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¿Quién es Sergio de la Pava, cómo llega a la literatura y a este premio?
Lo raro es que el libro que ganó el premio fue un libro que autoedité en 2008. Soy abogado de oficio en Nueva York. El libro se trata un poco, más que un poco, acerca de este trabajo. En 2012 la Universidad de Chicago volvió a editarlo y así fue que terminó en este premio.
¿Cómo es el proceso de autoeditar un libro?
Cuando terminé el libro gasté varios años tratando de venderlo, que una compañía lo sacara y nadie quiso hacerlo. Me tocó usar mi propio dinero para crear el libro. Cuando hice esto, en 2008, mi esposa empezó a mandar el texto a varios críticos a ver si podían hacer artículos o ensayos acerca de él. Afortunadamente, suficientes personas lo hicieron y la Universidad de Chicago lo vio y decidió publicarlo.
¿Antes de que lo editara la Universidad de Chicago usted lo publicó a través de medios digitales?
No. En 2008 no eran muy populares los dispositivos como el Kindle para leer libros digitales. Lo que creé era un libro normal, que se podía comprar a través de Amazon.
Dice usted que el libro tiene mucho que ver con su trabajo como abogado de oficio en Nueva York…
El narrador del libro es un abogado de oficio en Manhattan. Mucho de lo que conozco en mi trabajo está en el texto pero también es ficción, es un cuento inventado. Si le interesa el mundo de las leyes y la justicia va a aprender mucho, pero no es la meta de la novela. No es un reportaje.
¿De qué se trata el libro?
Lo que a mí me interesaba contar era esta noción de qué pasaría si un abogado de oficio se deja convencer de participar en un crimen. Ese fue el principio de la idea para el libro. Es una obra larga y tiene elementos variados y no es tan fácil resumirla.
Se dice muchas veces que la patria de un escritor es la lengua. ¿Cómo es ese proceso de la lengua en usted, cómo ve el inglés y el español para expresarse?
Veo, como una ventaja tremenda, conocer el español. No sólo por razones de trabajo, sino porque me ayuda, como escritor, a ver el mundo en dos idiomas. Creo que el hecho de concebir el mundo de esta forma me ha ayudado a dominar el inglés mucho mejor. Se me da más naturalmente escribir en inglés porque es el idioma en el que trabajo y vivo. Pero me siento cómodo con el español: es el idioma que me hace sentir como en familia.
¿Considera que su destino es la literatura o seguirá su camino en el derecho?
Continuaré en ambas cosas al tiempo, como lo he hecho todos estos años. No tengo planes de abandonar ninguna de las dos cosas. Son dos aspectos de mi vida a los cuales les doy la misma importancia. Lo que hago como abogado es ayudar a los pobres, a la gente que este país está tratando, esencialmente, de botar. Es un trabajo muy importante y no voy a parar de hacerlo porque tenga éxito como escritor. Pero, al mismo tiempo, no voy a parar de ser escritor. Mi segundo libro sale pronto y estoy escribiendo el tercero. Esto es algo con lo que también me siento casi obsesionado.
¿Pero se siente más del lado de las letras o de los estrados judiciales?
No puedo imaginar mi vida con una sola cosa: no veo mi vida solamente siendo escritor o abogado. La combinación me hace feliz y me hace sentir que estoy haciendo algo importante. La verdad es que me gusta el trabajo, estar haciendo cosas. Si quito alguna voy a quedarme sentado viendo televisión en el sofá.
¿Qué tiene de Colombia en su obra y en su vida?
En el libro el narrador tiene papás colombianos. Hay varios momentos en los que él está en la casa, con su familia, y se habla de Colombia, de los colombianos. En el segundo libro también hay una parte larga que habla de Colombia hace 70 años. Es un interés grande mío incluir a Colombia en mis libros.
¿Cómo será su siguiente libro?
El nuevo libro tiene 200 páginas. Estoy buscando siempre como artista, como escritor, algo nuevo para mí. Hacer algo diferente, buscar otras maneras de expresarme, de captar la verdad. Entonces, mi segundo libro es, en muchos aspectos, muy diferente del primero. No siento que deba imponerme reglas: escribo libros largos, de cierta forma. No quiero imponerme reglas, sino encontrar formas para expresar lo que siento.