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Luis Fernando Suárez jugó fútbol profesional entre 1981 y 1989. Era un defensa central de buena condición técnica, quien no tenía problemas cuando lo ponían como volante de marca. Con Nacional y Pereira disputó 200 partidos y anotó tres goles.
Apenas se retiró, justo después de ganar con Nacional la Copa Libertadores de América, comenzó a trabajar como asistente técnico. Su visión del juego, buen manejo de grupo y liderazgo le permitieron asumir varias veces como encargado las riendas del primer equipo verdolaga.
Hasta que en 1999 tuvo su gran oportunidad, al ser nombrado técnico titular. Y no la desaprovechó, salió campeón con los verdes y comenzó una brillante carrera en los banquillos.
Pasó luego por Deportivo Cali, Deportes Tolima y Aucas de Ecuador, antes de encargarse de la selección de ese país para las eliminatorias rumbo a Alemania 2006.
Clasificó al Mundial y dirigió al equipo en territorio teutón, en donde avanzó a segunda ronda tras vencer a Costa Rica y Polonia, y caer ante el equipo local. Se despidió al perder en la segunda ronda 1-0 frente a Inglaterra.
Volvió al Aucas. Luego también dirigió a Pereira, Nacional y Juan Aurich de Perú. En 2011, tras la renuncia de Reinaldo Rueda, fue nombrado técnico de Honduras.
Anoche, con la selección catracha, empató 2-2 en su visita a Jamaica y aseguró el cupo para el Mundial de Brasil 2014, segundo para él y tercero para el equipo centroamericano, que estuvo en España 1982 y Sudáfrica 2010.
“Tengo una alegría inmensa. Yo soy el afortunado, pero este es un premio para todos los técnicos de fútbol en Colombia, personas trabajadoras y dedicadas, de mucha vocación y pasión”, señaló el estratega de 53 años, quien al parecer seguirá en Honduras para el próximo proceso mundialista. “No lo he definido, pero estoy feliz y creo que están felices conmigo”, aseguró.