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“Me tergiversaron y maltraron la universidad”

Carlos Ossa, rector de la Universidad Distrital, explica su posición en defensa de la libertad de expresión de los estudiantes, aun de quienes creen que se deben cubrir sus rostros para disentir. Habla del debate que armó la senadora Gina Parody a partir de unos videos.

Cecilia Orozco Tascón/ Especial para El Espectador
13 de septiembre de 2008 - 04:57 a. m.
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Advierte que fue descontextualizado por medios de “mala leche”, y que están estigmatizando los centros públicos de educación superior.

Acorde con la moda actual de formular acusaciones a partir de grabaciones y videos, la senadora de la U, Gina Parody, armó una polémica la semana pasada en el Congreso cuando exhibió unas imágenes filmadas en la Universidad Distrital. Se veían unos estudiantes encapuchados mientras uno de ellos arengaba a docenas de alumnos frente a las directivas del centro. Éstos escuchaban, aparentemente sin ninguna preocupación. En efecto, fuera de las capuchas nada era anormal. Si bien el tono del discurso de quien hablaba era alto, sus afirmaciones eran de lo más corriente para un escenario estudiantil: el compromiso académico, la responsabilidad con el país y con la sociedad, pensar en quienes están por fuera del sistema educativo, etc.

Sin embargo, Parody logró llamar la atención de los medios de comunicación, a los cuales acudió según dijo, en vista de que el alcalde Samuel Moreno no quería asistir al debate en el Congreso al que había sido citado varias veces para hablar del tema de la seguridad de la capital. Al parecer, la senadora quería mostrar ese y otros videos cuando llegara Moreno, y probablemente le habría increpado que si había encapuchados en las universidades, cómo sería el problema de orden público en el resto de la ciudad. 

En vista de que el debate se le frustró, la parlamentaria, quien cuenta con buena audiencia entre los periodistas, decidió aprovechar el escenario mediático. Y lo logró con muy buen éxito, pues los videos fueron transmitidos en todos los canales de televisión y también acapararon buenos espacios en la radio y los medios impresos. No obstante, Parody no contaba con que en la rectoría de la Distrital había un profesional de larguísima experiencia en altos cargos públicos y privados, y cuya madurez le ha proporcionado suficiente bagaje para enfrentar cualquier dificultad con serenidad.

Así, a la fogosa política, que aspira a posicionarse desde ya para postularse en el futuro como candidata a la Alcaldía de Bogotá, le salió un contendor tranquilo pero firme. Carlos Ossa, economista de Los Andes, magíster en Economía de la Universidad de Chile y de Administración Pública de la Universidad de Harvard, salió en defensa de los estudiantes, aun de los encapuchados, con el argumento de que las aulas son, por excelencia, el escenario del debate libre y la crítica abierta. La discusión se prendió y mientras los sectores más conservadores llamaban a erradicar “los actos terroristas” de los centros de estudio mediante la intervención de la Policía, otros se alinearon al lado de lo que Ossa calificó como el derecho a la libre expresión.

En la entrevista con El Espectador, el rector de la Distrital aclara por qué es explicable que algunos jóvenes se tapen la cara cuando van a difundir sus disentimientos; por qué cree que lo tergiversaron y que maltrataron a la universidad y sobre todo, por qué supone que tras este escándalo periodístico, hay una intención política de fondo.

Cecilia Orozco Tascón.- Le han llovido rayos y centellas por haber sido condescendiente con la presencia de encapuchados en predios de la universidad. Visto el tamaño de debate que se armó, ¿ha cambiado de posición?

Rector Carlos Ossa.-  No he sido condescendiente en los términos en que usted lo plantea. Lo que he querido es defender  la universidad como un espacio para el debate y para la crítica. Y a propósito de esta discusión, bueno es recordar que Colombia es un Estado Social de Derecho y que por ello, toda persona tiene derecho al libre desarrollo de la personalidad (artículo 16 de la Constitución), a la libertad de conciencia (artículo 18), a la libertad de expresar y difundir su pensamiento y opiniones, y a la de informar y recibir información veraz e imparcial (artículo 20).

C.O.T.- De acuerdo. Pero la libertad de expresión y pensamiento puede convertirse en algo intimidatorio si quien ejerce ese derecho, lo hace con la cara cubierta. En ese caso, ¿qué pasa con el derecho a controvertir de quien escucha si la capucha genera temor?

R.C.O.-  Puede haber desconfianza tanto en el estudiante que escucha como en el encapuchado. Probablemente éste último oculta su identidad porque desconfía de quienes están al frente de él. Pero si la universidad garantiza un ambiente democrático y comprometido con el análisis libre de la realidad del país, lo más seguro es que termine quitándose la capucha y que ambos interlocutores puedan controvertir sanamente y sin prevenciones.


C.O.T.- Usted habla de tolerancia frente a este fenómeno, pero uno podría pensar que quienes se cubren pueden ser o no ser de la universidad y usted, con buenas intenciones, podría servir a intereses extraños.

R.C.O.- Le insisto en que un centro de estudios no puede vetar la libre expresión, siempre y cuando se respeten los derechos de toda la comunidad académica y se respeten los límites legales. Para nosotros es claro que los derechos de las personas van parejos con sus deberes; que la universidad es un espacio para el debate, y que eso no quiere decir que vamos a convertirla en un escenario para el desarrollo de actos al margen de la ley.

C.O.T.- ¿A usted no le interesa entonces que quienes arenguen a los estudiantes sean o no miembros de la universidad, mientras que los que escuchan sí están inscritos e identificados?

R.C.O.- Lo que verdaderamente interesa es la posibilidad de que la comunidad estudiantil aprenda a discutir pacíficamente. Si únicamente pudieran conversar  entre ellos los estudiantes inscritos formalmente en la Distrital, éstos no podrían entonces intercambiar opiniones, ser amigos ni mucho menos controvertir con los  alumnos de la Nacional, la Pedagógica o Los Andes, ni con el resto de la sociedad.

C.O.T.- ¿Por qué cree que algunos estudiantes se esconden tras una capucha?

C.O.T.- Cuando los estudiantes participan en manifestaciones de protesta y en algún otro tipo de controversia, siempre tienen el temor de ser señalados. Por esa razón existe desde hace muchos años la costumbre de usar capuchas. Eso no es un secreto para nadie.

C.O.T.- Los estudiantes tienen la idea de que mezclados con ellos, hay personas camufladas que en realidad son agentes encubiertos, ¿esa creencia es pura imaginación o hay un poco de realidad?

R.C.O.- Creo que hay mucho de realidad y eso explica, justamente, la costumbre de proteger su identidad.

C.O.T.- Sin embargo, la senadora Parody parece tener algo de razón cuando asegura que quienes defendieron una ideología revolucionaria no se encapuchaban, por ejemplo Mao, el Che Guevara o Fidel Castro.

R.C.O.- Fidel, el Che o Mao no se encapucharon, pero en sus inicios sí tuvieron que pasar mucho tiempo en la clandestinidad.

C.O.T.-  Si desde hace años se han visto encapuchados en las universidades, ¿por qué cree que ahora se armó una polémica mediática de tan alta repercusión?

R.C.O.- Porque cada día el país vira más a la derecha, tiende a la estigmatización y se busca toda clase de argumentos para polarizarlo y desprestigiar los espacios de discusión abierta.

C.O.T.- De otro lado, Gina Parody asegura que encontró el video de la denuncia y otros más en YouTube. Si el tema no estaba oculto, ¿por qué entonces ahora los presenta como si fueran un descubrimiento?

R.C.O.-  Por obsesión mediática y de pronto también estaba cumpliendo órdenes.

C.O.T.- ¿De quién?

R.C.O.- Usted ya debe imaginarse por dónde va el agua al molino.

C.O.T.- Parody aseguró que entre esos estudiantes que se tapan la cara “nacen los genes para los petardos en Bogotá” y dijo que “ojalá que de ese proselitismo subversivo no salgan actos terroristas en la capital”. ¿Qué opina?


R.C.O.- Con la información que ella presentó en los medios no se puede decir válidamente que haya terrorismo en la Universidad Distrital. No ha sido rigurosa cuando utiliza esas expresiones.

C.O.T.-  Por su parte, el presidente Uribe llamo “bandiditos” a los estudiantes encapuchados y aseguró que “están pasados de meterlos a la cárcel”. ¿Qué diría frente a esas afirmaciones?

R.C.O.- Que indican una posición poco amable con la comunidad estudiantil. Sería conveniente que se meditara antes de usar esas expresiones, pues cuando se trata de buscar al culpable de la comisión de supuestos delitos, no se puede generalizar. Al contrario. Hay que individualizar la denuncia.

C.O.T.- ¿Usted o cualquiera de los asistentes al evento se dieron cuenta de que los estaban filmando? ¿Alguien le pidió permiso para grabar?

R.C.O.- No nos pidieron autorización.

C.O.T.- Entonces, ¿quién grabó, cómo lo hizo y con qué fines?

R.C.O.- Un grupo periodístico de la universidad que se llama “El Macarenazoo”, emitió un comunicado en el que asegura que miembros de ese medio universitario, que publica noticias internas de la universidad, filmaron la jornada de recibimiento de los estudiantes de primer grado y que después publicaron la grabación en YouTube. Ellos cuentan que hicieron dos videos y que la mezcla de sus imágenes fue utilizada por la prensa para apoyar la denuncia de Gina Parody como si se tratara de una sola filmación. Ese grupo señala también que en lo publicado por la prensa se oye una voz que dice: “Las grabaciones las hacen los mismos milicianos”, lo cual sugiere, sin ninguna prueba, que “El Macarenazoo” es un grupo subversivo.

C.O.T.- En todo caso, a usted se le ha criticado que no haya reaccionado ante la arenga de los muchachos cubiertos. ¿Les dio permiso para intervenir?

R.C.O.- Quiero dejar claro que en ningún momento he asistido a escenarios donde encapuchados hayan lanzado arengas a favor de las Farc. En el primer semestre de este año estuve en la bienvenida de los primíparos en la sede Macarena. En ese evento autoricé la intervención de un grupo de cerca de quince personas, quienes en menos de diez minutos lanzaron consignas sobre su ideología política y sobre la responsabilidad estudiantil, en forma pacífica y sin agredir ni intimidar a nadie. Eso fue todo. Las imágenes en que aparecen estudiantes mencionando a miembros de las Farc corresponden a otro momento cuando no hubo presencia de ningún directivo de la institución. Hay ‘mala leche’ en algunos medios que han querido confundir a la opinión, sugiriendo que el rector ha sido condescendiente con discursos a favor de la guerrilla o de la lucha armada.

C.O.T.- Aunque usted no hubiera estado, no tranquiliza que  algunos encapuchados hablen de jefes de las Farc ni que mencionen un movimiento “bolivariano”. ¿Cree que este caso amerita un tratamiento diferente?

R.C.O.- Si alguien ha cometido delitos aquí o en cualquiera otra parte del territorio nacional, debe ser investigado por la autoridad competente, pero ojo: el derecho a la libre expresión no puede confundirse con un acto ilegal.

C.O.T.-  Según acaba de contestar, algunos medios han hecho interpretaciones de “mala leche”. ¿Se ha sentido tergiversado o maltratado por periodistas o medios? ¿Por qué cree que lo hacen?

R.C.O.- Evidentemente he sido tergiversado, descontextualizado, y han maltratado a la universidad. Creo que lo han hecho porque el objetivo último de todo este escándalo es el de estigmatizar a la Distrital y a su rector. 

C.O.T.- ¿Por qué querrían hacerlo? ¿Supone que hay prevenciones políticas?


R.C.O.- La forma como se ha presentado este escándalo sí puede indicar que hay un objetivo político de fondo. Y pienso que quieren poner entre los palos al alcalde.

C.O.T.-.- Precisamente hay quien dice en los círculos políticos que este episodio es un reflejo del enfrentamiento que existe entre el Gobierno Nacional y el Distrito en cabeza del alcalde Samuel Moreno. ¿Le parece posible que sea así?

R.C.O.- Como decía el Presidente Barco: “tanta ‘escandola’ debe tener una intención escondida”.

C.O.T.-.- Lo cierto es que hay un debate sobre la seguridad de Bogotá y ya hubo un enfrentamiento entre el Ministro de Defensa y el Alcalde. Estos videos parecerían darles la razón al Ministro y al Gobierno Nacional. ¿Qué opina al respecto?

R.C.O.-  Habría que comparar esos videos con hechos pasados para poder concluir que la situación ahora es más grave que antes.

C.O.T.-  En este debate le han sacado a relucir a usted asuntos polémicos de cuando fue funcionario público, por ejemplo, que hace años consumió marihuana, ¿le molesta que le recuerden ese episodio? Y, ¿cómo respondería a quienes lo descalifican por eso?

R.C.O.- Ése es un cuento ya ventilado y traerlo a colación ahora demuestra que ésta es una sociedad que sigue pecando en privado mientras condena a los demás en público.

Personaje ortodoxo pero sorprendente

El rector de la Universidad Distrital, Carlos Ossa, es muy conocido en el país por su larga trayectoria profesional, administrativa y académica: además de su larga experiencia como docente y rector en las universidades más prestigiosas de Bogotá, a Ossa se le recuerda porque fue viceministro de Agricultura, presidente de la Sociedad de Agricultores y de Asocaña; secretario general de Fedesarrollo; codirector del Banco de la República y Contralor General. Y además porque fue concejal de Bogotá, consejero presidencial para la Paz y miembro de la Asamblea Nacional Constituyente de cuyos debates nació la Constitución Nacional.

El rector Ossa también fue candidato a la Alcaldía de Bogotá y precandidato a la Presidencia de la República por el Partido Liberal. Pese a la ortodoxia de su carrera, este personaje ha sorprendido más de una vez por sus declaraciones, como cuando hace quince años, y siendo miembro de la Junta Directiva del Banco Emisor, admitió públicamente que fumaba marihuana en sus ratos de ocio, cuando le descubrieron un cigarrillo en un aeropuerto. La semana pasada le recordaron este incidente para descalificarlo. Sin alterarse, hizo pública su decisión de denunciar penalmente por injuria a la senadora Parody, por la presunta manipulación que ella hizo de los videos filmados en la Distrital para poder hacer, según dijo, una interpretación amañada de los mismos.

“Macarenazoo”, el grupo que filmó el video

Con ocasión de la difusión de un video en el que aparecen varios encapuchados arengando a los estudiantes en predios de la Distrital, un grupo de alumnos de la universidad que trabaja para el medio universitario denominado ‘El Macarenazoo’, aseguró en un comunicado que: “El día 31 de enero de 2008 filmó la jornada de inducción a estudiantes de primer semestre como trabajo periodístico, objetivo y transparente. La grabación fue publicada en marzo de este año en YouTube.

Salieron dos videos del mismo evento, cada uno de menos de diez minutos de duración. El 9 de septiembre, en medios masivos de comunicación… se presentó la denuncia de la senadora Gina Parody referente a la infiltración de las Farc en la Universidad Distrital. Como recurso audiovisual (esos medios) utilizaron las grabaciones nuestras… Cuando aparecen los créditos en pantalla, la voz en off expresa lo siguiente: “Las grabaciones las hacen los mismos milicianos”, generando así una ambigüedad de sentido…”. Y añade que: “El comité editorial quiere hacer constar que en ningún momento uno de los integrantes de ‘El Macarenazoo’ se ha puesto una capucha para deliberar públicamente, ni ha pertenecido o pertenece a ningún grupo político… y nuestro único fin es informar a (nuestra) comunidad…”

Por Cecilia Orozco Tascón/ Especial para El Espectador

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