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Nelson Henríquez, el superhombre tropical

Murió el cantante venezolano que en la década del 70 estrechó lazos con Colombia. Barranquilla, Valledupar y Medellín lo inspiraron.

Juan Carlos Piedrahíta B.
04 de marzo de 2014 - 03:00 a. m.
Nelson Henríquez, quien murió a causa de un cáncer de pulmón, fue cantante de la Billo’s Caracas Boys y de la Orquesta La Playa.  / Archivo El Espectador
Nelson Henríquez, quien murió a causa de un cáncer de pulmón, fue cantante de la Billo’s Caracas Boys y de la Orquesta La Playa. / Archivo El Espectador
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A los 16 años Nelson Henríquez ya era capaz de dominar los sonidos de la música latina. Tenía la voz, la autoridad y la presencia para sentarse en pleno concierto y empezar a entonar el abecé del repertorio del bolero latinoamericano, pero también sabía con suficiencia encabezar la rumba, imponer el paso y marcar la pauta explorando con su estilo las diversas facetas de las propuestas tropicales.

La versatilidad vocal con la que se movía el joven nacido en Maracaibo, Venezuela, además del repaso por estilos que empezaban a afianzarse en el pasado, hicieron que una agrupación de la contundencia de la Billo’s Caracas Boys confiara en su talento y le encargara una porción considerable de los temas emblemáticos de la orquesta.

En ese entonces, Nelson Henríquez compartía delantera con dos guaracheros poderosos de la rumba venezolana: Cheo García y Memo Morales. Estos dos personajes se encargaban de comandar las manifestaciones fiesteras con sus habilidades para la improvisación, mientras que Henríquez concentraba sus fuerzas a cantarles al oído a las seguidoras en todos los países de habla hispana.

El bolero fue durante los años 60 su máxima influencia y tenía guardadas en su cabeza las letras más importantes del género. Canciones mexicanas, tonadas venezolanas llevadas a compases menos acelerados, composiciones colombianas y, por supuesto, guajiras, guarachas y sones provenientes de Cuba nutrieron el abanico sonoro de Nelson Henríquez, quien después, cuando se sintió con la suficiente confianza para liderar un proyecto musical, encabezó el Supercombo Los Tropicales.

Además de la Billo’s Caracas Boys y el Supercombo Los Tropicales, el venezolano tuvo la suficiente proyección para fundar un colectivo en el que siguió explorando sus habilidades. En ese momento, su iniciativa bautizada como la Orquesta La Playa logró un eco insospechado, tanto que músicos como Perucho Navarro, quien después fue nombrado como el Dueño del swing melódico, y Joe Urdaneta apoyaron el proyecto y entre los tres consiguieron posicionar la agrupación en un espectro tan competido como el de las orquestas tropicales.

En este proceso de posicionamiento sonoro, el rol del pianista de Medellín Óscar García fue fundamental, y el propio Nelson Henríquez lo reconoció en varias oportunidades.

Luego de la Orquesta La Playa, el músico venezolano emprende un nuevo proyecto en el que deja a un lado el apoyo mutuo entre los cantantes y se postula como única figura frontal de un conjunto que a la postre llamó El Combo de Nelson Henríquez. Con él y con las agrupaciones anteriores tiene una penetración importante en los escenarios colombianos. Su relación con el país se empieza a fortalecer a partir de la década del 70 y se mantuvo intacta hasta el último día de su vida.

“A Barranquilla, El barranquillero, Mi vieja Barranquilla, Festival vallenato, Uno para todos marcaron una época de oro para mí. A Cali, Fiesta caleña. A Medellín, Para la capital de la montaña. Todos estos temas se quedaron sembrados gracias a Dios. La gente en todas mis presentaciones quiere oír una de estas canciones para recordar su tierra. A mí particularmente me emociona cantar Festival vallenato, tema de autoría de Luis Francisco ‘El Negro’ Mendoza”, comentó Nelson Henríquez en una entrevista concedida al diario El Colombiano en diciembre de 2005.

Para el Carnaval de Barranquilla el cantante siempre fue uno de los músicos consentidos. El cariño del evento se tradujo en casi una docena de Congos de Oro, que Henríquez valoró y correspondió a lo largo de sus más de cuatro décadas de actividad profesional. Resulta contradictoria que en plena festividad en la capital del Atlántico ocurra la desaparición de uno de sus máximos motivadores. El artista del vecino país murió en Miami, Estados Unidos, durante la madrugada del lunes, a causa de un cáncer en el pulmón.

Su legado habla de bolero, de música tropical y de rumba, porque la importancia musical de Nelson Henríquez siempre se ofreció en combo.

  

jpiedrahita@elespectador.com

Por Juan Carlos Piedrahíta B.

 

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