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Fármacos peligrosos

Tres medicamentos, Lumiracoxib, Piroxicam y Nimesulida, han sido prohibidos en varios países pero se siguen comercializando en Colombia.

Lucía Camargo Rojas
07 de noviembre de 2008 - 10:03 p. m.
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En las droguerías de nuestro país se pueden conseguir, con prescripción médica (aunque muchas veces sin ella), tres fármacos que han sido sacados de circulación en varios países y ante los cuales diferentes agencias de medicamentos han recomendado suspender su uso. Se trata del Lumiracoxib, la Nimesulida y el Piroxicam.

Los tres son medicamentos empleados para el manejo del dolor y se clasifican como antiinflamatorios no esteroideos. El primero de ellos, el Lumiracoxib, fue suspendido por la Agencia Australiana de Medicamentos (TGA, por sus siglas en inglés) en agosto del año pasado, luego de recibir ocho reportes de serias reacciones hepáticas al medicamento. En dos de los casos reportados, los pacientes fallecieron. Por eso la TGA recomendó a los 60.000 australianos que se estima lo tomaban suspender la dosis y discutir nuevas alternativas de tratamiento con sus doctores.

La decisión de la TGA fue un detonante para que la Agencia Europea de Medicamentos evaluara el caso y concluyera que los riesgos que producía al hígado eran mayores que los beneficios. Razón por la cual recomendó el retiro del Lumiracoxib del mercado en aquellos países donde todavía se comercializaba.

De ahí en adelante se presentó una reacción en cadena de varios países que decidieron suspender la venta del producto. En América Latina, por ejemplo, Argentina, Guatemala, Chile y El Salvador suspendieron preventivamente su comercialización a finales de 2007. En marzo de este año Perú se unió a la decisión, así como Brasil hace cuatro meses.

Sin prohibir


En Colombia, en octubre del 2007, el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima), siguiendo las alertas internacionales, publicó en su página web una advertencia a los consumidores y anunció una posible suspensión de su comercialización. Sin embargo, el 27 de noviembre de ese año anunció que el medicamento entraría en una revisión de oficio y que, mientras tanto, se continuaría vendiendo el Prexige (del laboratorio Novartis), nombre con el que se encuentra registrado en el país, en sus presentaciones de 100mg, 200mg y 400mg.

Además, advirtió a los médicos tratantes no recetar el fármaco por más de cinco días, mantener bajo vigilancia estricta a sus pacientes e informar de cualquier reacción adversa que se pudiera presentar.

Ante la sorpresiva reacción del Invima, el Centro de Información de Medicamentos de la Universidad Nacional (Cimun) se dedicó a rastrear las acciones que se habían tomado en distintas agencias del mundo entero en relación al Lumiracoxib y en su Boletín de Farmacovigilancia de noviembre de 2008 solicitó formalmente al Invima el retiro del medicamento en el mercado colombiano.

De acuerdo con Martha Cecilia  Rodríguez, subdirectora de medicamentos y productos biológicos del Invima, entre el 19 y el 21 de noviembre, la Comisión Revisora de Medicamentos tomará una decisión con respecto al Lumiracoxib. Pero advierte: “No nos han llegado suficientes reportes de los médicos que indiquen que el medicamento produce reacciones adversas, la alerta es más que todo internacional”.

En cuanto a la Nimesulida y el Piroxicam, el Invima no tomará ninguna decisión en los próximos días, debido a que considera que las alertas internacionales no son suficientes. Sin embargo, farmacólogos  como Claudia Vacca, de la Universidad Nacional y Oscar Gutiérrez, de la Universidad del Valle, aclaran que éstos, al igual que el Lumiracoxib, generan más riesgos que beneficios (el primero produce   daños hepáticos y el segundo tiene un alto riesgo de sangrado). Además, son fácilmente reemplazables, por lo que recomiendan que sean retirados del mercado colombiano.

La pregunta que se hacen los expertos en el tema es qué responsabilidad le cabe a los laboratorios que los distribuyen si ya tienen noticias de los peligros que implica su uso.

Por Lucía Camargo Rojas

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