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El sistema pensional actual tiene un sesgo en contra de las mujeres y es una ficción que la mujer se pueda jubilar más temprano que los hombres. Para solucionar esas inequidades de género se requiere una reforma pensional. Sorprende que quien hable así sea uno de los siete miembros de la Junta del Banco de la República, un cuerpo colegiado que vive más preocupado por la tasa de interés y el dólar que en el retiro profesional de los colombianos.
José Antonio Ocampo, el más “nuevo” de los miembros de la Junta, considera que “los hombres deberíamos dar una transferencia a las mujeres en el sistema pensional”.
Las declaraciones de Ocampo llegan justo cuando el debate pensional se calienta. Este viernes, la Corte Constitucional le dio un plazo de seis meses a Colpensiones, y al Ministerio de Hacienda, para arreglar los problemas en los aportes no hechos por las empresas, así como mejorar la gestión contra casos fraudulentos. Por este tema, la Fiscalía capturó a 11 personas que alteraban bases de datos para beneficiar, ilegalmente, a otros personas con los fondos pensionales.
¿Qué reformas requiere la economía?
En materia pensional hay que hacer alguna reforma. Se requiere para hacer un sistema más sostenible. Un debate que no se da en Colombia es que el sistema pensional tiene un sesgo en contra de las mujeres. Los hombres deberíamos estar dando una transferencia a las mujeres en el sistema pensional. Y que las mujeres se pueden jubilar más temprano es una ficción. Claro, si se jubilan más temprano, tienen una pensión más baja. Entonces no es ninguna ventaja. Las mujeres tienen una vida laboral más quebrada y generalmente están en sectores que reciben una remuneración más baja, en promedio, y el grado de informalidad es mayor. Para mí, el tema pensional número uno es cómo ampliamos el sistema para que sea universal.
¿Qué tipos de nubarrones ve en la economía?
Hay un nubarrón de corto plazo y otro de largo plazo. El de corto plazo tiene que ver con la debilidad de la actividad productiva desde el tercer trimestre del año pasado, que se acentúo durante el primer trimestre de este y, a mi juicio, todavía no hay ninguna señal clara de repunte. Esa situación se va a superar más pronto que tarde. Creo que en el segundo semestre hay señales claras de que va a haber unos desarrollos que van a ser positivos. El nubarrón de largo plazo es un tema que escapa al Banco. Este país pasó a depender excesivamente del petróleo: tenemos que eliminar esa dependencia y buscar otros motores de desarrollo.
¿Qué le recomendaría al Gobierno desde la Junta?
El tema básico es montarse sobre unos nuevos motores de crecimiento que aceleren el aumento de la productividad. Ahí hay un elemento positivo que ya comienza a despegar, que es la política de la infraestructura vial, un gran rezago que tiene Colombia. Pero hay otros problemas de infraestructura serios, como la oferta regular de electricidad en el Caribe. El puerto de Cartagena tiene que generar su propia energía y no puede depender del abastecimiento regular de energía y eso les pasa a muchas otras actividades en la Costa. Si vamos a hacer un salto social en las zonas rurales, tendremos que dar un gran impulso a las vías terciarias. Y otro tema son las políticas de innovación. En esa materia algo se ha hecho, pero muy marginal. Una cosa muy importante es que hay que hacer políticas de largo plazo, que vayan de gobierno en gobierno. Eso no es que cada gobierno se invente sus políticas.
¿Cómo veía al Banco de la República desde afuera?
El Banco siempre ha sido una institución con una alta calidad técnica, un buen ejemplo de servicio civil en Colombia y además con mucha independencia.
¿Estando afuera qué le criticaba al Banco?
Mire la historia. En el pasado yo fui muy crítico sobre todo del largo período de revaluación del peso. Varias veces dije que el peor error de la política macroeconómica había sido la revaluación tan larga y continuada. Ese problema, afortunadamente, ya está corregido.
Hoy, desde adentro, ¿cómo analiza las críticas que hacía?
La Constitución le da al Banco como objetivo fundamental la inflación. Y en eso el Banco tiene incidencia siempre y cuando la inflación sea determinada por la demanda: no cuando hay factores de oferta que la afectan y que tienen otra dinámica, como han sido los choques de alimentos y el de la tasa de cambio, que se generó con la caída de los precios del petróleo. Incluso, el choque de precios de servicios públicos que se generó en abril.
¿Es independiente la Junta del Banco?
Yo la veo muy independiente. En mi primera reunión la vi muy independiente. No consulté al Gobierno para decir lo que dije en la Junta.
¿Desde afuera usted la veía independiente?
Sí. La junta tiene una tradición de independencia, no hay la menor duda. Yo no creo que en ningún sentido sea subalterna del Gobierno.
¿Quién debe acomodarse, el Gobierno a la junta o la junta al Gobierno?
La Constitución dice en coordinación, es un tema de doble vía. La junta también se ha pronunciado sobre temas del Gobierno, en particular sobre el déficit fiscal, porque es una variable macroeconómica que afecta la política monetaria y la magnitud de la deuda pública. Es un juego de doble vía.
La situación fiscal del país
¿Cómo calificaría el estado actual de la economía?
Estamos en un período de debilidad en la actividad productiva que, a mi juicio, tiene un elemento positivo y uno negativo. El positivo es que dado el choque que tuvimos nos ha ido relativamente bien. Pero el lado negativo es que Colombia no aprovechó bien la bonanza petrolera y habíamos podido evitar esa revaluación tan fuerte. Y eso generó un debilitamiento de actividades como la exportadora, que lo estamos pagando ahora.
La calificadora Fitch Ratings ha advertido que la deuda externa frente al PIB se encuentra en un nivel alto y que el déficit fiscal no está bajo control.
Yo no concuerdo con la evaluación de Fitch. Ella, como todas esas calificadoras, a veces exagera. Yo no creo que la situación fiscal del país sea explosiva, no hay ninguna señal de una explosión de la deuda pública, no la veo. Más bien me parece que el Gobierno ha sido relativamente responsable en mantener la regla fiscal y dentro de ésta ha hecho ajustes de gasto. Claro, el gasto total no ha bajado mucho, pero lo que ha ocurrido es que el Gobierno asumió una buena parte de la reforma a los parafiscales. Eso es un gasto que ha asumido el Gobierno de financiar Sena, ICBF y salud, ya no hay contribuciones parafiscales de las empresas. Es un gasto adicional que se asumió sin aumentar el gasto total. Yo no veo ninguna explosión fiscal.
¿El Gobierno es o no gastón?
El sector público colombiano era muy pequeño hace 25 años y desde la Constitución de 1991 se ha expandido, o si no, no hubiéramos tenido los avances en educación y salud.
¿Para el Banco es más importante controlar la inflación a costa del crecimiento económico?
La tarea en que estamos es cómo se balancean los dos objetivos.
¿Usted se inclinaría por darle más importancia al crecimiento económico?
Estamos buscando un balance adecuado. Yo soy partidario de contribuir a la reactivación económica.
Pero, con todo, parece que usted es el más pesimista dentro de la Junta del Banco Central.
Pesimista o realista.
¿Es más realista?
Yo lo que estoy diciendo es que más bien hay exceso en las proyecciones económicas de este año. A mí me parecieron, desde antes de entrar a la junta, optimistas. Yo dije lo que creí, que se ratifica con el dato del primer trimestre; de pronto vamos a estar, yo no dije que 1,5 (%), pero más cerca de 1,5 %. Eso lo veremos y va a ser clave el dato del segundo trimestre.
La proyección de crecimiento que tiene el Banco de la República para la economía de 2017 es de 1,8%. ¿Usted se aparta de ese dato?
Como dicen las proyecciones, es 1,8 % con riesgos a la baja.
¿Por qué cree usted que va a estar tan mal el crecimiento de la economía al final del año?
Estoy leyendo los datos del primer trimestre.
¿Es válido el llamado que hacen el presidente Santos y el ministro de Hacienda para ser optimistas?
Yo quiero ser lo más optimista posible.
¿Quiere serlo?... ¿pero no lo es?
Mi evaluación de que vamos a crecer en torno a 1,5 % es mi lectura de la información. No es optimismo, ni pesimismo. ¡Me encantaría que creciéramos 5%!, que es lo que creo debemos crecer.
¿Qué tiene la inflación frenada para que no baje al ritmo que se requiere?
La inflación viene bajando y no sólo por alimentos, hay otros rubros que se están desacelerando. Yo comencé a hablar de inercia inflacionaria en Colombia y vengo escribiendo sobre ello desde el año 70. Eso es parte de mi bagaje teórico, porque es la teoría de la inflación de la Cepal, que yo seguí y que es bastante correcta.
El tema es que hay un elemento de inercia en la inflación y es porque los salarios se reajustan retroactivamente, los arriendos y las matrículas también y muchos otros servicios que no dependen de la oferta y la demanda de corto plazo. Eso genera inercia.
¿Cumplirá este año el banco la meta de inflación?
Nos estamos acercando hacia la banda de inflación. Yo creo que el año entrante vamos a estar dentro de la banda.
¿En cuánto podrían terminar las tasas de interés de acuerdo con el comportamiento de la economía?
Las expectativas del mercado son de 5,5%.
¿El nivel actual del dólar es bueno para la economía?
Yo creo que lo es. Pero si les pregunta a los exportadores, dirían que les gustaría un poquito más alto.
¿Se ve diferente el país desde la junta del Banco?
Por supuesto, la perspectiva siempre cambia con los cargos que uno asume, incluyendo qué puede decir y qué no puede.