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Definitivamente Colombia hizo moñona en los IX Juegos Suramericanos Medellín 2010, que culminan este martes. En lo deportivo, conquistó por primera vez en la historia el título general, y en lo organizativo, fue un ejemplo para los demás países de la región, que se fueron boquiabiertos por la excelencia de los escenarios deportivos y la hospitalidad de los anfitriones.
En el presupuesto de medallas, los objetivos estaban trazados en superar los 97 metales dorados que la delegación nacional conquistó hace cuatro años en Buenos Aires. Pero esa meta se superó con creces. No sólo se llegó a la cifra de 144, sino que terminó en el tope del medallero, un objetivo que aunque deseado, nunca estuvo en los planes de nadie. La meta era ser segundos.
Pero día a día y con el dominio total en disciplinas como el ciclismo y el patinaje y el avance en las pruebas reinas del atletismo, antes reservadas exclusivamente para los brasileños, los colombianos demostraron que tenían con qué coronarse campeones. Y así lo hicieron.
La pregunta que muchos se hacen, entonces, es por qué fuera de casa no somos tan efectivos. Para ellos, hay varias respuestas. La primera es que el nivel de planificación deportiva y el desarrollo de los entrenamientos esta vez fue eficaz. El Comité Olímpico Colombiano, Coldeportes, las federaciones y ligas trabajaron de la mano y los frutos están a la vista. Otra razón es la financiera. En el pasado ciclo olímpico se invirtieron $22.000 millones, mientras que en este, $35.000 millones.
Y de la mano de los recursos se abrió la posibilidad de capacitar mejor a los técnicos nacionales, contratar extranjeros (como en el caso del tiro con arco, judo, boxeo y lucha) y tener la asesoría permanente de sicólogos.
Baltazar Medina, director del COC, le une a la lista otra razón: “el hecho de ser locales, el apoyo de la gente, el esfuerzo de la organización para darnos todas las comodidades posibles y la unidad de toda la delegación, fue sin duda otro aspecto que influyó para ganar el título”.
Y si de las frías cifras se trata, pues Colombia compitió con 644 deportistas, mientras que Brasil lo hizo con 573 y Argentina con 563.
Y justamente este balance hace que la dirigencia nacional vaticine un mejor futuro en las próximas competencias del ciclo olímpico. “Es una muestra de que el deporte de alto rendimiento del país viene progresando, porque los dirigentes dejamos de ser inmediatistas. Ahora trabajamos proyectos de mediano y largo plazo”, agregó Medina.
En lo organizativo, Medellín dejó las puertas abiertas para futuras designaciones de sedes de otros torneos internacionales y desde ya le apunta a los Olímpicos Juveniles. La inversión total de $375.000 millones se verá reflejada en beneficio social, gracias a los renovados escenarios deportivos y a los beneficios que dejó la construcción de la Villa Olímpica.
La Villa para 621 familias
La Villa Suramericana, que albergó a los más de 3.500 deportistas en los Suramericanos, comenzó a desocuparse ayer. El conjunto de 13 edificios enclavados en el barrio Nuevo Occidente, en las alturas de Medellín, no estará mucho tiempo vacío, pues pronto comenzarán a llegar las 621 familias que serán sus habitantes definitivos. Se trata de modestas familias trabajadoras, que los adquirieron a través de subsidios otorgados por la Alcaldía de Medellín y la Caja de Compensación Familiar de Antioquia. La Villa, a la que se accede a través del sistema de metrocable de Medellín, se construyó a un costo de 16 millones de dólares.