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El lunes 8 de agosto, Ingrid de Oliveira, saltadora de trampolín brasilera, le pidió a su compañera de competencia, Giovanna Pedroso, que dejara libre el cuarto que compartían en la Villa Olímpica para pasar la noche con el remero Pedro Gonçalves.
Al principio Pedroso se negó argumentando la necesidad de descansar para rendir de forma adecuada en la prueba que debían afrontar al siguiente día (martes 9 de agosto), pero terminó accediendo ante la insistencia de Ingrid, según publica la prensa local, que además califica como una noche “maratoniana y apasionada de sexo” la que sostuvieron De Oliveria y Gonçalves.
El resultado: De Oliveira y Pedroso, que a priori partían con posibilidades de medalla, finalizaron últimas en la ronda de clasificación, por lo que el Comité Olímpico Brasileño (COB) pidió explicaciones de lo sucedido entre Ingrid y Pedro.
Ingrid de Oliveira, presea de plata en los Panamericanos de Toronto 2015, no pudo negar los hechos ante el COB, lo que le generó una falta disciplinaria grave. “Todo el mundo puede cometer un error”, expresó la saltadora.