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Hace 16 años, cuando Álvaro Uribe empezó su campaña presidencial desde el movimiento Primero Colombia, su triunfo en primera vuelta, con el 54,01 %, se consolidó gracias a las alianzas políticas. Y el afectado por esas adhesiones en la recta final fue Horacio Serpa, del Partido Liberal. Hoy, con algunas excepciones, esos mismos apoyos de última hora plantean la perspectiva de la victoria del ungido del expresidente, el candidato Iván Duque. En 2002, antes de que el presidente Pastrana diera por finalizado el proceso de paz del Caguán (Caquetá), la primera opción parecía tenerla Serpa. Pero gracias a la ayuda de los conservadores y de varios sectores del liberalismo, Uribe se alzó con la victoria. Ni con los votos sumados de Horacio Serpa, Luis Eduardo Garzón y Noemí Sanín hubieran alcanzado a Uribe, quien de paso aseguró una sólida bancada en el Congreso.
Una vez constituido su gobierno, la oposición quedó representada por el Partido Liberal oficialista y el Polo Democrático, con dos pulsos políticos que fueron creando fisuras en el bloque político gobernante, pero también suficientes apoyos para sacar adelante las iniciativas de gobierno. Esos escenarios de intensa discusión fueron la reforma constitucional de la reelección presidencial, que comenzó a tomar forma en 2004 y la ley de Justicia y Paz que se abrió paso en el Legislativo en 2005. A pesar de que el gobierno Uribe no logró sacar adelante el estatuto antiterrorista porque se cayó en la Corte Constitucional de cara a los comicios electorales de 2006, la clave de la reelección de Uribe fueron las alianzas políticas. Aunque Uribe volvió a ganar desde su plataforma Primero Colombia, con el 62,35% de los votos, el llamado Partido Social de la Unidad Nacional (la U), fue determinante para esa victoria.
Constituido en agosto de 2005, la U tuvo dos baluartes: Óscar Iván Zuluaga y Juan Manuel Santos, quienes se convirtieron en ministros de Hacienda y Defensa, respectivamente. A esta plataforma se sumaron el Partido Conservador, Cambio Radical y los desaparecidos movimientos Colombia Democrática, Convergencia Ciudadana y Alas Equipo Colombia. Una vez más, la oposición quedó en el liberalismo y el Polo. La pelea política a partir de 2006 fue muy intensa. Estalló el escándalo de la parapolítica y, entre los promotores de los debates en el Congreso, la voz predominante fue la del entonces senador Gustavo Petro. Con el paso de los días, al tiempo que Uribe incrementó su ofensiva contra las Farc, también empezaron a golpearlo otros escándalos: las chuzadas ilegales del DAS, los falsos positivos, la Yidispolítica. La pelea mayor se dio cuando tomó forma la idea de un tercer mandato para Uribe. Varios sectores que habían acompañado a Uribe empezaron a tomar distancia y, particularmente, Cambio Radical tomó una postura de resistencia en el Congreso. Cuando la Corte Constitucional dijo No a la segunda reelección, surgió la posibilidad de que el primer mandatario le diera su respaldo a su exministro de Agricultura Andrés Felipe Arias.
No obstante, en una consulta interna, Arias perdió la nominación con Noemí Sanín, lo cual llevó a Uribe a darle su respaldo a Juan Manuel Santos, desde el Partido de la U. A la hora de las elecciones, aunque Germán Vargas se presentó por Cambio Radical y Noemí Sanín por el Partido Conservador, la victoria en la primera vuelta fue para Santos. Sin embargo, se vio forzado a enfrentarse en segunda vuelta con Antanas Mockus, del Partido Verde, que alcanzó el 21,5% de los sufragios.
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De cara a la segunda vuelta, desde su modelo de Unidad Nacional, además del apoyo de Uribe y del Partido de la U, Santos logró la adhesión de Cambio Radical y del Partido Conservador. A su vez, Antanas Mockus, en fórmula con Sergio Fajardo, tuvo el respaldo del Polo Democrático, liderado por Gustavo Petro y Jorge Robledo.Con el 69,12 % de la votación, Santos logró la victoria y constituyó el gabinete con su alianza. La oposición fue dando un vuelco en la medida en que Santos tomó distancia de Uribe. A partir de 2012, cuando se hizo pública la existencia del proceso de paz con las Farc, el Partido Liberal que lideraban Rafael Pardo y César Gaviria, se hizo del lado del gobierno. Con ciertas distancias individuales como la de Jorge Robledo, el Polo Democrático también respaldó a Santos y su política de paz. En contraste, Uribe y sus más cercanos decidieron crear un nuevo partido y así nació el Centro Democrático. En 2014, las fuerzas en favor o en contra del proceso de paz se trasladaron a las urnas con sus respectivas alianzas. Aunque en primera vuelta triunfó Óscar Iván Zuluagacon el 29,25% de los votos, no le alcanzó y luego perdió en la segunda con Juan Manuel Santos por un estrecho margen. Al final, el apoyo que Santos recibió del Partido Liberal, el Polo y la Alianza Verde, especialmente, le permitió la victoria.
Santos emprendió su segundo mandato con su misma fórmula de Unidad Nacional, con el respaldo de los partidos Conservador y Liberal, Cambio Radical y la U. El Polo siguió en sus matices de opositor y al mismo tiempo apoyo del proceso de paz, mientras que la oposición quedó alinderada en el Centro Democrático. Y el primer pulso se dio en 2016 con la victoria del No en el plebiscito. Desde ese momento tomaron forma las candidaturas de 2018, con el regreso de Gustavo Petro, tras su paso por la Alcaldía de Bogotá. La Alianza Verde terminó por consolidar la candidatura de Sergio Fajardo y el Partido Liberal la de Humberto de la Calle. Los tres sumaron a sus discursos un ingrediente común: el respaldo al Acuerdo de Paz.
Desde la orilla contraria, tras una consulta interpartidista entre Marta Lucía Ramírez, Alejandro Ordóñez e Iván Duque, este último se convirtió en el candidato del Centro Democrático. Transcurridos los comicios del pasado 27 de mayo, Duque y Petro quedaron elegidos para la segunda vuelta. Desde entonces, vuelve y juegan las alianzas. En esta ocasión, lo que se advierte es una súbita convocatoria al voto en blanco, mientras que los sectores tradicionales se unen a Duque.
A dos semanas de la segunda vuelta, los liberales, ayer en la oposición de Uribe, hoy están con él. El conservatismo, que fue soporte en los dos gobiernos de Santos, también se sumó a las filas del candidato uribista. Y Cambio Radical le entregó el programa que lideró Germán Vargas en esta campaña y su fórmula vicepresidencial Juan Carlos Pinzón, anunció su voto por Duque. A esta alianza se suma Viviane Morales y sus fuerzas cristianas.
La U dejó en libertad a sus electores, pero la mayoría va a estar con Duque. En pocas palabras, se percibe una especie de nueva Unidad Nacional con fuerzas parecidas a las que hace 16 años llevaron a Uribe al poder. Del otro lado, el candidato Sergio Fajardo anunció su voto en blanco, lo mismo que Humberto de la Calle. En esas condiciones, tanto la Alianza Verde como el Partido Liberal, tomaron decisiones controvertidasPor los lados del liberalismo, la adhesión de César Gaviria a Duque levantó una polvareda, pues el expresidente fue una de las voces más incisivas contra Uribe en la última década.Sin embargo, sus copartidarios le ofrecieron su respaldoA su vez, la Alianza Verde dejó en libertad a sus electores, aunque quedó claro que la directriz fundamental es oposición a Duque. En cuanto al Polo, si bien Jorge Robledo anunció su voto en blanco, la colectividad estará con Gustavo Petro en las elecciones del 17 de junio.
En resumidas cuentas, la historia colombiana de las últimas dos décadas parece un círculo de aliados que vuelven a unirse alrededor de la misma idea: unos en la órbita uribista ahora con Duque y otros desde la plataforma opositora de Gustavo Petro. Entre las decisiones de la paz, la incertidumbre de Venezuela, el manejo de la economía o las reformas institucionales, dos fuerzas antagónicas vuelven a enfrentarse en las urnas y serán los colombianos quienes den su última palabra a estas mismas alianzas.