Colombia, motivo de tensión regional

Varios documentos enviados desde la Embajada de EE.UU. en Brasil revelan la importancia que tiene este país para los intereses de Washington en la región.

El Espectador
30 de noviembre de 2010 - 11:52 p. m.

De los 250.000 documentos revelados por Wikileaks, que pusieron en jaque a la diplomacia de EE.UU., 2.896 hablan sobre Colombia y 2.416 salieron directamente de la representación diplomática estadounidense en Bogotá. Algunos de estos cables “confidenciales”  emitidos desde la Embajada de EE.UU. en Brasil, están disponibles desde este martes al mediodía en el portal de internet de Wikileaks y revelan la importancia que tiene ese país suramericano para los intereses de la Casa Blanca en la región.

La mayoría de los informes se basan en conversaciones del embajador estadounidense en Brasilia, Clifford M. Sobel, con el ministro de Defensa de Brasil, Nelson Jobim, quien según los documentos ha sido un interlocutor frecuente desde 2007. Incluso lo califican como “uno de los líderes más confiables de Brasil, con una reputación e integridad raras entre los políticos brasileños”.

En los cables se hace referencia a una visita de Jobim a Washington, entre el 18 y el 21 de marzo de 2008, cuando el ministro de Defensa habló de su intención de estrechar una amistad con EE.UU. y de la necesidad de modernizar las Fuerzas Armadas. Sin embargo, el ministro criticó en ese encuentro a Washington por no permitirles la venta de unos aviones Súper Tucanos a Venezuela. Meses después, el gobierno estadounidense expresó su interés de adquirir 100 Súper Tucanos de la empresa brasileña Embraer para combatir a las guerrillas en Afganistán, aplicando la experiencia colombiana en su lucha contra las Farc.

En dicho encuentro se hizo la presentación del proyecto del Consejo de Defensa Suramericano, una alianza militar que incluía a todos los países sudamericanos. Jobin aseguró, según los documentos de Wikileaks, que el Consejo era la mejor forma de mantener a Hugo Chávez en cintura. Sin embargo, para el embajador Sobel esa idea era “impracticable”.

Posteriormente, en otro telegrama, Jobim sitúa a “Colombia en el centro de la potencial inestabilidad de la región” y considera el intento del entonces presidente Álvaro Uribe de optar a un tercer mandato en Colombia como “un terrible precedente”. Más adelante, el ministro brasileño vuelve a mostrar sus preocupaciones respecto a Uribe, a quien “insiste en calificar como la primera fuente de tensiones”.

En un telegrama posterior, se reporta la preocupación del ministro de Defensa brasileño por el acuerdo militar firmado entre Bogotá y Washington, que permitiría el uso de siete bases militares en Colombia. Esa molestia era conocida por altos funcionarios del gobierno del ex presidente Álvaro Uribe, que ya sabían de los reclamos de Brasil a Washington. Según el reporte de un encuentro con la actual ministra consejera de la embajada Lisa Kubiske (el 13 de noviembre de 2009), Jobim no escondió su irritación por ese tema.

Otro de los documentos muestra que el Departamento de Estado recomendaba enfatizar ciertos puntos en las conversaciones con Jobim: “Queremos dejarle claro al Ministro de Defensa la necesidad de continuar mejorando nuestras relaciones en defensa, dada la importancia que tiene Brasil en las Américas. Somos muy serios en nuestra sociedad con Brasil, vemos fuertes posibilidades de intercambiar personal militar y entrenamiento”, dice uno de los cables.

En la conversación, Jobim defendió la actitud neutra de Brasil y afirmó que su gobierno ofrecería vigilancia aérea para apaciguar las tensiones en la frontera entre los dos países. “A pesar de la tendencia del gobierno de Brasil a culpar a Colombia de las tensiones actuales, sus esfuerzos por mantener la paz son sinceros y deberían ser apoyados” , afirma en la nota.

Las referencias a Venezuela

En un informe enviado al Departamento de Estado el 6 de mayo de 2005, el entonces embajador estadounidense en Brasil, John J. Danilovich, reportó que tuvo un almuerzo con el general Jorge Armando Félix, ministro de Seguridad Institucional en el que se mencionó que el presidente venezolano, Hugo Chávez, tenía intenciones de interrumpir los esfuerzos de Brasil por ocupar el papel de líder político y económico de Suramérica. En otros documentos, en Venezuela también se asegura que un equipo bajo control cubano se encarga de espiar a los funcionarios de la embajada estadounidense en Caracas y que el grupo disfruta de “acceso directo” con el presidente Chávez. Por otra parte, los cables dejan en evidencia que el ministro de Defensa brasileño, siguiendo la posición de su gobierno, no  reconoce abiertamente  la presencia de las Farc en Venezuela, porque “arruinaría la habilidad de Brasil como mediador”. ‘Le Monde’ reveló otros cables en los que diplomáticos de EE.UU.  en Caracas  califican la relación entre  Chávez y Fidel Castro como “el eje de la malicia”.

El tumor de Evo Morales

Otro de los líderes latinoamericanos sobre cuya salud pidió informes el Departamento de Estado norteamericano fue el presidente de Bolivia, Evo Morales. Según se conoció, en uno de los mensajes revelados por Wikileaks, en 2009 se registran varios informes en los que se habla de una enfermedad grave que padecería Morales.  La preocupación de Washington, de acuerdo con el cable confidencial, es que el mandatario se encuentre débil cuando se está debatiendo la aprobación en referéndum de la nueva Constitución boliviana, la piedra angular de la refundación de Bolivia.

Según el documento, Morales fue invitado por su homólogo brasileño para ser operado en un hospital de São Paulo. “En la conversación con el embajador Sobel (...), Jobim confirmó el antiguo rumor de que Morales está sufriendo un grave tumor en la nariz”, dice el cable diplomático. Sin embargo, el portavoz de Morales, Iván Canelas, aseguró: “El presidente fue intervenido quirúrgicamente en la nariz por un problema en el tabique que le provocaba moquera, no de ningún tumor”.

Por El Espectador

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