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La Federación Colombiana de Fútbol, en cabeza de su Comité Ejecutivo y de su presidente Luis Bedoya Giraldo, manifiesta que está a disposición de los organismos nacionales e internacionales para aclarar cualquier duda y colaborar abierta y decididamente en el desarrollo de todas las investigaciones que se están llevando a cabo en relación con el tema de corrupción en la Fifa.
Mediante un comunicado, la federación aclaró que ayudará en el caso y además aclaró que su relación con Full Play, se limita a la contratación de algunos partidos amistosos de la Selección Colombia, que en su momento fueron aprobados por el Comité Ejecutivo.
El máximo organismo de selecciones de fútbol en Colombia añadió que los contratos, balances y cuentas que ellos manejan son de conocimiento público y además que ha comunicado a los medios de comunicación y a la opinión pública en general, sobre sus acciones y resultados de manera clara y transparente y así seguirá haciéndolo.
El miércoles fueron detenidos siete dirigentes dentro de los que se encontraban Jeffrey Webb y Costas Takkas, de Islas Caimán; el costarricense Eduardo Li, el nicaragüense Julio Rocha, el uruguayo Eugenio Figueredo, el venezolano Rafael Esquivel y el brasileño José María Marín. De acuerdo con la investigación llevada a cabo por el FBI, desde hace dos décadas ellos habrían recibido sobornos y comisiones de representantes de medios y firmas de promoción deportiva. Fueron más de US$100 millones. A cambio, los empresarios recibían derechos de transmisión y publicidad en torneos de fútbol en América Latina, dentro de los que se encuentran la Copa América, la Libertadores y la Copa de Oro.
En Conmebol hay muchos involucrados
El informe publicado por el Departamento de Justicia de Estados Unidos, que reveló casos de corrupción en el fútbol mundial, también salpicó a la Confederación Suramericana de Fútbol y a la Copa América, que se disputará desde el próximo 11 de junio en Chile.
Según el documento Datisa, la empresa que agrupa a las firmas Torneos y Competencias, Traffic y Full Play, “pagó sobornos por cerca de US$100 millones a Conmebol para quedarse con los derechos de transmisión y mercadeo de las próximas cuatro ediciones de evento”.
El contrato se firmó en 2013 y los pagos se hicieron en cinco cuotas de US$20 millones cada una, “divididas así: nueve millones para el presidente de la Confederación y los de las asociaciones de Brasil y Argentina, US$1,5 millones para cada uno de los otros siete presidentes de las federaciones suramericanas y US$500 mil para otros 11 oficiales de Conmebol”.