Publicidad

‘El Capi’ de la masacre

Cómo un ex comandante de Policía en Tibú terminó como enlace de los paramilitares.

Redacción Judicial
14 de julio de 2008 - 11:04 p. m.

Luis Alexánder Gutiérrez Castro se especializó en operaciones antiterroristas urbanas y de contraguerrilla. Era un experto en criminalística, manejo de explosivos y combate. Recibió entrenamiento del curso de comandos Jungla, un exigente programa de 17 semanas al que sólo acceden los mejores de los mejores. Nació en Bogotá el 16 de diciembre de 1965 y su último cargo antes de saltar a la clandestinidad fue como comandante de la Policía de Tibú (Norte de Santander) en 1999. Un año que el país recuerda horrorizado por las estelas de sangre que sellaron las incursiones paramilitares en ese departamento. Oficialmente se dice que fueron 34 los asesinados. Los pobladores, sin embargo, aún sostienen que la cifra fue demasiado benévola.

Gutiérrez, conocido como El Capi, fue uno de los cómplices de las autodefensas en las sucesivas masacres que perpetraron en Tibú y la Gabarra en 1999. Declaraciones lo relacionan como uno de los coordinadores, junto con el comandante alias David o Diego, de la sangrienta incursión a Tibú. Su colaboración con los paramilitares se oficializó en 2001, cuando se enteró que la Fiscalía había proferido una orden de captura en su contra. Durante cuatro años militó en las autodefensas y en 2005 se desmovilizó con el Bloque Libertadores del Sur. Al siguiente año fue requerido por el ente acusador, pero fue dejado en libertad, argumentando que estaba en Justicia y Paz. Se retiró del proceso y volvió a la clandestinidad. Y el jueves pasado fue capturado por el CTI de la Fiscalía.

La noticia de su detención pasó de agache, pero para los investigadores de las masacres de la Gabarra y Tibú la historia de Luis Alexánder Gutiérrez Castro es bien conocida. Sobre todo por su importancia dentro de la organización para ejecutar la incursión. Fue nada más ni nada menos que uno de los responsables de haber dejado pasar una caravana de camiones y camionetas con cerca de 600 paramilitares que tenían órdenes precisas: sacar a sangre y fuego a la guerrilla que estaba afincada en la zona del Catatumbo, y ejecutar a civiles, lista en mano, que eran señalados de ser colaboradores de las Farc.

El Espectador conoció la medida de aseguramiento de El Capi que le impuso un fiscal de la Unidad de Derechos Humanos por la masacre de Tibú. En ella se relacionan detalles de cómo, sin su concurso, habría sido imposible que las autodefensas transitaran sin afán alguno, armados hasta los dientes, por los municipios de Tibú y La Gabarra. Según reposa en el expediente, El Capi salió a vacaciones en abril de 1999 y se reintegró a su cargo como comandante de la Policía de Tibú pocos días antes de que ingresaran los ‘paras’ a la región, el 29 de mayo. Era una masacre anunciada. Alertas del defensor del Pueblo de Norte de Santander y habitantes de la región a las autoridades fueron el primer campanazo de lo que venía.

En el sitio conocido como la Refinería estaba ubicado un retén de la Policía de Tibú el 29 de mayo de 1999. Ese día el capitán Gutiérrez dejó pasar sin problemas los camiones repletos de hombres de las Auc y, en cambio, como lo sostuvieron varios testigos a la Fiscalía, requisó a camioneros y particulares. Aunque Gutiérrez negó que ese día estuviera en el retén, documentos del guardia de puesto Refinería demuestran que él junto con el teniente Freddy Gómez Ordóñez estaban “pasando revista de ese puesto a las 10:00 a.m. del día 29 de mayo de 1999”.

Obra además la declaración del capitán Nelson Pérez Contreras, quien le dijo a la Fiscalía que recibió dos llamadas en las que lo alertaban de la incursión paramilitar a Tibú y que al reportarle al capitán Gutiérrez Castro la novedad, éste le dijo que “ya todo estaba coordinado por arriba, que estaba esperándolos desde hacía 20 días” y que iba a recibir una llamada de un jefe de las Auc en la zona para que le informara lo que había pasado. El capitán Jorge Escobar dijo que ese 29 de mayo ingresó a la oficina del capitán Gutiérrez, preocupado por la incursión paramilitar, y que él le contestó: “No se preocupe mi capitán, que la entrada de las autodefensas al Catatumbo ya está coordinada”.

También declaró en contra de El Capi el mayor Mauricio Llorente. Según él, Gutiérrez siempre le hablaba de un señor David o Diego que era su contacto con las autodefensas, y que incluso le propuso un encuentro con él en el Batallón Héroes del Saraguro. La captura de El Capi, ocurrida el jueves pasado, es considerada por los investigadores de las masacres de Tibú y La Gabarra como un avance sustancial para aclarar el expediente, según el cual fueron asesinadas 34 personas, aunque en el Catatumbo sigan pensando que ese número es mentiroso.

Por Redacción Judicial

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.
Aceptar