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"Actuaría en consecuencia, incluso renunciando"

El Registrador Nacional, Carlos Ariel Sánchez, habla del extremo que lo llevaría a acudir a la figura de la objeción de conciencia.

Cecilia Orozco Tascón / Especial para El Espectador
13 de septiembre de 2009 - 02:00 a. m.
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De la reactivación de una demanda que contra su propia elección interpusieron sus opositores para sacarlo del cargo, y  de la propuesta de disminuir a la mitad, el número de votos que se necesitan para que el referendo sea aprobado.

Carlos Ariel Sánchez, un semi desconocido hasta cuando ganó el concurso de méritos para asumir el cargo de Registrador Nacional, resultó un dique en medio del huracán político más riesgoso que le ha tocado enfrentar a la democracia colombiana en el último siglo: el referendo re-reeleccionista. Los uribistas no confían en él, al parecer porque no se conforman con la autonomía de sus decisiones, y le cuestionan su presunta parcialidad en contra del referendo. Cada vez que habla o actúa, le critican sus declaraciones y tratan de encontrarle inhabilidades y motivos para que se declare impedido de presidir las jornadas electorales que se avecinan. Ya ha habido varias intentonas para sacarlo del juego y la más reciente de ellas, se relaciona con la reactivación de una vieja demanda contra su elección, que estaba dormida en la Sala Quinta del Consejo de Estado y que ahora será resuelta en Sala Plena por ser “de interés nacional”.

Sánchez no se arredra por la amenaza de una decisión judicial en su contra, probablemente porque se siente seguro de que no hay razones valederas para un fallo desfavorable. Tanto es así, que con su cara de placidez inalterable, suelta como quien no quiere hacerlo, frases que dicen mucho más de lo que las palabras significan en sí mismas. Por ejemplo, les recuerda a quienes están haciendo cuentas alegres, que, tal como lo indica la ley “si se llegaran a votar dos referendos en una misma fecha, cada uno de ellos tendría que alcanzar de manera independiente el umbral (25% del censo)” y que, para que no haya lugar a confusiones de los votantes de un referendo u otro, “la Registraduría utilizaría tarjetas electorales con colores distintos o podría disponer urnas distintas”. Como el Registrador no quiere ser ningún pintado en la pared, se da sus mañas para que se le escape una afirmación que en este momento tiene hondo sentido aunque no las refiere a nadie en concreto: “los jugadores necesitan tener  reglas públicas y claras antes de comenzar el juego; las reglas no pueden ser modificadas por los jugadores a la mitad del partido”. Para cerrar, advierte que si triunfa la demanda que han preparado en su contra para sacarlo del cargo, “sería necesario abrir un nuevo concurso y mientras tanto estaría al frente de la Registraduría un funcionario encargado, seleccionado por los presidentes de las cortes”. Esta es una entrevista sobre temas aparentemente técnicos pero con profunda repercusión en los sucesos políticos de los próximos meses.

Cecilia Orozco Tascón.- Dicen los uribistas que usted no es imparcial por su origen liberal y porque no le expidió una certificación  de aprobación a la campaña de recolección de firmas del referendo reeleccionista. ¿Qué les responde?

Registrador Carlos Ariel Sánchez.- Simplemente cumplo, con independencia y transparencia, la labor que me asigna la ley. Recuerde que llegué a la Registraduría porque gané un concurso de méritos. En marzo de 2008, tres meses después de posesionarme en el cargo, le presenté un proyecto de inversión al Departamento Nacional de Planeación por $50 mil millones para depurar el censo electoral, a partir de la actualización del Archivo Nacional de Identificación (ANI). En ese momento, sectores contrarios a los que usted menciona, me criticaron porque estaría favoreciendo el referendo. Con relación a la certificación, hace un año le envié el balance entregado por el comité promotor del mismo, al Consejo Nacional Electoral puesto que no soy competente para revisar cuentas. En el momento en que el CNE tome una decisión de fondo, cumpliré la función “secretarial” de certificar si se llenaron o no los requisitos constitucionales y legales.

 C.O.T.- Por razones de costos, se ha dicho que el referendo reeleeccionista y otros, como el de penas para violadores de niños, deben hacerse simultáneamente. 1. ¿Si se votarán el mismo día? 2.- Hacer referendos con temas tan diferentes ¿No confunde al elector?

C.A.S.- Es el Gobierno el que convoca al referendo y por lo tanto es él el que fija la fecha. La ley permite que se voten hasta tres referendos en una misma jornada electoral, y realmente eso no es exótico en otras democracias. La Corte Constitucional (Sentencia C-551 de 2003) dijo que cada pregunta de cada referendo debe alcanzar su propio umbral. Y Si se llegaran a votar dos referendos en una misma fecha, cada referendo tendría que alcanzar de manera independiente el umbral (25% del censo). Para ello la Registraduría utilizaría tarjetas electorales con colores distintos o podría disponer urnas distintas, y por supuesto el elector podría votar por los dos referendos o por uno solo.

 C.O.T.- ¿Se puede reformar el censo electoral antes de la votación por el referendo reeleccionista, como se viene proponiendo?

C.A.S.- El censo electoral es el total de ciudadanos habilitados para votar y esa cifra varía todos los días, porque siempre hay jóvenes que adquieren mayoría de edad y reciben su cédula de ciudadanía. Así mismo hay personas que fallecen. Ahora, una cosa es depurar el censo actual con esas variaciones y otra, cambiar la base con la que se calcula el censo. Esa base se modificó por última vez con la Ley 6 de 1990. Lo que estamos haciendo desde el año pasado es una depuración con el fin de dar de baja todas las cédulas que deberían haber salido. El año pasado se sacaron más de 2 millones de muertos del censo electoral y calculamos que a finales de este año, podrían darse de baja otras 400 mil cédulas.

 C.O.T.- ¿Cuántas cédulas de personas que han adquirido la mayoría de edad, han ingresado desde 2006 y estarán habilitadas para votar en 2010?

C.A.S.- Entre 2006 y hoy se han producido 3 millones 400 mil cédulas de primera vez, y en lo que resta del año podríamos producir otras 200 mil nuevas cédulas. En promedio son entre 900 mil y un millón de cédulas de primera vez, cada año.


C.OT.- En total con depuración y nuevos ingresos ¿Cuánta podría ser la variación del censo electoral actual?

C.A.S.- Hoy el censo está aproximadamente en 29 millones 500 mil ciudadanos. Si al final de este año damos de baja los 400 mil registros civiles de defunción de los que le hablé arriba, pero al mismo tiempo incorporamos las cédulas de primera vez, para las elecciones del próximo año el censo puede estar entre 30 y 31 millones.

C.O.T.- Se ha dicho que medios cercanos al Gobierno se proponen, no depurar, sino cambiar la base electoral para que sea más fácil pasar el referendo. Se eliminaría a los abstencionistas de 2006, es decir a 18 millones de electores ¿Se puede hacer esa operación?

C.A.S.-El censo electoral se relaciona directamente con derechos fundamentales, en este caso el del  voto y otros mecanismos de participación ciudadana. Por eso, cualquier reforma a la base con la cual se calcula el censo debe tramitarse a través de una ley estatutaria. La variación del censo actual depende, entonces, de lo que pudiera aprobarse en esa ley. En todo caso, el Código Electoral señala que el censo debe cerrarse cuatro meses antes de las votaciones.

 C.O.T.- ¿Es cierto que hay una norma que permitiría reducir el censo electoral a la mitad del actual?

C.A.S.- No, no existe una ley aprobada y vigente en tal sentido. En los últimos días se ha discutido en los medios una iniciativa para reformar el censo, dejando como base a las personas que votaron en las elecciones pasadas, más las nuevas  cédulas que se inscriban. Esa propuesta no soluciona el problema de depuración que tiene el censo actual, ya que los muertos que actualmente están en el censo  “votaron” en el 2006. Un reciente fallo del Consejo de Estado sobre la elección de Congreso así lo demuestra.

 C.O.T.- ¿Tiene sentido eliminar de un censo electoral a 18 millones de colombianos porque se abstuvieron de participar en las últimas elecciones?

C.A.S.- Creo que no, porque la Corte Constitucional ha dicho que la abstención es una forma válida de expresión política; en Colombia, el voto no es obligatorio así que los abstencionistas tienen derecho a no votar y no por ello deben quedar excluidos del censo. Sería partidario de pensar en una actualización del censo a partir de las nuevas cédulas amarillas con hologramas, que era una propuesta que estaba inicialmente en la reforma política.

C.O.T.- ¿Hay antecedentes en algún país en donde el censo electoral se recomponga eliminando a los abstencionistas?

C.A.S.- Sí pero en países que tienen varios formatos de cédulas o documentos de identidad. Por ejemplo este año, en Bolivia, se aprobó una reforma del censo, basado en la fotografía y la huella dactilar de los ciudadanos - para evitar que votaran varias veces - porque hay personas que tienen varias cédulas. En Colombia, la cédula amarilla con hologramas tiene una tecnología, basada en la huella dactilar, que permite evitar suplantaciones y doble cedulación. Hay también legislación en otros países que resulta interesante para nosotros: por ejemplo, en Brasil está prohibido realizar reformas a la legislación electoral en el año anterior y el año siguiente a las elecciones.

C.O.T.- ¿Qué sentido tiene esa prohibición? ¿Garantizar la transparencia política?

C.A.S.- Los jugadores necesitan tener  reglas públicas y claras antes de comenzar el juego; las reglas no pueden ser modificadas por los jugadores a la mitad del partido. Brasil era un país que antes de implantar el voto electrónico, tenía muchos problemas de falta de transparencia, atribuidos, en parte, a permanentes cambios de la legislación. No se nos debe olvidar que el cambio de la fecha de las elecciones colombianas de 1950 no sólo generó muertos sino el cierre del Congreso que sólo vino a restaurarse en 1958.

C.O.T.-  Si esa “fórmula” se concreta ¿Qué haría usted como Registrador? ¿La acataría, la objetaría o renunciaría para no presidir una elección con un censo ilegítimo?

C.A.S.- Soy un funcionario público y mi obligación es acatar las leyes y cumplirlas, salvo que existan objeciones de conciencia que en su momento entraría a analizar y actuaría en consecuencia, incluso renunciando al cargo.

C.O.T.- Quisiera interpretar su respuesta: si se aprueba una reforma que no corresponda al trámite de ley o a su código ético ¿Preferiría irse?

C.A.S.- Sí, así es, si se tratara de una reforma abiertamente inconveniente para la transparencia política y las reglas del juego electoral, y se hiciera imposible el cumplimiento de mi deber de dirigir y organizar las elecciones.

C.O.T.- A propósito de irse: se comenta que algunos funcionarios del Gobierno y congresistas andan reviviendo una demanda que está en el Consejo de Estado contra su elección como Registrador ¿Tiene evidencia de que eso es así?

C.A.S.- No, no la tengo.

C.O.T.- ¿Por qué demandaron su elección?

C.A.S.- Cuando fui Contralor de Bogotá, una funcionaria fue retirada dentro de un proceso de reestructuración. Ella demandó, ganó y le pagaron $40 millones. Se inició una acción de repetición contra mí para que yo pagara esos $40 millones. La demanda en el Consejo de Estado contra mi elección como Registrador se basa en que estaba supuestamente inhabilitado para participar en el concurso de méritos porque no había pagado. En su momento también fui denunciado penal y disciplinariamente, pero no se halló mérito para abrir investigación pues no estaba obligado a pagar, en primer lugar porque la sentencia no estaba ejecutoriada, e incluso hoy se está tramitando la segunda instancia en el Consejo de Estado. Y en segundo lugar, porque las condenas administrativas no inhabilitan, tal como lo dice la doctrina constitucional (Sentencia C-551 de 2003) y el artículo 23 del Pacto de San José (Derechos Civiles y Políticos).

C.O.T.- ¿Es verdad que esa demanda estaba casi muerta y que en los últimos días se revivió?

C.A.S.- Sí. La Procuraduría Séptima Delegada, que fue la que presentó la demanda, rindió concepto posteriormente diciendo que no había mérito para que prosperara la nulidad de mi elección ya que al momento del concurso de méritos no estaba inhabilitado porque el fallo  no estaba en firme.


C.O.T.- ¿Es cierto que la demanda contra usted no será resuelta, como es usual, en una de las salas sino en la Plena?

C.A.S.- Pues inicialmente iba a ser decidida en la Sección Quinta del Consejo de Estado, que era en donde venía estudiándose. Sin embargo, excepcionalmente está previsto que temas jurídicos de interés nacional sean avocados por la Sala Plena, y ese es el criterio que tiene, al parecer, el Consejo de Estado.

C.O.T.- Suponga que quienes desean verlo fuera de la Registraduría, logran su objetivo ¿Deberían reemplazarlo entre quienes participaron con usted en el concurso que ganó?

C.A.S.- La Ley 1134 de 2007 organiza el concurso de méritos para la elección de Registrador. Esa ley en el artículo 5 dice que “en caso de vacancia absoluta, temporal y/o terminación del período del titular, los Presidentes de la Corte Constitucional, la Corte Suprema de Justicia y el Consejo de Estado podrán encargar a un interino por un período no mayor a la duración del concurso de méritos”. Según la ley que le acabo de mencionar, sería necesario abrir un nuevo concurso y mientras tanto estaría al frente de la Registraduría un funcionario encargado, seleccionado por los presidentes de las cortes.

Datos útiles para un año electoral

¿Cuáles herramientas tecnológicas nuevas habrá en las elecciones del próximo año?

En las elecciones atípicas que hemos realizado este año, ya utilizamos tecnologías que permiten la identificación de sufragantes a partir de lectores ópticos de huellas. La Ley que se conoce como de Voto Electrónico, ordena que a partir del próximo año se establezcan, como mínimo, esos mecanismos electrónicos de identidad para evitar fraudes.

¿En 2010 podrán votar quienes no hayan cambiado la cédula vieja?

Hay que aclarar que la ley permite votar con cualquiera de los tres formatos de cédula.

¿Cuántos meses necesita la Registraduría para hacer los preparativos para la votación por el referendo?

Organizar un referendo equivale a una logística similar a la de cualquier elección ordinaria. La entidad requiere por lo menos de dos meses para programar toda la logística y a este plazo deben sumársele los términos establecidos en las normas de contratación estatal. Como mínimo, la Registraduría necesitaría tres meses.

¿Cuánto costará la votación por los referendos (reelección y aumento de penas para violadores sexuales)?

Si se realiza cada referendo por separado, en fechas distintas, la realización de cada uno de ellos costaría $138 mil millones. Si se celebran dos o tres en un mismo día, el costo sería de $157 mil millones.

“Las presiones hacen parte del ejercicio de mi cargo”

Cecilia Orozco T.-  Usted está en la mitad de un sándwich político electoral muy delicado con el debate por el referendo reeleccionista ¿Está inquieto?

Registrador Carlos A. Sánchez.- No. Me siento satisfecho por haber podido atender el reto histórico de renovar totalmente las cédulas y además, de entender que la protagonista de estos hechos políticos es la institucionalidad. La organización electoral colombiana tiene una historia de sesenta años de independencia y está concebida como el árbitro de nuestro sistema democrático. Por eso requiere unas reglas del juego claras, transparentes y democráticas y con respeto por las minorías.

C.O.T.-  ¿Cuántas presiones, sugerencias o llamadas de políticos, recibe cada día?

C.A.S.-   La agenda semanal incluye dos tardes de atención al público en general, que incluye ciudadanos, funcionarios y políticos. Considero importante tener estas tardes para dialogar con los ciudadanos porque las funciones de esta institución están dirigidas a atender la identificación y a organizar las elecciones. En este sentido, las llamadas, sugerencias, consultas e incluso las presiones, hacen parte del ejercicio de mi cargo, que por fortuna ejerzo con la autonomía que me confiere el haber sido elegido mediante un concurso de méritos.

Por Cecilia Orozco Tascón / Especial para El Espectador

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