Norte de Santander y Cúcuta: el poder bajo la sombra sigue dictando en elecciones

Aunque se creía que por la coyuntura con Venezuela, el tema de la frontera y la migración iba a trascender en los comicios en Norte de Santander y Cúcuta, el verdadero debate se ha centrado en si los mismos de siempre llegarán a gobernar allí.

-Redacción Política (politicaelespectador@gmail.com)
26 de octubre de 2019 - 02:00 p. m.
En medio de la campaña electoral se encuentran factores como el narcotráfico, la presencia de grupos armados y el éxodo de venezolanos. / AFP
En medio de la campaña electoral se encuentran factores como el narcotráfico, la presencia de grupos armados y el éxodo de venezolanos. / AFP

Si bien son cuatro los nombres que hoy figuran en la baraja para quedarse con la Gobernación de Norte de Santander, en el departamento –coinciden analistas y conocedores de la dinámica política regional– la puja está decantada desde tiempo atrás a favor del que es considerado el heredero natural del suspendido gobernador William Villamizar. Se trata del excontralor departamental Silvano Serrano Guerrero, quien montó alrededor de su candidatura toda la maquinaria, los respaldos y la artillería política que suponen los partidos Conservador, Liberal, Cambio Radical y la U.

En juego está la administración de una región tan convulsionada como problemática, que ha padecido como pocas la acentuación de fenómenos como el narcotráfico, el accionar de la guerrilla del Eln y el fortalecimiento de bandas criminales, las que han puesto en jaque a regiones del calibre del Catatumbo. No menos complejo ha sido para este departamento fronterizo hacer frente a la crisis social, política y humanitaria que agobia a Venezuela, lo que ha obligado al éxodo de miles de sus ciudadanos. De allí la importancia y trascendencia que implica la votación del próximo domingo.

En este contexto aparece Serrano Guerrero, quien a lo largo de sus más de dos décadas de trabajo político pasó de ser un líder popular en Cúcuta a gerenciar no solo la campaña a la Gobernación de su padrino en 2015, sino la de Germán Vargas Lleras en la pasada contienda presidencial. Actualmente, su ficha para ir en llave y hacerse al control de la apetecida la Alcaldía de Cúcuta es Jorge Acevedo.

Lea también: Suspenden por tres meses al gobernador de N. de Santander por contratos de bilingüismo

“Su nombre ya está muy consolidado. Es un tipo que lleva mucho tiempo en la cosa pública y tiene a todas las estructuras políticas trabajando a su favor. Fue decisivo haberse quedado con el aval conservador y obligar a migrar a otros que hacían fila”, dijo una fuente de la región a este diario, advirtiendo que –de la mano del gobernador Villamizar– ha montado una estructura burocrática y electoral para llegar sobrado a los comicios, “similar a la que logró en la asamblea departamental cuando se hizo elegir como contralor”.

En contra de Silvano Serrano juegan dos investigaciones en la Procuraduría, una de ellas por una presunta extralimitación de sus funciones cuando fue contralor relacionada con la modificación de la planta de empleados. La Fundación Paz y Reconciliación ha recordado además que su mentor político ha sido salpicado por varios escándalos de corrupción desde su primera administración departamental, “que han desencadenado investigaciones penales por irregularidades en contratación que podrían configurar delitos como peculado por apropiación”.

Aunque el exfuncionario es el favorito para llegar a la Gobernación y no se esperan sorpresas, en la región aseguran que el contrapeso electoral que podría competirle a la casa política del gobernador Villamizar sería el empresario Juan Carlos García Herreros, avalado por el Centro Democrático y Colombia Justa Libres, quien es hijo de Miguel García Herreros y hermano de Jorge Alberto García Herreros, exgobernadores del departamento.

A primera vista podría pensarse que hacerse al respaldo del uribismo en Norte de Santander le garantizaría a García Herreros una gran ventaja, teniendo en cuenta que allí Iván Duque arrasó en las elecciones presidenciales, al punto que fue la región del país donde obtuvo mayor ventaja (77,8 %); sin embargo, conocedores del ajetreo político en el departamento aseguran que para las regionales “se terminan imponiendo las estructuras clientelistas, que mueven los hilos para poner a los suyos y no dejar en tanta libertad a los electores”.

García Herreros, que goza no solo del respaldo del expresidente Álvaro Uribe, sino del representante Juan Pablo Celis, tiene además como fórmula a la Alcaldía de Cúcuta a Iván Gélvez. “Es un candidato que tuvo muy buenas posibilidades, pero se quedó solo”, señaló otra de las fuentes.

Finalmente, en el tarjetón figuran otros dos candidatos cercanos al gobernador Villamizar y también de talante conservador: el médico y exsenador José Ramiro Luna, avalado por la Alianza Democrática Afrocolombiana (ADA), y el ingeniero Martín Alfonso Martínez quien, pese a haber sido secretario de Hacienda del actual mandatario departamental, no consiguió los apoyos suficientes para ser el ungido y apostó por la recolección de firmas. “Posa como independiente, pero durante cinco años estuvo dentro de la estructura del actual gobernador y le puso votos. No obstante, solo es visto como un aliado político, pero no de la casa Villamizar”, precisó una fuente a este diario.

El pulso en Cúcuta

Más allá de la situación fronteriza con Venezuela, para estas elecciones en Cúcuta se habla más de si va a ganar o no el candidato del exalcalde condenado por homicidio y parapolítica, Ramiro Suárez Corzo, el líder de una de las principales estructuras políticas de la capital de Norte de Santander. Lo curioso es que Jorge Acevedo, ficha de Suárez Corzo para estos comicios, se enfrentó hace cuatro con su aspirante, César Rojas, actual mandatario local. “Ramiro tenía a Martha María Reyes, pero él leyó muy bien la realidad y supo que ella, que viene de su organización, no iba a ganar”, dijo una fuente conocedora de la movida política en la región. Bajo este escenario, la lógica de que “la política es dinámica” es una premisa que sigue muy vigente, no solo a nivel nacional, sino en lo local.

Igualmente, cuando Acevedo buscó el apoyo de Suárez Corzo sabía que no iba a ser el único respaldo que tendría en su campaña para tener todas las posibilidades de ganar y a su pretensión de ser alcalde lo acompañan sectores del gobernador William Villamizar, los congresistas Édgar Díaz, Andrés Cristo, aunque dice estar alejado del proceso, Jairo Cristo, Wílmer Carrillo y hay quienes dicen que, debajo de la mesa, está Alejandro Carlos Chacón, otra de las tres estructuras que manejan el motor electoral en Cúcuta con más de 29.000 votos y quien tiene a Jaime Marthey, amigo cercano, como su candidato.

La fórmula política de Suárez Corzo, Villamizar, la U, Cambio Radical y una parte del Partido Liberal tiene a Acevedo liderando la intención de voto con el 23 %, de acuerdo con la última medición del Centro Nacional de Consultoría. A esto hay que sumarle que es el perfil más político de la contienda electoral por Cúcuta y uno de los que más ha saltado de un partido a otro. Con esta aspiración, es la tercera vez que se presenta como candidato a esa alcaldía, la primera, en 2011, por la Alianza Social Independiente (ASI), en la que terminó adhiriéndose a Donamaris Ramírez, su actual contendor con el aval de la ASI; la segunda, en 2015, por Cambio Radical, en la que perdió de segundo contra César Rojas. Y en sus frustrados intentos de llegar al poder también se suman sus aspiraciones a la Cámara de Representantes. En 2014, se lanzó por el Centro Democrático, y el año pasado se volvió a sortear, pero por el Partido Liberal.

Lo que no termina de convencer al electorado es que tiene el respaldo del condenado exalcalde que sigue moviendo sus hilos desde La Picota, que César Rojas tiene señalamientos de presunta corrupción, que tiene la maquinaria a sus cuestas y que, en 2015, según reportó La Silla Santandereana, fue financiado por Jensy Miranda, condenado por narcotráfico en España. “La gente da por descontado que va a ganar, pero no me atrevo a vaticinar esto porque, teniendo muchos votos y no siendo un mal candidato, no ha logrado pasar del 30 % de la intención de voto”, dijo un personaje de la política tradicional. El que le está dando la pelea es el exalcalde Donamaris Ramírez, quien apenas llega a un 12 % de favorabilidad. “En este último mes se la ha estado jugando por ser el único capaz de derrotar al candidato de Suárez. Su apuesta para ganar es el voto útil”, explicó una fuente que pidió no ser mencionada.

Del amplio tarjetón de candidatos, 12 en total, Ramírez fue el único que logró al final de este proceso electoral sumar fuerzas con el exembajador en Venezuela, José Fernando Bautista, del movimiento Ciudadanos por el Cambio, para hacerle contrapeso a Acevedo. Sin embargo, hay quienes en la capital nortesantandereana se preguntan qué tanto ayudará electoralmente ese acuerdo para el próximo domingo y también le cuestionan su incumplimiento en algunos proyectos que prometió en 2015.

Detrás de él están las opciones que le apuestan al voto de opinión. “Ramírez se eligió en 2015 con voto de opinión, María Eugenia Riascos, en 2007, también”, dijo un congresista de la bancada nortesantandereana. Por eso hay quienes no vieron viable una alianza porque creen que tienen opción este 27 de octubre. Entre ellos está Iván Gélvez, del Centro Democrático, al que tras bambalinas se le unió el senador conservador Juan Carlos García, quien es reconocido en la ciudad de reacomodar fichas ad portas del gran día. García es la tercera estructura fuerte de Cúcuta, pero ese acercamiento, para muchos, se hizo tarde para trasladarle sus votos. En tercer lugar, está Jairo Yáñez, de la Alianza Verde. Le siguen el aspirante del liberalismo, Jaime Marthey, que cuenta con las estructuras del representante Chacón y, en voces de algunos, maneja burocracia en la Universidad de Pamplona. Mañana, por ejemplo, se confirmarán o se refutarán las teorías de que el uribismo no es fuerte a nivel regional, que las maquinarias políticas siguen a la sombra para continuar captando el poder, que la movida de García benefició a Gélvez y dejó sin votos a Víctor Suárez, avalado por los azules, y que Chacón no estuvo bajo la mesa de Acevedo y le dio sus votos a Marthey.

Por -Redacción Política (politicaelespectador@gmail.com)

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar