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El aeropuerto de Barajas, a 12 kilómetros del centro de Madrid, volvió a sufrir las convulsiones de una llegada marcada por la expectativa. Prensa de todos los medios, micrófonos, cables, curiosos, mucha gente. Hace dos días la atención se la robó la selección de fútbol española con la Copa Mundo a bordo, y el martes, por un momento, todas las cámaras apuntaron a los siete prisioneros políticos de Cuba, liberados por el gobierno de Raúl Castro.
Los siete se dirigieron a un salón de conferencias, algunos con sus rostros convertidos en incógnitas, ¿cómo será su nueva vida en España al lado de sus familiares?, es una pregunta para la que aún no tienen respuesta. Uno de ellos, Julio César Gálvez, leyó un discurso común: “La palabra cambio comienza con libertad, no sólo la nuestra y de nuestros compañeros, sino la de todos los ciudadanos (...) lo nuestro ha sido posible por la lucha y el apoyo decidido de miles de cubanos en aras de la libertad, la democracia y la paz”.
Dentro de esta mención tuvieron un lugar especial Laura Pollán, líder de las Damas de Blanco, las familiares de los presos que cada domingo marchan en favor de su libertad, y Elizardo Sánchez, ex preso político, fundador y portavoz de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional. Las liberaciones los llenan de satisfacción por estos días, pero escepticismo sobre el futuro de la isla impiden que la alegría sea completa.
‘El modelo totalitario seguirá en pie’
¿Por qué cree usted que el gobierno cubano accedió a liberar a 52 presos políticos?
A todas luces, el gobierno de Cuba se ha dado cuenta de que necesita mejorar su imagen ante los ojos de la opinión pública internacional. Sobre todo después de la muerte del prisionero de conciencia Orlando Zapata, quien falleció el pasado 23 de febrero después de más de 80 días en huelga de hambre. Fue un homicidio del Estado.
Después de que a lo largo de los próximos cuatro meses se libere a este grupo de 52, ¿cuántos presos de conciencia quedarán en las cárceles?
Quedaría un prisionero de conciencia y además, en nuestra cuenta, alrededor de 115 presos políticos de otra categoría. Algunos de ellos han empleado alguna forma de fuerza o violencia, otros están por criticar al gobierno, por delitos económicos o por tratar de salir del país por vía marítima. Lo que caracteriza a esos 115 restantes es que han sido detenidos por la Policía Política Secreta. Una vez van a prisión, son vigilados y cuando salen son sometidos a todo tipo de exclusión y discriminación.
¿Por qué sólo uno de los prisioneros de conciencia, reconocidos por Amnistía Internacional, no entró en el grupo de liberados?
Su nombre es Rolando Jiménez Posada y no fue incluido porque estos 52 que el gobierno se ha comprometido a excarcelar pertenecen al llamado ‘Grupo de los 75’, capturados y condenados en la ‘Primavera Negra’ de 2003, cuando el régimen lanzó una ofensiva para capturar disidentes.
¿Por qué la negociación sólo contempló a este grupo y no al resto de los presos políticos?
Porque es una prioridad para el movimiento de Derechos Humanos y los gobiernos democráticos, incluyendo también a Amnistía Internacional, que reclamaban en primer lugar la libertad de todos los prisioneros de conciencia.
¿Considera usted que las liberaciones significan un cambio en las políticas del gobierno de Raúl Castro?
No creo. Me parece que el modelo totalitario de gobierno va a seguir en pie con su enorme sistema carcelario y su enorme maquinaria de represión política y de propaganda. Por tanto todos los pasos que dio el gobierno se van a limitar a esas excarcelaciones, persiguiendo fines políticos en el corto plazo así como un impacto mediático, un intento por mejorar el rostro de un régimen que lleva 50 años gobernando con mano de hierro. En general, la situación de derechos civiles, políticos y económicos en Cuba sigue siendo la peor de toda Iberoamérica.
¿La Comisión Cubana de Derechos Humanos participó de las disertaciones entre el gobierno de Raúl Castro y la Iglesia católica?
No, para nada. Todo el sector no gubernamental independiente, incluido el movimiento de Derechos Humanos y las organizaciones pro democracia estamos al margen de la ley y somos considerados como no personas.
¿La mediación de la Iglesia católica podría lograr algo más de lo que ya logró en el futuro?
No creo y ojalá me equivoque. El gobierno está buscando sus propios fines y llegará el momento en el que no continuará respondiendo los pedidos de la Iglesia o de la comunidad internacional.
De los presos que serán liberados próximamente, ¿todos tienen intenciones de abandonar la isla?
De los 52, parece que la mitad decide marcharse, lo cual es lógico al cabo de más de siete años de prisión injusta. Sin embargo ,otra parte de ellos dice que no se marcha porque eso significaría cambiar la prisión por el destierro.
¿Qué pasará entonces con quienes decidan quedarse?
Se quedarán como todos nosotros, expuestos a la vigilancia, al hostigamiento y a diversas formas de intimidación por parte de la Policía Política Secreta.
¿Por qué España se perfila como el principal destino de los presos que deciden marcharse?
España lleva ya muchos años tratando de convencer a Cuba para que haga reformas y mejore la situación de Derechos Humanos. El Gobierno cubano se ha quejado de la posición común europea como un obstáculo y a su vez España ha abogado para que esa posición común cambie. Cualquier resultado tiene que ver con los esfuerzos diplomáticos del gobierno español.
***
‘Aún no sé cuándo saldrá mi marido’
¿Ya sabe cuando será liberado su esposo?
Yo soy la esposa de Héctor Maseda Gutiérrez. No sabemos cuándo cuando va a ser liberado. Apenas hace dos días pude darle la noticia . Pienso que la liberación de mi esposo será para el final.
¿Hace cuánto está preso?
Está condenado a 20 años y lleva siete años y tres meses preso. Él es del grupo de la primavera de 2003. Él era periodista independiente y presidente del Partido Liberal de Cuba. Lo condenaron por socavar la economía del país y según ellos por dar información confidencial a otros países. Sus textos fueron publicados por Reporteros Sin Fronteras, por Encuentros de España y en Cubanet de Miami.
¿Cómo recibió el anuncio de las liberaciones?
Nosotros nos alegramos en parte pero no del todo. Hemos luchado y sufrido mucho. Hay una serie de interrogantes que todavía no tenemos claros como con qué status legal van a quedar quienes decidan permanecer en la isla, cómo se les va a calificar, no sabemos. Tampoco sé a ciencia cierta cuándo va a salir mi esposo.
¿Usted sabe si a su esposo le gustaría irse de la isla?
Yo pienso que si no tiene otra opción, si va quedar preso mejor que se vaya aunque sea para Haití. Pero el caso mío es diferente. Yo no estoy presa y como no estoy presa no me pueden obligar a que me vaya de mi país y por tanto yo me voy a quedar aquí luchando con las demás mujeres hasta que salga el último preso político y de conciencia. Hay varios de ellos que están presos y nunca han usado la violencia. Las Damas de Blanco nunca podremos salir a pedir la libertad de aquellos que hayan estado implicados en actos donde ha habido muerte, donde ha habido sangre.
Siendo así, ¿cuántos presos tienen que ser liberados para que las Damas de Blanco consideren que su deber está cumplido?
No puedo contestar esa pregunta en este momento porque tenemos que hacer un balance al lado de los grupos de Derechos Humanos y valorar los casos, ver en realidad cuántos presos pacíficos quedan en las prisiones, si son 20, si son 40, si son 50. No sabemos, yo en estos momentos no puedo dar una cifra.
¿Teniendo en cuenta que varios de los presos viajaron y viajarán al exterior con sus familias, cuántas Damas de Blanco quedarán?
Antes de las liberaciones éramos alrededor se 120. En este momento no puedo decir cuántas quedamos. Hay hermanas, madres, esposas que se van, ya veremos... A lo mejor nos quedamos ocho o 10 o 15, no sé, pero también tenemos una gran cantidad de mujeres de apoyo, que son mujeres del pueblo que no tienen a nadie preso y caminan con nosotras.
¿Cuando comenzaron a marchar las Damas de Blanco?
Caminamos todos los domingos desde el 30 de marzo de 2003, a los 15 días de que apresaron a nuestros familiares en la ‘Primavera Negra’. Desde entonces no ha pasado un solo domingo en el que se escuchen gritos de libertad en la Quinta avenida de La Habana.
¿Cómo ha sido el acercamiento entre el gobierno cubano y lo familiares ahora que se definen detalles para liberarlos?
El cardenal Jaime Ortega es quien informa al preso y habla con él. Si acepta irse, el cardenal habla con los familiares. Después, la seguridad del Estado recoge a las familias para llevarlas a la Habana a cumplir con los trámites legales y el chequeo médico.
¿Qué significa para ustedes que se haya conseguido el compromiso de liberación de 52 presos de conciencia?
Para nosotros es algo muy importante. Se ha demostrados que la perseverancia, la resistencia, y sobre todo el amor pueden triunfar.