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Tanques y Camiones S.A., Transportes Iceberg de Colombia S.A., Transportes Humadea S.A.S., Exxe Logística S.A.S. y Transportes Sánchez Polo S.A., cinco de las más grandes empresas de transporte terrestre en Colombia, están en la mira de las autoridades. Resulta que estas intermediarias entre los generadores de carga y los camioneros, de acuerdo con la Superintendencia de Transporte, incumplieron obligaciones normativas vigentes “consistentes en la no expedición ni remisión de manifiestos de carga, descuentos no autorizados a los transportadores y pago de fletes por debajo de lo estipulado en el Sistema de Información de Costos Eficientes (Sice-Tac)”.
Esa situación ha sido denunciada en repetidas ocasiones por los transportadores en el país y se sabe, además, que es uno de los flagelos que tienen sumido a ese sector en una crisis económica que ya deja a cuantiosos pequeños empresarios del sector en la bancarrota. Lina María Huari, delegada de Tránsito y Transporte de la Superintendencia, fue clara y resumió la situación así: “Estas empresas no solo violaron normas creadas para la protección de los transportadores, sino que también incumplieron obligaciones básicas, como reportar al Ministerio de Transporte los manifiestos de carga a través del Registro Nacional de Despachos de Carga (RNDC)”.
Los hallazgos del ente de control fueron tan evidentes que en una de estas empresas se detectó que más de 100 conductores trabajaban sin contrato. En otras se observó que les realizaban descuentos no autorizados por la ley en el pago de los fletes. Transportadores consultados por El Espectador revelaron que es costumbre en este tipo de empresas que los despachadores de carga exijan altas sumas de dinero a cada conductor para asignarles un viaje: en algunos casos se habla de $200.000 por manifiesto de carga. Eso quiere decir que un despachador se puede ganar ilegalmente en un solo día incluso $1 millón. Dinero que les está sonsacando a los transportadores.