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Cinco personas que habían perdido la visión gradualmente por cuenta de una enfermedad conocida como retinitis pigmentosa lograron distinguir formas y objetos luego de que un equipo de científicos alemanes les implantaran un microchip fotosensible bajo la retina.
Los resultados del estudio piloto, llevado a cabo por el departamento de oftalmología de la Universidad alemana de Tubinga, se publicaron en la revista científica Proceedings of the Royal Society B y han despertado un gran interés.
El implante electrónico consta de 1.500 diodos fotosensibles con amplificadores y electrodos colocados en un microchip, que transforma las imágenes en impulsos eléctricos, que a su vez son transmitidos al cerebro a través del nervio óptico. En otras palabras, el microchip reemplaza a las células que han perdido su función en la retina.
De los 11 invidentes que participaron en el estudio y que habían quedado ciegos entre 2 y 15 años antes de la prueba, cinco fueron capaces de reconocer y localizar fuentes de luz o grandes objetos blancos. Uno de ellos pudo identificar objetos, ver la hora en la esfera de un gran reloj, diferenciar varios tonos de gris y distinguir letras y palabras.
“No ven como nosotros, pero para un ciego que no ve nada significa mucho”, dijo a la agencia EFE el profesor Eberhart Zrenner, fundador de Retinal Implant AG y director del hospital oftalmológico de la Universidad de Tubinga.
Zrenner explicó que el método entra ahora en una fase clínica con alrededor de 25 y 50 pacientes, además sostuvo que de aquí a cinco años puede estar disponible a un precio de entre 25.000 y 50.000 euros. Sin embargo, advirtió que “no se deben generar falsas esperanzas”, ya que el implante retinal no sirve si la enfermedad está muy avanzada y hay cicatrices formadas tras 20 ó 25 años de ceguera.