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“La basura de unos es el tesoro de otros”, es un dicho que enseña que lo que para unos es desechable para otros puede ser valioso. Sin embargo, de cara a la economía circular, este refrán podría ser más como “la basura es el tesoro de todos”, pues más allá de beneficios particulares, lo que se busca es un impacto positivo colectivo.
Según lo explicado por Isidro Hernández Rodríguez, profesor de Economía de las universidades Externado y Nacional, el concepto de economía circular ha tomado fuerza en las últimas décadas debido a la preocupación generada por el impacto ambiental del consumo desmedido que propicia y alienta el desarrollo económico moderno.
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“A finales del siglo pasado volvíamos basura lo que podíamos reutilizar. En los años 70 y 80, por ejemplo, las gaseosas se vendían en botellas de vidrio que eran retornables, luego llegaron los envases de plástico que terminaban en los vertederos. Pero resulta que en términos de costo la botella vale más que el líquido, entonces nos dimos cuenta de que además del impacto ambiental, también afectamos la economía, pues estamos desechando un montón de valor agregado”, detalla el académico
En Colombia, según lo planteado por Silvana Amaya, analista de Control Risk, se han registrado varios avances en esta materia. Con base en el cuarto reporte de economía circular realizado por el DANE en 2021, en el país se han creado más de 120.000 empleos de tipo ambiental en la pandemia. Además, en el primer trimestre del año pasado, el 43 % de las edificaciones realizadas contaron con algún tipo de mecanismo para el ahorro de energía. A esto se suma el que la tasa de aprovechamiento de residuos llegó a las 13,1 millones de toneladas.
Parte de estos aportes son los que hacen las empresas dedicadas al aprovechamiento de residuos. Gerdau Diaco es una de estas. La compañía se ha dado a conocer recientemente por el trabajo que hizo en el proceso de chatarrización de los buses provisionales del SITP en Bogotá.
Su CEO, Jefferson Marko, cuenta que en su compañía la chatarra se convierte en productos que hacen parte de los sueños de las personas, como el asfalto de las carreteras (porque en el proceso queda un residuo llamado calamina, que es un insumo para la producción de cemento) o las varillas con las que se erigen las viviendas (porque en eso terminan convirtiéndose los metales de esos buses viejos, los cuales se aprovechan hasta en un 90 %).
“Nuestra meta es la de convertirnos en el principal reciclador y procesador de chatarra ferrosa en el país, al superar las 350.000 o 360.000 toneladas por año”, comenta y agrega que también hacen parte de un programa en el que las fuerzas armadas le destinan sus armas viejas (han recibido más de 150.000 en los últimos cuatro años) para procesarlas y convertirlas en insumos para la elaboración de viviendas más asequibles.
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Un segundo actor importante en la cadena de la economía circular es el Gobierno, que con regulaciones y estímulos permite, y puede incentivar, el desarrollo de esta actividad. En el país, el Ministerio de Ambiente ha estado detrás de la implementación de esta estrategia.
“Hemos trabajado en la actualización normativa hacia modelos circulares a través de instrumentos como la reglamentación de la Responsabilidad Extendida del Productor (REP) para envases y empaques, bajo la premisa de ‘el que contamina paga’”, explica el Ministerio.
A sus esfuerzos se han sumado otras iniciativas, como la promoción de procesos de reutilización y aprovechamiento de aguas residuales tratadas de uso industrial, mediante la resolución 1256 de 2021, así como espacios de fomento con empresas de varios sectores económicos para fortalecer sus agendas en economía circular.
Un tercer actor clave es el generador de residuos, en el que claramente estamos los ciudadanos (con el consumo de productos), pero también las industrias, pues en sus procesos productivos y logísticos también generan elementos contaminantes.
Tanto para Marko como para el profesor Hernández, estos actores, que son el grueso de la cadena, son claves, pues es en ellos donde inicia el proceso de la economía circular al hacer la separación de los materiales que se pueden aprovechar.
Aunque pareciera que con el paso de los años se incrementa la consciencia sobre la importancia y los beneficios de la economía circular, a esta todavía le queda terreno por ganar.
Amaya explica, por ejemplo, que muchos sectores continúan contribuyendo en gran medida a la generación de gases de efecto invernadero. Los tres más contaminantes son el manufacturero, que aporta un 32,5 % del total; la explotación de minas, que pone otro 10,8 %; y el consumo de los hogares, que aporta un 22,1 %.
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“Esto demuestra el trabajo que aún tiene que realizarse para que las empresas adopten la economía circular como su modelo de negocio y se incentiven las prácticas sostenibles dentro de los hogares del país. Además de esto, la extracción de recursos para diciembre de 2021 fue superada por la capacidad misma de estos para regenerarse, lo que continúa acentuando el desequilibrio ambiental”, concluyó.
Estos expertos coinciden en que para alcanzar una gran transformación se requiere una articulación entre estos tres protagonistas de la economía circular. El cambio, según el profesor Hernández, debe empezar desde las casas, así como en los jardines infantiles, para que los niños aprendan a separar lo que es reutilizable de lo que no lo es.
En suma, un cambio de mentalidad es lo que más se necesita. Reconocer que los recursos en el planeta son limitados y que en últimas lo que acostumbramos ver como basura en realidad es un bien valioso que, bien aprovechado, puede mitigar el impacto que el consumo excesivo le está haciendo al ambiente y a nuestros bolsillos.
Y esta consciencia no es solo una proposición de negocios, sino una acción vital en medio de la crisis climática en la que se encuentra inmerso el planeta entero. Del éxito de este tipo de postulados y sistemas depende, de forma muy literal, nuestro modo de vida y, a futuro, la supervivencia de todas las especies, humanos incluidos.
Una mirada a la economía circular
- Colombia cuenta con una plataforma de información dedicada a medir el progreso y las características de la economía circular, llamada Sistema de Información de Economía Circular (SIEC), que integra información estadística alrededor de este tema, bajo la coordinación del Departamento Administrativo Nacional de Estadistica (DANE).
- En el país se han publicado hasta el momento cuatro reportes sobre economía circular, que contiene una amplia variedad de datos e información sobre este tema. El más reciente de estos documentos fue revelado en diciembre de 2021.
- Con base en el cuarto reporte de economía circular realizado por el DANE en 2021, se puede ver que en el país se han creado más de 120.000 empleos de tipo ambiental durante la pandemia.
- El reporte también evidencia que, en el primer trimestre del año pasado, el 43 % de las edificaciones realizadas en Colombia contaron con algún tipo de mecanismo para el ahorro de energía. Así mismo, la tasa de aprovechamiento de residuos llegó a las 13,1 millones de toneladas.
- La aparición de las bases teóricas de las cuales emergería el término economía circular puede rastrearse hasta principios de los años 60, un poco en paralelo con el movimiento ambiental moderno.
Este texto hace parte del gran especial de aniversario de los 135 años de El Espectador, que analiza cómo podemos tener un futuro más sostenible. Encuentre aquí el especial completo.