Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
No han pasado 48 horas desde que se anunciara la llegada del estratega político venezolano Juan José Rendón a la campaña de Juan Manuel Santos, como parte del revolcón con miras a enderezar el camino en la recta final de las elecciones presidenciales, y ya la polémica está servida. Primero fue el ex asesor del gobierno de Álvaro Uribe, Fabio Echeverri Correa, quien calificó a Rendón como "artífice del juego sucio" y advirtió que su presencia le haría "daño" a la campaña santista.
Luego fue el representante Nicolás Uribe, quien anunció que se hacía a un lado porque no estaba dispuesto a trabajar junto a Rendón. En septiembre de 2007, el congresista había denunciado ante los medios que el venezolano, en ese entonces asesor del Partido de la U, lo amenazó con armarle un escándalo de unas supuestas relaciones con prostitutas si no intercedía ante el Gobierno para propiciar la salida de la directora del programa presidencial Colombia Joven, Ana María Convers.
Ayer se conoció que Alberto Velásquez dejó la gerencia general de la campaña santista, y aunque seguirá apoyando la parte organizacional, sí reconoció que es muy difícil "controlar" a Rendón. Horas después fue Juan Mesa quien anunció su retiro de la recién creada Mesa de Estrategia, argumentando que como abogado de la firma Prisa, contra quien Rendón tiene interpuesta una demanda, está impedido para laborar a su lado. Mesa seguirá vinculado a la campaña pero en otro frente de trabajo.
La situación es tal que el mismo Juan Manuel Santos tuvo que salir a los medios de comunicación a defender el papel de Rendón en su campaña y a aclarar que no viene a hacer "juego sucio": "Se trata de un experto en publicidad que tiene muchos enemigos porque ha sido exitoso. Hace cuatro años demostró sus resultados cuando comenzó a crecer el Partido de la U. Es una persona muy hábil", dijo.
Santos conoció a Rendón en octubre de 2005, cuando como presidente del Partido organizó un foro en el hotel Dann Carlton que se llamó "Camino a la victoria". A través de Germán Chica, quien hoy forma parte de su comité estratégico, lo trajo como conferencista, le gustó su estilo y lo dejó como asesor de la recién creada colectividad. En ese entonces, un dirigente cercano a la U definió así a J. J. Rendón: "Es un experto en rumorología".
Posteriormente, cuando fue nombrado Ministro de Defensa, Santos lo llevó como su asesor y hasta terminó colaborando con la Vicepresidencia de la República en temas de desplazamiento y erradicación de minas antipersona. Ahora, según le contó un congresista uribista a este diario, Rendón pidió que su llegada como asesor de la campaña santista fuera de cara a la opinión pública. Una postura diferente a la asumida en el reciente pasado, cuando había preferido no figurar en nada y nunca apareció firmando documentos.
Otro hecho por el que el nombre de Juan José Rendón salió a la luz pública en 2007 tuvo que ver con la captura de Laura Añez, una persona muy cercana a él, cuando intentaba salir del país con US$43.000 en efectivo, cifra que excedía los límites legales y que el asesor venezolano le había dado para que los llevara a Miami. Según denunció en su momento el diario El Tiempo, Rendón buscó al consejero presidencial José Obdulio Gaviria y al director de la DIAN, Óscar Franco, para que ayudaran a Añez.
Un halo de misterio lo rodea. En las pocas entrevistas que ha dado, Rendón se autodefine budista y experto en el manejo de espadas, y siempre viste de negro. Empezó asesorando políticos pequeños en Venezuela y después lo hizo con los grandes, caso Carlos Andrés Pérez y Rafael Caldera. Fue uno de los líderes del fracasado referendo antichavista y tras denunciar un supuesto fraude en dicho proceso, se radicó en México y Miami, dedicándose a dictar conferencias sobre temas de seguridad y defensa.
El año pasado estuvo al lado de la campaña de Porfirio Lobo, elegido en febrero pasado como presidente de Honduras. En una columna de opinión, el periodista mexicano Ramón Betancur califica a Rendón como "el rey de la propaganda negra" y lo acusa de usar los "términos homosexual, narcotraficante, pederasta, drogadicto, violador, etc., etc.", para endilgarlos (como rumor) en las campañas de los adversarios políticos de sus clientes, y que acostumbra a "subir falsas historias perversas y fotomontajes a internet".
Se dice también que en su última estadía en Colombia tuvo un duro enfrentamiento verbal con Germán Vargas Lleras en el restaurante Harry Sasson, que se convirtió en asesor personal de Carlos García Orjuela —ex presidente de las U, hoy detenido por parapolítica, que le pagaba $60 millones mensuales—, que graba todas las conversaciones y que su círculo de amigos es muy pequeño, y en él se encuentran el diseñador Ricardo Pava, José Obdulio Gaviria y, claro, Juan Manuel Santos.