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La ceremonia de apertura de los Juegos de Río de Janeiro, los primeros de la historia en Sudamérica, comenzó este viernes en el mítico estadio de Maracaná.
Brasil espera que esta gran fiesta del deporte permita hacer olvidar por unas horas la crisis política y económica que azota el país.
La fiesta inició con la presentación del presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, y luego el cantante popular Gilberto Gil y Paulinho Da Viola entonaron el himno brasileño.
Minutos antes del evento se registraron protestas de miles de cariocas contra la máxima cita deportiva mundial.
Con carteles que portaban mensajes como "Juegosde la exclusión" o "Estado asesino", cientos de manifestantes se desplazaban hasta las cercanías del estadio Maracaná, escenario de la ceremonia, en medio de un impresionante dispositivo de seguridad en la zona.
Más temprano, unos 3.000 manifestantes protestaron ruidosamente frente a la famosa playa de Copacabana contra el presidente interino Michel Temer.
"No a las Olimpiadas", "Fuera Temer" y "Fuera todos", señalaban algunos de los carteles de los manifestantes, que se concentraron frente al lujoso hotel Copacabana Palace, a pasos del estadio olímpico de vóley playa, frente a las miradas de cientos de turistas e integrantes de numerosas delegaciones.
Pelé no, ¿quién entonces?
En pocas horas la llama olímpica empezará a arder en el Maracaná, pero el encargado de encender el pebetero no será Pelé, leyenda viviente del fútbol brasileño, que rechazó la invitación de los organizadores alegando motivos de salud.
Después de media hora de pre-espectáculo, en los últimos cinco minutos se hizo el silencio en el recinto, a veces interrumpido por gritos de "Brasil, Brasil".
Las pantallas de Maracaná proyectaron un vídeo sobre la integración del deporte en la vida cotidiana de los brasileños, acompañado por la canción 'Aquele Abraço' compuesta por Gilberto Gil.
Una cuenta atrás dio paso a la enorme batucada, lograda mediante el golpeo de enormes almohadas.
La ceremonia tiene una duración prevista de cuatro horas, dos de las cuales se las llevará el desfile de los deportistas.
Más de 5.000 personas participarán en el espectáculo, al que asisten el directo una veintena de jefes de estado.