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Tan inverosímil parecía que el serísimo Instituto Caro y Cuervo tuviera que ver con la onda mundial de los tatuajes, que su campaña para corregir errores ortográficos de escritura sobre la piel, que todo el mundo pensó que el anuncio no era más que otra de las creatividades de Actualidad Panamericana, el conocido sitio web de noticias falsas. (Lea: Instituto Caro y Cuervo corregirá tatuajes con mala ortografía)
Pero no. Resulta que la convocatoria es real. Se trata de una estrategia de la agencia de publicidad Lowe SSP3 para masificar el Festival de la Palabra, que anualmente celebra el Caro y Cuervo.
En su cuarta versión que se realizará del 7 al 11 de septiembre, el objetivo principal es acercarse a un público joven, que cada vez tiene menos conciencia del buen uso del idioma, por el impacto de las redes sociales y la tecnología o por simple descuido.
Miguel Ángel Grillo, director creativo de la agencia, explicó a El Espectador que la iniciativa surgió de la necesidad de llegar a un público distinto, no culto si se quiere, a los jóvenes y ampliar mucho más el círculo de quienes se preocupan y usan correctamente el idioma en su vida diaria.
En un principio la propuesta causó extrañeza entre los directivos del instituto, acostumbrados al formato tradicional de este tipo de eventos en los que la norma dice que hay que programar conferencias, conversatorios, concursos de cuento y poesía, entre otros propios de su actividad.
Ante la perspectiva de que no todos los jóvenes son buenos lectores o escritores, y que por el contrario están expuestos al idioma que se utiliza en aplicaciones como WhatsApp o redes sociales como Twitter, se dieron cuenta que la iniciativa no era una locura, sino una forma de acercarse a esa cotidianidad.
A pesar de la incredulidad de muchos en las redes, en tres días de convocatoria se han recibido 50 solicitudes de corrección de tatuajes al correo caroycuervoink@gmail.com, de los cuales han sido preseleccionados nueve, por cumplir las condiciones del llamado.
“En cuanto a la los preseleccionados, han llegado muchos con nombres propios en minúsculas: Dios, Inés, Gloria. Otros con falta de tildes como: Límite e imaginación y palabras mal escritas como: Objetivo con B, alturista queriendo decir altruista”, dijo Miguel Ángel Grillo, quien confirmó que se recibirán postulantes hasta finales de agosto próximo.
No se trata de un concurso para tatuar unos cuantos, sino que el Instituto quiere en los cuatro días del Festival corregir la mayor cantidad de tatuajes que les sea posible.
Tan serio se lo han tomado que la presidenta de la Asociación de Amigos del Instituto Caro y Cuervo, Elvira Cuervo de Jaramillo, es una de los jurados encargados de determinar cuáles son los tatuajes que ameritan la corrección por parte del mejor tatuador del país.
El Espectador estableció que la búsqueda del tatuador ha sido intensa y que a la fecha hay tres candidatos para ejercer la ardua y difícil labor, toda vez que la técnica de corrección de tatuajes no es sencilla y en Colombia no está ampliamente desarrollada.
Cambio de cartel
La idea de corregir tatuajes no solo se viralizó por lo particular de la misma, sino porque en el cartel de convocatoria aparecía la frase "completamente gratis", un pleonasmo del que los usuarios de las redes sociales de inmediato se dieron cuenta y comenzaron a criticar, y que de paso le restaba credibilidad a que fuera una iniciativa del instituto que vela por el buen uso de la lengua en el país.
El cartel fue corregido y la explicación de la agencia es que al decir "completamente gratis", se referían a que no había letra menuda para los aspirantes. Pero error es error y tuvieron que hacer uno nuevo.
No quisieron quedarse con la espinita de que la noticia fuera interpretada como una mentira y por eso ahora circula otro cartel que dice: “Parece una noticia de Actualidad Panamericana, pero no lo es. #caroycuervoink”.
El Caro y Cuervo, es una institución, adscrita al Ministerio de la Cultura, dedicada a promover la investigación científica en los campos de la filología, la lingüística, los estudios literarios y la historia cultural de Colombia.
La entidad debe su nombre a dos ilustres intelectuales colombianos del siglo XIX: Miguel Antonio Caro y Rufino José Cuervo, cuyas obras sobre el español americano son ampliamente conocidas y respetadas por la comunidad científica internacional.