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Diecisiete meses duró la libertad del ex senador conservador Luis Humberto Gómez Gallo. Aunque la Fiscalía había precluido, en agosto de 2008, la investigación en su contra por presuntos vínculos con grupos paramilitares, ayer la Corte Suprema de Justicia lo llamó a juicio y dictó orden de captura en su contra. Como si fuera poco, el alto tribunal compulsó copias para que sea investigado el ex fiscal delegado Julio César Martínez, quien lo favoreció en la primera decisión. El ex parlamentario, que tras su nueva detención se declaró inocente de las acusaciones en su contra, fue señalado por varios desmovilizados de reunirse en tres oportunidades con paramilitares del departamento del Tolima.
En la primera etapa del proceso seguido en su contra, el 1º de noviembre de 2007 había sido llamado a indagatoria por el alto tribunal y el 11 de diciembre de ese año fue detenido, en su apartamento de Bogotá. Aunque luego se retractaron, los testigos estelares de la Corte Suprema en contra del ex presidente del Congreso fueron los desmovilizados Róbinson Javier Guilombo, alias Esteban, y José Wilton Bedoya Rayo, alias Moisés, quienes hicieron parte del Bloque Tolima de las Autodefensas. El primero le manifestó al alto tribunal que Gómez Gallo se reunió en varias ocasiones con el extraditado Eduardo Restrepo Victoria, alias El Socio, y que uno de los encuentros se efectuó en la finca La Morena, de propiedad de ese señalado narcotraficante.
Agregó que el congresista recibió dinero en repetidas oportunidades de Restrepo Victoria. Como si fuera poco, alias Esteban dijo que en marzo o abril de 2004 el ex congresista asistió a una fiesta con motivo del cumpleaños de una de las esposas del escolta de confianza de El Socio, “en una casita de veraneo” ubicada en las afueras de Ibagué”. Sostuvo que ese día “tomaron whisky hasta las 8 de la noche” y que Gómez recibió una bolsa con plata. A su turno, Bedoya Rayo, alias Moisés, aseguró que en 2001 presenció una reunión en el hotel Tocarema, de Girardot, entre el parlamentario y el jefe paramilitar conocido con el alias de Elías. “Él (Gómez Gallo) quería que nosotros matáramos a Pompilio Avendaño” (congresista liberal).
Pero como si fuera poco, Moisés les manifestó a los magistrados de la Corte que el entonces congresista sostuvo dos encuentros más con jefes paramilitares: en la hacienda Chihuahua y en el estadero La Florida, en Ibagué. El testigo fue enfático en afirmar que a este último encuentro asistió El Socio. Pero Moisés no paró ahí y sostuvo además que “estaban ofreciendo $1.500 millones” a los internos del Bloque Tolima que se encontraban recluidos en la cárcel de Picaleña, en la capital del Tolima, para que no fueran a delatar a reconocidos políticos de la región con supuestos vínculos con los paramilitares.
Para darles mayor peso a sus graves denuncias advirtió que César Mora, alias Tyson, quien también estaba en Picaleña, podía corroborar todo lo afirmado por él.
Bedoya Rayo explicó también que el condenado ex representante a la Cámara Gonzalo García sí tuvo nexos con las autodefensas. Precisamente en el fallo de la Corte en contra de García a siete años de prisión por vínculos con las autodefensas se subrayó que los votos que favorecieron a García para el Congreso en 2006 también beneficiaron al senador Gómez Gallo para el Senado.
Para desvirtuar las declaraciones de los desmovilizados, Gómez Gallo envió a la Corte una decisión de la Fiscalía en la que acusaba al ex gobernador del Tolima Guillermo Alfonso Jaramillo de injuria y calumnia. En esa determinación, de noviembre de 2008, el fiscal del caso dejó por el piso la credibilidad de alias Esteban y pidió investigarlo por falso testimonio. “Qué valor probatorio tienen los testimonios de este sujeto si refiriéndose al mismo senador Luis Humberto Gómez Gallo ha dado cuatro o cinco versiones diferentes, todas ellas contrarias, en todas ellas, a pesar de referirse al mismo momento en que supuestamente lo vio, lo pone en sitios y fechas diferentes”, señaló la decisión.
Incluso otra fiscal de la Unidad de Vida de Ibagué acusó a Guilombo de ser un mentiroso y pidió que fuera investigado. Por otro lado, para descartar cualquier supuesto interés en la muerte de Pompilio Avendaño, Gómez Gallo presentó una declaración juramentada de él mismo en la que certificaba que su relación con Gómez Gallo siempre "se ha caracterizado por el respeto". Finalmente el ex senador denunció que Moisés, desde la cárcel, extorsionó a un alcalde de Lérida, Tolima, pidiéndole $20 millones o de lo contrario lo incriminaría en el escándalo parapolítico.