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“Le ofrezco excusas al país”

El mayor general Óscar Enrique González Peña no eludió el escándalo de los ‘falsos positivos’ y se atrevió a decir que durante su gestión no permitirá que hechos como los de Soacha vuelvan a sembrar dudas en las Fuerzas Militares.

María del Rosario Arrázola
08 de noviembre de 2008 - 10:00 p. m.

Nunca antes un comandante del Ejército se había posesionado en medio de tantas presiones. Lo hizo el general Óscar González en la ebullición del escándalo más difícil para las Fuerzas Militares en los últimos tiempos. Con el fantasma de los falsos positivos a cuestas, el oficial, con 38 años en la institución, llega con un lema personal: “Los que actúen como bandidos, que no tengan duda que van a recibir el peso de la ley”.

En entrevista con El Espectador, habló del escándalo, reveló que ya ordenó una investigación para establecer si hay infiltrados de la banda de Cuchillo en el Ejército, y ante la curiosa paradoja de que este sea el año más exitoso en la historia reciente de la institución, pero también el que permitió develar la más grave crisis de sus últimos días, comentó: “La vida es como una rueda de Chicago”. Estas son sus respuestas.

Usted no se ha terminado de posesionar y ya le están dando palo...

Es normal, porque se han generado muchas expectativas en este momento, pero lo que tengo es que seguir haciendo bien mi trabajo. Por ahora me voy a detener en las investigaciones que se están adelantando, ya sean de tipo administrativo o disciplinario. Una vez tenga un diagnóstico de lo que sucedió en otras áreas del país que no estaba manejando, hablaré con más propiedad.

¿Va a estudiar caso por caso?

Sí. Estamos recabando información donde se han presentado estos hechos. Me toca ir más allá del primer informe, porque nada reemplaza la percepción directa. Es necesario que tenga un feeling propio de lo que está pasando, aunque los reportes de la comisión son confiables y constituyen una carta de navegación para profundizar en lo sucedido.

¿Es decir que va a persistir hasta que se aclare el tema?

Sin duda alguna, con instrucciones más precisas a las distintas divisiones. Por lo pronto, en las últimas horas me he tenido que dedicar a aspectos de tipo administrativo.

¿Qué estrategia piensa incrementar a corto plazo para erradicar el fantasma de los falsos positivos?

Lo que se controla funciona, entonces lo que nos toca es apretar para que funcionen los mecanismos de verificación. La primera orden es que todas las inspecciones delegadas del Ejército en las distintas divisiones se deshagan de actividades de tipo administrativo y que se dediquen únicamente, durante las 24 horas del día, a establecer responsabilidades en casos de tipo disciplinario. Las actividades penales no las podemos abocar nosotros.

¿Qué otras medidas piensa adoptar para superar el escándalo?

La medida que creó el Presidente de crear en cada brigada o batallón un funcionario especializado será fundamental. Voy a darle el apoyo necesario para que su idea funcione.


¿Usted cree que la Justicia Penal Militar es la instancia adecuada para adelantar este tipo de investigaciones?

Para todos los hechos que sucedieron dentro del servicio o como consecuencia del servicio militar, la jurisdicción natural tiene que ser la Justicia Penal Militar. Pero si se trata de cosas que no tienen nada que ver con el servicio, si se trata de actos por fuera de la ley donde se ponga en entredicho la justicia o la ética, es una política institucional de las Fuerzas Militares de que eso tiene que ser investigado por la Procuraduría o la Fiscalía. Los que actúen como bandidos tienen que recibir el peso de la ley.

¿Se compromete a que durante su comandancia no se volverán a presentar casos de falsos positivos?

Me comprometo ante el pueblo colombiano a trabajar 24 horas para garantizar óptimas condiciones de seguridad y convivencia. Si eventualmente personas fallan por fuera de la ley, que les quede claro que no vamos a tolerar ninguna conducta por fuera de la ley. Hay un principio claro: todo el mundo tiene derecho a defenderse, pero ante situaciones ilegales, me comprometo a que toda denuncia va a ser verificada. Y si como motivo de decisiones adoptadas por una comisión como la que se integró en días pasados, tengo la certeza de irregularidades, tengan la seguridad de que se van a tomar decisiones disciplinarias de rigor.

¿No le parece a usted que el discurso del presidente Uribe cuando habló de dudas de asesinatos, de alguna manera provocó el escándalo?

La actuación del señor Presidente no podía ser otra. Una vez que tuvo conocimiento de lo sucedido, su obligación era darlo a conocer a la opinión pública. Lo contrario hubiera sido cohonestar con el delito y ni él ni sus oficiales podemos hacerlo.

¿No cree usted que resulta paradójico que en el año más estelar de las Fuerzas Militares termine destapándose un escándalo tan grave como el de los falsos positivos?

La vida es como una rueda de Chicago. A veces está uno arriba y se disfruta del panorama, pero eventualmente se está abajo y suceden cosas inesperadas. Lo importante es que no hemos recibido una orden ilegal y situaciones anómalas suceden porque hay gente proclive al delito. Esto nos avergüenza.

¿Le ofrece excusas al país por lo sucedido?

Cualquier persona decente tiene que estar dispuesta a ofrecer disculpas cuando su accionar no ha sido correcto. Eso es lo que espera el pueblo colombiano de nosotros: buen ejemplo, eficiencia y  transparencia. Es como si en la familia un hijo se equivoca y afecta a todos. A los hijos descarriados hay que darles su nalgada.

 Le reitero, ¿usted le ofrece excusas al país por el escándalo de los falsos positivos?

Sí, por supuesto.

¿Existe personal en la institución proclive al delito?

La política de recompensas tiene una espectacular filosofía, la de generar que la sociedad colombiana tenga conciencia que debe denunciar el delito. Puede que reciba una recompensa, pero tiene que quedar claro que es para gente que no es militar. Un integrante de la Fuerza Pública no puede recibir recompensas por cumplir su deber.

Organismos de derechos humanos circulan datos que hablan de no menos de 74 ejecuciones extrajudiciales durante su paso por la Cuarta Brigada, ¿qué piensa?

Lo dicen porque fui nombrado  comandante del Ejército. No hay una prueba que demuestre que estoy implicado en acciones ilegales.


“Los narcotraficantes infiltraron a la sociedad y al país”

¿Qué va a pasar con las brigadas de Villavicencio, usted mismo va a encarar el desafío de capturar a alias ‘Cuchillo’ y a ‘El Loco’ Barrera?

Ya se ordenó una minuciosa investigación y se está trabajando para establecer cuáles son las circunstancias que están afectando las operaciones militares en persecución de estos dos delincuentes. Estamos averiguando, además, si es que existen infiltrados o penetrados en la Fuerza Pública, es decir, si hay gente nuestra que esté trabajando ilegalmente con ellos.

¿Pero usted se compromete ante el país a capturar a ‘El Loco’ Barrera y también a alias ‘Cuchillo’?

Por favor, esa sería una espectacular carta de presentación, ojalá pueda hacerlo. Qué más quisiera un soldado. Todos los esfuerzos nuestros se van a orientar a atrapar a los cabecillas. Nosotros sabemos que si logramos golpear a los jefes de las organizaciones criminales, de las Farc, del Eln o de otras organizaciones, es mucho lo que estaremos haciendo por la comunidad. Los narcotraficantes les han hecho mucho daño al país y a sus instituciones. Nos han penetrado, nos han infiltrado, lo han hecho en todos los estamentos de la sociedad y del país. Eso nos perjudica y nos atrasa.

Una carrera de 38 años en el Ejército

El mayor general Óscar Enrique González Peña nació en Florián, Santander, en julio de 1953. Su carrera militar empezó a los 20 años, cuando recibió el grado de subteniente y simultáneamente de oficial en el arma de ingenieros militares. En su trayectoria como oficial lleva 22 condecoraciones y ha cumplido distintas comisiones oficiales en Venezuela, Panamá, Corea y en Estados Unidos.

En diciembre de 2003, ya en desarrollo del primer gobierno del presidente Álvaro Uribe, se posesionó como comandante de la IV Brigada en Medellín y después asumió como comandante de la Séptima División. En febrero de 2006 asumió como máximo jefe del Comando Conjunto del Caribe, en reemplazo del general Mario Montoya Uribe, quien pasó a la Comandancia del Ejército.

Hoy, casi dos años después, vuelve a reemplazarlo y se enfrenta al no fácil desafío de devolverle la credibilidad a un Ejército golpeado por el escándalo.

Con el fantasma a cuestas

En el año 2005, el general Óscar González Peña fue reconocido porque las unidades militares bajo su mando en Antioquia fueron las que más bajas reportaron en ese año. Sin embargo, dichos éxitos han sido duramente cuestionados por organizaciones de derechos humanos que han documentado 74 casos y 110 víctimas de presuntas ejecuciones extrajudiciales en el oriente antioqueño, al parecer cometidas entre agosto de 2002 y junio de 2006 por miembros de la Cuarta Brigada.

Dichas denuncias han sido recepcionadas por el Instituto Popular de Capacitación (IPC). Por su parte, la ONG Corporación Jurídica Libertad refiere registros aún más preocupantes: 195 casos de presuntos falsos positivos ocurridos entre 2004 y 2005 en el oriente de Antioquia y casi medio centenar más en el Valle de Aburrá, en tiempos en los que el general Óscar González comandaba esas unidades. No obstante, él ha ripostado sentenciando que “las denuncias son directamente proporcionales al éxito de las unidades. Es la forma que tienen algunos simpatizantes de la subversión de parar las operaciones”.

Por María del Rosario Arrázola

 

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