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En diciembre de 2014 fuerzas armadas de Azerbaiyán arrestaron a Khadija Ismayilova, periodista freelance y colaboradora del servicio azerbaiyano de Radio Free Europe. Los cargos: difamación, evasión de impuestos, actividades empresariales ilegales y abuso de poder. Pero lo que defensores de derechos humanos y activistas de todo el mundo han podido evidenciar es que el trabajó que motivó la captura de Ismayilova tenía que ver con una investigación que estaba realizando en contra del presidente de ese país, Ilham Aliyev. Hoy, mientras cumple una condena de nueve años en prisión, su trayectoria y valentía es reconocida por la Unesco con el Premio a la Libertad de Prensa Guillermo Cano.
“Podré estar en prisión, pero mi trabajo continuará”. Esa fue una de las frases que Ismayilova alcanzó a leer antes de que un juez la interrumpiera para prohibirle que terminara el discurso que tenía preparado. Después de conocerse la condena, varias organizaciones rechazaron la actuación del gobierno azerbaiyano. Amnestía Internacional fue una de ellas: “Este ha sido otro proceso injusto basado en delitos prefabricados. El gobierno ha intensificado su brutal represión en contra de activistas, periodistas y defensores de derechos humanos, o cualquier persona que se atreva a alzar su voz de protesta”.
Las denuncias que Ismayilova y muchos otros colegas hicieron antes de ser encarcelados apuntaban a que el presidente de Azerbayán, Ilham Aliyev, y su familia, se habían apropiado de grandes sumas de dinero del país y lo habían depositado en cuentas en paraísos fiscales; que su poder en el ejecutivo había desviado y manipulado varios contratos y ofertas entre el gobierno y varias empresas; y que ya se había vuelto costumbre que el presidente no pagara impuestos.
El caso de Ismayilova llegó hasta la Corte Europea de Derechos Humanos en donde, por ahora,no hay muchos avances. Su abogada, Amal Clooney, ha dicho en varios medios de comunicación que el proceso que terminó en la condena de la periodista, viola la Convención Europea pues en un caso como estos la afectada tiene el derecho a presentar una apelación -Ismayilova no tuvo esa oportunidad-.
“Voy a tener la oportunidad de revelar abusos desde prisión. Soy de esas personas que sabe cómo volver un problema una oportunidad”, dijo Ismayilova antes de ser trasladada a su celda. Allí, el próximo 3 de mayo en una ceremonia formal Helsinki (Finlandia), recibirá el Premio a la Libertad de Prensa Guillermo Cano, reconocimiento que lleva el nombre del director de este diario quien fue asesinado por las mafias del narcotráfico el 17 de diciembre de 1986.