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Posiblemente sea el más argentino de todos los jugadores argentinos que anda por el mundo. Conoce y le gusta la historia que lleva puesta y se siente orgulloso de la herencia que recibió y que exhibe en todas las canchas donde le toca jugar. Es el último centrojás (mediocentro) y único heredero de todos los grandes de ese puesto.
Sólo alguien con la sensibilidad propia de hacer del fútbol una razón de ser, con identidad y principios infranqueables, podría definir así a Fernando Carlos Redondo. Y si encima disfrutó a su lado, por aquello de compatibilidad de caracteres, durante cuatro años, primero en Tenerife y luego en el Real Madrid, Ángel Cappa por algo dice lo que dice.
El técnico que demostró el año pasado con Huracán en Argentina que jugar bien y bonito aún es posible en estos tiempos, fue también uno de tantos en coincidir en que la selección albiceleste no tendrá un número 5 como el mediocampista, que dejó la actividad hace ya cinco temporadas.
Es normal entonces que el vacío aún se sienta, pero lo que no deja de extrañar es que su figura, casi estilizada, permanezca intacta. En su paso por Bogotá, algunas semanas atrás por el “showbol”, el juego en espacio reducido y campo sintético, dio destellos del crack que levantó entre otras, tres Ligas de Campeones y una Copa América.
Y si Matías Almeyda, casualmente su sucesor en la selección, regresó del retiro para darle una mano a River, Redondo perfectamente lo podría hacer para cumplir el sueño de despedirse vistiendo la camiseta de su amado Independiente; pero no, ese capítulo se cerró para siempre y ahora sólo quiere “seguir disfrutando de lo que siempre me gustó, el fútbol”.
Lo hace desde fuera, donde nota cada vez más que “los sistemas de juego también atentaron un poco contra el 5 clásico porque ahora se utilizan dos volantes de contención y eso hace que el espacio que tienes para moverte y desarrollar sea menor, que se busquen jugadores de corte más defensivo y que no participen tanto en la elaboración y manejar los tiempos de un equipo, el enlace en definitiva, que para mí es tan importante”.
Él más que nadie reivindicó el puesto de medio centro, identificado antes como destructor nato y luego de Redondo reconocido en todo un generador de juego con elegancia y personalidad de sobra. Por eso le tranquiliza y emociona de paso, “ver a Xavi cuando juega en esa posición en el Barcelona, Xabi Alonso en el Madrid, Pirlo en el Milan o Gago, que no está jugando mucho ahora, pero es del estilo”.
Igual acepta que “no hay una sola verdad en el fútbol y un entrenador, teniendo claro un estilo de juego, debe adecuarse a los jugadores que tiene” y así entiende que en la selección de Argentina “Mascherano sea el de corte más defensivo, un gran equilibrio que recupera, y Verón dé lo otro, toda su visión de campo, por lo que va a ser muy importante su participación en Sudáfrica”.
Disputó el Mundial del 94, el último de Maradona como jugador y pudo repetir cuatro años después en Francia, pero no accedió al pedido del entonces seleccionador albiceleste, quien condicionó su llamado siempre y cuando se cortara el pelo. Hoy su corte luce igual, como también el carácter para decir que la albiceleste “tiene grandísimos jugadores, costó mucho en la eliminatoria, pero esa fase ha servido de experiencia y capitalización para el equipo y Diego hoy tiene la gran base”.
Ve a su selección “favorita porque siempre lo es y espero que en esta fase final el conjunto termine de encontrar el funcionamiento que necesita para que sus estrellas brillen”, en especial Lionel Messi, del que espera “que sea su Mundial. Todos los argentinos deseamos que rinda como lo hace en el Barcelona y la mejor oportunidad es en Sudáfrica. Él debe tener eso claro dentro de sí y ojalá sea el jugador determinante que necesitamos”.
Pero así le ponga la mayoría de fichas a la celeste y blanca, no descarta a “Brasil porque siempre va a pelear y destacaría a España como el equipo para tener muy en cuenta, ya que tiene jugadores con un estilo de juego muy definido, cuenta con recambio además y el hecho de haber ganado la pasada Eurocopa los llenó de confianza y los hizo pensar en que pueden”.
Él podría perfectamente estar jugando todavía, con todo y que sus lesiones de rodilla aceleraron el adiós, pero aún desde lejos, Fernando Carlos Redondo Neri es alguien que habla de fútbol tal y como lo jugó. Impecable.