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Si bien es evidente que tras el resurgimiento de versiones respecto al incremento de los índices de inseguridad en Medellín hay todo tipo de intereses políticos, también lo es que las cifras reveladas por el gobierno de la ciudad no favorecen a Alonso Salazar, cuya administración acaba de reconocer que el índice de homicidios de la capital paisa creció un 20%.
La situación comienza a tornarse preocupante. Este miércoles, mientras los miembros de la Comisión Segunda de la Cámara de Representantes esperaban en vano la presencia de Salazar para discutir el tema, los habitantes del centro de Medellín se despertaron en medio de zozobra ante el hallazgo de un cuerpo desmembrado en los tejados de las casas del sector.
Las primeras averiguaciones adjudicaban el hecho a una venganza entre bandas de la ciudad.
Según cálculos no oficiales, cerca de 4 mil muchachos de Medellín pertenecen a bandas delincuenciales que se disputan el control de los centros de expendio de drogas. En las últimas horas 25 jóvenes pertenecientes a bandas que operan en la comuna 13 de Medellín, entregaron sus armas. Más de cien eran blancas y otras 25, de fuego.
Los jóvenes llevaban un año de trabajo con la oficina de paz y reconciliación de la Alcaldía, para vincularse a un programa que les permitiera dejar de delinquir.
A sus 16 años, John* ingresó a una de estas bandas. Hoy tiene 24 años y asegura que gracias al apoyo de la Alcaldía, encontró otra opción de vida: “Yo me la pasaba armado, tenía una plaza de vicio y con los muchachos cometíamos muchos delitos: robábamos, matábamos y nos enfrentábamos a los muchachos de otros barrios. Pero esta oportunidad es muy buena. Nos dan 400 mil pesos mensuales para los pasajes y estamos estudiando. Yo, por ejemplo, estoy terminando sexto y quiero seguir en la universidad”.
Según John, en la comuna 13 hay muchos menores de edad, vinculados a actividades ilegales, “aquí hay muchos niños metidos en eso. Desde los 12 años están cargando armas o drogas, así los otros no dan visaje”. Dice que todos los días recibe ofertas para incurrir en actividades delictivas.
La situación de la capital paisa fue llevada al Congreso por los congresistas opositores a Salazar. El representante Augusto Posada, antioqueño del Partido de la U, sostiene que la disputa de bandas por el control de las plazas de vicio, las extorsiones a transportadores y comerciantes, han hecho que los homicidios aumenten no un 20% como dice la Alcaldía sino un 35%. Y agrega que si a esto se suman los 1.303 casos de violaciones de mujeres, queda claro que “la falta de liderazgo para enfrentar los temas de orden público nos desbordó”.
El senador Jorge Enrique Vélez, también citante al debate, sostiene que las cifras sobre seguridad fueron maquilladas desde la administración anterior, la de Sergio Fajardo, para mostrar una ciudad que no es la real y que si no se toman acciones de inmediato la mala imagen de la ciudad podría poner en riesgo la realización de por lo menos 250 eventos, entre ellos la asamblea del BID. Aunque Vélez asegura que el debate no es político, todo el mundo sabe que pertenece a Cambio Radical y que fue secretario de gobierno del ex alcalde Luis Pérez, derrotado en su intento reeleccionista por el hoy alcalde de Medellín.
Al igual que hicieron los congresistas de la oposición al alcalde de Bogotá, los de Medellín pidieron al ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, mayor presencia en la ciudad para articular la política de seguridad democrática con los planes locales. Salazar está de acuerdo con la colaboración interinstitucional, pero pide que no haya agendas ocultas tras la discusión del tema.
Y mientras Alcaldía, políticos de la región y autoridades nacionales siguen sin ponerse de acuerdo, la ciudad se resiste a tener que levantarse cada día con noticias tan aterradoras como la que los habitantes del centro se encontraron en la mañana de este miércoles.
Los interrogantes acerca del orden público
El debate de ayer no se hizo y las dudas de los congresistas sobre la seguridad en Medellín quedaron sin respuesta. Sin embargo, El Espectador buscó a Ramírez y logró que le contestara las preguntas de los legisladores:
¿El resurgimiento de modalidades delictivas se debe a individuos que no siguieron en el proceso de reinserción?
El alcalde lo ha dicho: La violencia que vive hoy la ciudad es por narcotraficantes sin tintes políticos. Medellín es la puerta al Chocó, Antioquia y Córdoba, donde se incrementaron los cultivos ilícitos. Aquí hay disputas por rutas, plazas y bienes.
¿En qué proporción se ha incrementado la delincuencia en la ciudad?
El homicidio en un 20% según datos de la policía, pero Medicina Legal y la Fiscalía tienen otra estadística.
¿Qué programas nuevos ha implementado la administración municipal para frenar los enfrentamientos de bandas?
Tenemos un programa que se llama Jóvenes en Alto Riesgo, la Brigada Antihomicidios y próximamente comenzarán a operar las Brigada Anticombos y casas de vicio.
¿Hay suficiente fuerza pública para controlar esos desmanes?
Tenemos un déficit de mil hombres
¿Cuántos consejos de seguridad han realizado este año?
Siete, además de reuniones semanales de seguimiento.