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Culturalmente hablando, ¿cómo ve a Colombia?
Muy bien, excepto en las élites sociales.
¿Qué espera encontrar en esta Feria del Libro?
Lectores curiosos y buenas cifras de ventas.
Un libro para enamorarse de los libros.
Como una novela, de Daniel Pennac.
¿A qué escritor invitaría, si pudiera?
La verdad, no tengo ningún interés en conocer a escritores, pero comprendo que es una atracción importante para una feria. En ese caso, diría Amos Oz.
¿A qué escritor le daría un Nobel?
A Philip Roth, a Milan Kundera o a Enzensberger.
¿Cuál periódico internacional lee todos los días?
The Guardian.
¿Y cuál suplemento cultural?
Los argentinos (Ñ, Radar, ADN).
¿Qué libro tiene en su mesa de noche?
Memento mori, de Muriel Spark.
¿Qué libro se arrepintió de leer?
¡Ninguno! Un aficionado a los toros nunca se arrepiente de haber ido a una corrida.
¿Cuál es su rasgo más frívolo?
La frivolidad es una manera de asumir la vida, una manera de estar en el mundo. Uno puede leer a Shakespeare de manera frívola y pasarse el día chismoseando tonterías con una buena amiga, sin ser banal.
Qué personaje de la cultura popular admira.
¡A tantos! A Tom Waits, a Chavela Vargas, a Bola de Nieve, a Annie Lennox, a Miguel Bosé, a Fito Paez, a Depeche Mode, a U2, Pablo Flórez...
Su mayor frustración.
Me hubiera gustado haber aprendido a tocar piano.
¿Por qué fue un error haber estudiado Comunicación Social?
Porque fue una ridícula pérdida de tiempo. No es una carrera seria.
A quién no le daría el teléfono.
¡A un congresista colombiano...!
A qué personaje de la vida nacional no soporta.
A José Obdulio Gaviria.
¿Qué le hace falta a la televisión colombiana?
¿Existe la televisión colombiana?
Un amuleto de buena suerte.
No tengo, qué pena.
Para usted cuál escritor es el descubrimiento del año.
Vasili Grossman.
¿Cuál es su música favorita?
Tom Waits.
Dónde está la felicidad.
En el cuerpo.
¿Cuál sería su país ideal?
Arcadia, sin lugar a dudas.
Un domingo, ¿a qué horas se levanta?
A las ocho, a las nueve, a las diez... Soy poco metódica.
Un momento amargo.
Cuando como limón.
Su trago favorito.
Depende de la hora del día. Cerveza hacia las siete de la noche. Bloody Mary, a las once de la mañana de un domingo perezoso. Gin & tonic, en tierra caliente, hacia las cinco de la tarde, con mi padre.
Una noche mágica.
El viernes 11 de abril.
Un maestro en el periodismo.
Octavio Martí.
¿Y en la vida?
Alberto Aguirre, aunque ya no me quiera.
Un sueño por cumplir.
Que Arcadia sea la revista más leída de Colombia. Y pasar cuatro días en un lugar llamado Ulusaba.
Su mayor extravagancia.
Lo boquisuelta, lo vehemente, lo feliz...
¿Qué la enfurece?
La naturalidad con la que tantos colombianos de clase alta asumen las diferencias sociales como si fueran disposición divina.
Qué libro regalaría.
¡Depende de a quién! Regalar libros es como dar medicinas a un paciente. ¡No se puede dar la misma medicina a todo el mundo!
En Colombia después de Gabriel García Márquez ¿quién?
Muchísimos. Fernando Vallejo, Evelio José Rosero, Juan Gabriel Vásquez, Héctor Abad... García Márquez es un maestro del lenguaje, de la sonoridad, de la eufonía, pero jamás ha tocado mi corazón.
¿En qué idioma prefiere leer?
Prefiero leer las obras en el idioma en el que fueron escritas. Leo mucho en inglés y en español y un poco en francés. Las obras escritas en lenguas romances las leo en español y las escritas en otras lenguas como japonés, ruso, alemán, etc., las leo en inglés.
¿Y enamorarse?
Voy a decir un cliché muy cursi pero es que me parece verdad: El amor tiene su propio idioma, y lo inventan los enamorados.
A quién le escribe cartas.
¿Se valen los sms? Escribo unos 30 al día...
Qué juego le gusta.
Me gusta muchísimo jugar a ser insoportable con los estudiantes de comunicación y periodistas jóvenes que vienen a entrevistarme.