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El adiós de Falcao

La máxima figura del futsal había anunciado su retiro de la selección tras el Mundial de Colombia 2016, y luego de la eliminación de Brasil se despidió como los más grandes: alzado por sus propios rivales.

Redacción Deportiva
23 de septiembre de 2016 - 02:00 a. m.
Falcao levantado por los jugadores de Irán. / AFP
Falcao levantado por los jugadores de Irán. / AFP
Foto: AFP - GUILLERMO LEGARIA
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Como los más grandes se fue Falcao. El mejor jugador de futsal de todos los tiempos había anunciado que se retiraría de la selección brasileña tras el Mundial de Colombia 2016 y, luego de que su selección quedara eliminada sorpresivamente por Irán, el Pelé del futsal cumplió su promesa y se despidió del público en Bucaramanga, que no hizo más que aplaudirlo. Sus compañeros de equipo ya estaban en el camerino, debido a la derrota, así que fueron los iraníes, que lo acababan de eliminar, quienes lo alzaron en brazos para que la gente lo aplaudiera. El grande se fue como un gigante.

Falcao empezó como tanta leyenda brasileña. Jugaba en los barrios pobres del norte de São Paulo, hasta que, apenas con 16 años, encantó al Corinthians, equipo que lo fichó para su división de futsal en 1993. Desde entonces lo ganó todo. Con su selección: dos copas mundiales, cinco copas América y el Grand Prix de futsal cinco veces. También ganó todos los trofeos posibles con sus clubes desde 1995: Sorocaba, Intelli/Orlandia, Santos, Malwee/Jaraguá, São Paulo, Banespa, Atlético Mineiro y Corinthians.

Falcao siempre le apostó al espectáculo. Era consciente de la superioridad de su técnica y la empleaba sin timidez. Algo que, junto con su carácter, solía causarle roces con los rivales. Pero él prefería el aplauso de la gradería que la cortesía con el contrincante. El número 12 será recordado por siempre como el suyo, así como el 10 de Maradona en Argentina.

En el Mundial de Tailandia, en 2012, logró su máxima hazaña. Sufrió una lesión en el muslo durante el primer partido del torneo. Su participación quedó en duda, pero volvió en el encuentro contra Panamá. Entró para hacer el último gol. Ganaron 16-0. Pero ese tanto valió más que los quince que lo precedieron. Fue el gol número 337 de Falcao con la selección de Brasil, el que lo convirtió en el máximo goleador con una camiseta brasileña en cualquiera de las vertientes del fútbol. Superó a Nenem, histórico del fútbol playa. Su legado nunca se olvidará. Se fue un grande que volverá algún día a la canarinha, pero como DT. Por ahora demostrará su talento en exhibiciones alrededor del mundo.

Por Redacción Deportiva

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