un cobro de tiro de esquina, para que el francés celebrara el quinto del Madrid. El colombiano sumó dos asistencias y ya son doce en todas las competiciones desde que llegó a la casa blanca.
Además, jugó como antes de desaparecer por la lesión del 31 de enero de 2015 durante un partido contra la Real Sociedad. Fue un nexo de unión perfecto para los jugadores de ataque blancos, que aprovecharon la velocidad en los pases de James, muy rápido en las transiciones hacia delante. Si Ancelotti dijo en la víspera del encuentro que era posible ganar los diez partidos que quedan, ante el Granada tuvo un buen aviso. El tridente ganador volvió a vencer, una vez más, y tiene nueve encuentros por delante para asaltar el título de Liga.
Pero el técnico italiano tendrá un dilema. En parte, si James jugó, fue por la ausencia obligada de Isco Alarcón. El medio malagueño, sancionado, vio el choque desde la grada y cedió su hueco a James. Tal vez desapareció en el peor momento, cuando el Real Madrid necesitaba un equipo contundente para coger moral. A veces, si las cosas funcionan, es mejor no cambiarlas. Y, si el conjunto blanco goleó 9-1 con el trivote ganador, a lo mejor no debería cambiar nada. Y más cuando exactamente con la misma alineación, goleó en el estadio de Riazor 2-8 al Deportivo esta temporada. Está comprobado: los mismos, funcionan. Y, con James, más aún.