Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
El primero es Jorge Perry Villate, pionero de las participaciones nacionales en los Juegos Olímpicos. Para las justas de Los Ángeles 1932 el boyacense solicitó directamente al COI, máximo organismo del deporte mundial, que aprobara su petición para correr la maratón, a pesar de que en nuestro país no había comité olímpico aún. La respuesta no solo fue afirmativa, sino que la entidad lo patrocinó para que se fuera a Estados Unidos cuatro meses antes a prepararse.
El 30 de julio de ese año ese rubio de 1,73 metros de estatura, hijo de inmigrantes europeos y nacido en Samacá, en 1910, hizo realidad su sueño de estar en una Olimpiada, aunque como consecuencia de un desmayo, se vio obligado a abandonar la maratón de 42 kilómetros, cuando apenas iba en la cuarta parte del recorrido. Pese al resultado, el colombiano fue condecorado por el COI con la medalla al mérito. Murió de pulmonía, el 21 de diciembre de 1946.