Naomi Osaka quedó campeona del Abierto de Australia y será número 1 del mundo

A sus 21 años se convirtió en la primera tenista japonesa en llegar a lo más alto de la WTA al vencer en la final del primer grand slam del año a la checa Petro Kvitova.

Redacción Deportes/AFP
26 de enero de 2019 - 02:25 p. m.
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La japonesa Naomi Osaka, de 21 años, venció a la checa Petra Kvitova en la final del Abierto de Australia, este sábado en Melbourne, por lo que logra su segundo grande consecutivo tras el US Open, resultados que el lunes la llevarán al número 1 mundial del tenis femenino.

En un gran partido Osaka, cuarta favorita, se impuso a Kvitova (N.6) en tres sets;  7-6 (7/2), 5-7, 6-4 en 2 horas y 27 minutos.

"Durante la ceremonia de trofeos me sentía en estado de 'shock'", confesó en rueda de prensa.

(Lea aquí: Naomi Osaka, una tenista multicultural)

La jugadora japonesa de origen haitiano es únicamente la tercera desde hace quince años, sin contar a la leyenda Serena Williams, en ganar dos torneos grandes de manera consecutiva, tras las belgas Kim Clijsters y Justine Hénin.

Tiene el color de piel de una haitiana, los ojos de una japonesa y habla inglés como si fuera estadounidense. Naomi Osaka, campeona del US Open 2018 y del primer Grand Slam de 2019, es producto de una fusión de culturas. Nació en Osaka (Japón), de donde es su madre, heredó el color de piel de su papá haitiano y desde los tres años ha vivido en Estados Unidos.

Primero en Nueva York, en donde trabajaban sus padres, y luego por el tenis, cuando tenía ocho años, ella impulsó a los suyos a trasladarse al estado de Florida, en donde encontró una academia de tenis en la que comenzó su sueño de ser profesional. Por recomendación de su papá, desde que comenzó a participar en torneos internacionales lo hizo con el pasaporte japonés. La razón: que podría ser la mejor de ese país, en donde la cultura tenística no está tan desarrollada como la de Estados Unidos. A sus 21 años pasó a ser la primera tenista de Japón en tocar el escalafón del número uno de la WTA.

Montaña rusa emocional

Osaka tuvo que superar una montaña rusa emocional en esta final. Tras imponerse en un primer set muy ajustado que se definió en el tie break, se dirigía hacia una victoria en dos mangas cuando tuvo tres bolas con servicio de Kvitova (5-3).

Pero la jugadora checa de 28 años ganó nueve de los diez siguientes puntos para empatar el partido ante una Osaka que cometía una doble falta y se sentaba entre lágrimas con la servilleta tapándole la cabeza.

"Me sentía muy decepcionada, había tenido tres bolas de partido, intenté decirme 'no hay nada que puedas hacer, estoy jugando una final y necesito seguir luchando', no podía actuar de manera inmadura", dijo.

Efectivamente no se hundió y regresó en el tercero para dominarlo, ayudada por un break inicial, ante una Kvitova que no volvió a ofrecer la versión del segundo set.

Nada más finalizar, la jugadora cayó sobre sus rodillas y lloró de felicidad. Es la segunda jugadora más joven en ganar dos grandes consecutivos desde que lo hiciera Martina Hingis en 1998.

La zurda checa, doble ganadora de Wimbledon (2011 y 2014), perdió por primera vez una final del Grand Slam. Ha vuelto al máximo nivel poco más de dos años de resultar herida de gravedad en su mano izquierda durante un asalto a su casa. La agresión la mantuvo seis meses fuera y puso en grave riesgo su carrera.

"Ni siquiera sabía si sería capaz de sostener la raqueta de nuevo", recordó este sábado con emoción.

El público de la Rod Laver Arena la ovacionó con cariño y la jugadora no pudo contener las lágrimas. 

Primera asiática en el trono

"Muchas felicidades a Petra, siempre quise jugar contra ti. Has pasado por muchas cosas, no hubiera querido que este fuera nuestro primer partido", señaló la ganadora.

Osaka se convierte en la primera asiática, hombre o mujer, en alcanzar el número 1 mundial del tenis, destronando a la rumana Simona Halep. Se convierte en la más joven en ocupar el puesto de honor desde la danesa Caroline Wozniacki en 2010, cuando tenía 20 años.

Su actuación confirma su estatus de líder de la nueva generación del tenis femenino. Ante Kvitova, con la que no había jugado, comenzó con problemas para descifrar su saque con la izquierda, mientras que la centroeuropea sufría para contrarrestar la potencia natural de Osaka.

Kvitova optó por un juego variado, cambiando los golpes y el ritmo, pero desperdició en la primera manga tres bolas de rotura en un apretado sexto juego. Luego salvó dos pelotas de set y llegó al tie break, donde Osaka se mostró más emprendedora y acertada.

Tras su remontada en la segunda manga, jugando con el cuchillo en la boca, Kvitova fue incapaz de mantener el nivel ante una Osaka recuperada del duro golpe. Finalmente levantó los brazos para celebrar la victoria.

Por Redacción Deportes/AFP

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