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Las alianzas de las Farc

La guerrilla se ha unido con grupos emergentes en distintas zonas del país donde se cultiva y trafica la coca.

Humberto Coronel N.
19 de octubre de 2008 - 08:49 p. m.

Posterior a la desmovilización de los grupos paramilitares, iniciada el 25 de noviembre de 2003 y culminada el 17 de agosto de 2006, en distintas regiones de la geografía nacional se ha presentado una alianza táctica entre las Farc y algunos grupos denominados emergentes para controlar el ilícito negocio del tráfico de estupefacientes. Así lo documentó un informe de la Corporación Nuevo Arco Iris conocido por El Espectador, la cual encontró que en cinco regiones hay alianzas, en seis se presentan fuertes confrontaciones y en otros departamentos se registra una tensa calma.

Según el reporte, se han evidenciado uniones de las Farc con los hombres de Pedro Olivero Guerrero, alias Cuchillo, quien opera en el oriente colombiano, y con el grupo de Daniel Rendón Herrera, alias Don Mario, que hace presencia en los departamentos de Córdoba, Sucre, La Guajira, Cesar, Atlántico, Antioquia y Arauca. Por el contrario, con las ‘Águilas Negras’ se han registrado fuertes enfrentamientos.

Según el informe, estas alianzas son una especie de pactos de no agresión muy inestables que funcionan porque no existe una disputa de territorio. Estos acuerdos no son de patrullaje conjunto o entrenamiento de tropas o de combate ante la Fuerza Pública. Son única y exclusivamente para garantizar el tráfico de droga. La Corporación Arco Iris identificó tres tipos de pactos.

El primero se da en relación a los intereses. Un ejemplo de ellos ocurre en el bajo Cauca antioqueño para el comercio de la coca, donde la presencia de las Farc sigue latente y sus alianzas con distintos grupos emergentes garantizan la continuidad del negocio. En la zona de los Llanos Orientales existen acuerdos donde cada grupo se concentra en una zona específica sin cruzarla, lo que les impide combatir entre ellos. Pero también se han establecido uniones para contrarrestar el accionar de otro grupo, una especie de acuerdos de guerra, como los registrados en Cauca y Nariño, donde se juntaron ‘Los Rastrojos’ con el Eln para repeler a las Farc.

Según el coordinador del Observatorio Dinámicas del Conflicto Armado de la Corporación Nuevo Arco Iris, Ariel Ávila, las Farc controlan las zonas rurales apartadas, donde se encuentran los cultivos de coca. “Ellos permiten que los campesinos vendan la hoja de coca a los grupos de narcotraficantes y emergentes que se encuentran en las zonas urbanas, a la vez los grupos emergentes permiten que milicianos adquieran comida y medicinas en estos cascos urbanos. Básicamente la alianza táctica consiste en que las Farc custodian los cultivos, y las bandas emergentes, que son las que tienen las rutas del narcotráfico y los contactos internacionales, quienes realizan la comercialización”, manifestó.

Dice el informe que el primer lugar donde se deterioraron las relaciones, pese a existir un pacto de no agresión, es los Llanos Orientales. Allí los frentes 43, 27 y 39 de las Farc, que no superan los 400 combatientes, han empezado a enfrentarse con los 1.200 hombres de Cuchillo. Esta alianza se había iniciado hacia finales del año 2006, cuando Cuchillo libraba una fuerte confrontación contra los llamados ‘Paisas’ o ‘Macacos’. Sin embargo, hacia el mes de febrero de 2008, Cuchillo logró el control sobre el Guaviare y los municipios de Puerto Rico, Puerto Concordia y Mapiripán, en el departamento del Meta.

En el bajo Cauca antioqueño las Farc tenían una presencia reducida. Sus frentes 5 y 36 no superaban los 100 hombres en armas, y el frente 18, que era el más fuerte, no superaba los 80, sostiene el informe de Arco Iris. A la vez, Don Mario se rearmó después de la desmovilización de las autodefensas que operaban en el Urabá.

En Norte de Santander y en el sur de Bolívar se estableció un pacto de no agresión entre la guerrilla de las Farc y otros grupos emergentes. En el informe se indica que en los últimos meses se suscribió una alianza entre las Farc y el Eln para confrontar a las ‘Águilas Negras’. Acuerdo similar se efectuó en Nariño, esta vez entre el Eln y los ‘Rastrojos’ para combatir a las Farc, lo que ha llevado a que esta agrupación guerrillera haya perdido territorio en esa zona.

En síntesis, el estudio elaborado por la Corporación Arco Iris, que será difundido esta semana, evidencia que las alianzas existentes entre organizaciones ilegales no son tan sólidas como se pregona en algunas regiones del país, ni tan débiles como especulan las autoridades. Son inestables, en últimas porque lo que buscan consolidar las organizaciones ilegales son los monopolios y el control del negocio del narcotráfico.

Por Humberto Coronel N.

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