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El evento, que fue lanzado el viernes en la noche y se realizará entre el 18 y el 20 de julio próximos, no tiene precedentes en la historia de la ciudad. Se llama ‘El vuelo de la libertad’ y es un homenaje a los próceres de la Independencia.
El gigante de más de 30 metros de altura y 120 mil pies cúbicos de aire que anoche fue expuesto en la Plaza de Bolívar, en medio de los aplausos y vivas de decenas de espectadores, es apenas una pequeña muestra de lo que la ciudad podrá ver durante los eventos que se realizarán el próximo mes para celebrar el Bicentenario de las independencias en América.
Para los días de esas fiestas —exactamente entre el 18 y 20 de julio— 50 globos aerostáticos más surcarán el cielo de la capital, de sur a norte a lo largo de tres horas, en un espectáculo sin precedentes que fue anunciado oficialmente anoche por el alcalde Samuel Moreno y el escritor William Ospina, presidente de la Comisión Distrital del Bicentenario, quienes encabezarán la jornada bautizada como ‘El vuelo de la libertad’.
La idea es que cada uno de los aerostáticos vaya vestido de imágenes de los próceres de la Independencia, pintados, entre otros, por los artistas colombianos Maripaz Jaramillo, Gustavo Zalamea y Ana Mercedes Hoyos.
“Desde cuando empezamos a pensar en la celebración del Bicentenario tuvimos claro que no se trataba de un solo festejo, sino de una ocasión inmejorable para reflexionar sobre lo que hemos alcanzado y lo que nos falta por lograr”, dijo el alcalde Mayor.
Bajo los globos, y durante todo el recorrido que irá desde el parque Simón Bolívar hasta varias áreas de descenso en espacios abiertos, irán colgando los textos de la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano, que en 1793 tradujo al español Antonio Nariño y que inspiraron el ideal libertario.
“El primero era un monstruo”
En una crónica de Alberto Silva Borrero, inspirado en una nota periodística de hace más de 150 años, documentada en la Biblioteca Luis Ángel Arango, se hace un recuento histórico de la primera ascensión aerostática realizada en Santafé de Bogotá.
“El globo era hecho de fajas blancas y rojas de bogotana; la boca formaba un aro de hierro de 16 metros de circunferencia y se inflamaba por medio de humo caliente, producido por la combustión de leña y tamo. Para mantener el calor e impulsar la subida se le ponía suspendida del arco, con cadenas, una canastilla de planchas de hierro, llena de trementina, brea y sebo con mechas... El globo inflamado se alcanzaba a ver desde la calle, y apenas eran suficientes veinte hombres para sujetarlo”.
“… El monstruo partió como un cohete, derribando de paso el ala del tejado, en el ángulo noroeste del edificio, y descalabrando a aquellos cuya mala estrella había colocado al pie del siniestro. La muchedumbre que ocupaba la parte baja del edificio se precipitó sobre la puerta para salir a la calle; pero como sólo estaba abierto el postigo, se formó allí aglomeración de personas de uno y otro sexo que se estrujaron sin misericordia, con el fin de conseguir, a lo menos, salir de ese dédalo en que se habían metido; hubo gente que quedó en cueros y los más perdieron los sombreros, la capa o alguna otra prenda del vestido”. “… El globo recorría majestuoso los ámbitos del cielo, enseñando sus entrañas de fuego, cuyas llamas lamían la tela de donde pendía la vida de un hombre…”.