‘Mediador debe ser neutral’

Hace pocos días el ex secuestrado Orlando Beltrán fue señalado como el hombre “perverso” que les contó a las Farc el plan de fuga de los uniformados Arbey Delgado y William Donato. Y pese a que esta semana la directora de Asfamipaz, Marleny Orjuela, le pidió perdón al ex congresista por la equivocación de sus palabras, él siente que el daño fue reparado a medias. En su visita a Bogotá para mover el acuerdo humanitario, Beltrán habló con El Espectador.

¿Qué fue lo que pasó con Marleny Orjuela?

Parece que se aprovecharon del desconocimiento de la señora para lanzar acusaciones en un momento en que se conocían las pruebas de vida, de manera que no sé cómo catalogarla. Después ella sale a pedir perdón, pero me hizo un tremendo daño. Recibí cientos de llamadas de rechazo.

¿Ya habló con ella?

No he querido hablar con ella, porque se retractó a medias, pues prácticamente le está guardando la espalda a la persona que le dio esta información.

¿O sea que a Marleny Orjuela la utilizaron?

Evidentemente la utilizaron para dañar mi imagen.

¿Pero sí hubo algún problema con Arbey Delgado y William Donato?

Al contrario, con ellos fuimos muy buenos amigos y teníamos muy buena relación.

Sin embargo, usted no negó que hubo diferencias.

Claro, en medio de esas condiciones donde nos decían que no nos iban a liberar y ni siquiera los cadáveres los iban a entregar a nuestras familias, pues todo el mundo se desesperaba. Había diferencias porque nosotros debatíamos mucho, pero nada más.

¿Entonces esto fue para dañar su campaña a la Cámara?

Ha habido una profunda crisis para quienes nos reemplazaron y ahora hay un deseo de que volvamos y esa es la realidad, por eso creo que quienes hoy hacen este tipo de actos para bajarme la popularidad. Me parece mucho el pasaje del Quijote de la Mancha que decía “cuando los perros ladran es señal de que cabalgamos” y con eso quiero decir que nos ha ido muy bien en el Huila.

Se reunió en Palacio con el presidente Uribe, ¿cómo le fue?

Estamos contentos por la disposición que tiene el Presidente para destrabar el proceso que se ha venido dando en torno a la liberación de los secuestrados que las mismas Farc dicen estar dispuestos a entregar.

¿El más reciente video motivó esa reunión?

Es nuestro deber por el dolor que causa ver estas personas como las presentaron. Los conocimos muy jóvenes y los veo precarios, dificultades en torno a su propia salud. No hay tiempo, hay que actuar. Imagínese que cuando estuvimos con ellos en la selva, les ponían un solo candado. Ya los tienen con dos candados, eso quiere decir que hay desconfianza entre ellos mismos y tiene que tener un comandante la llave para abrir un candado y el otro el subalterno, está crítica la situación.

¿Y qué está dispuesto a hacer concretamente el Presidente?

Lo que dice es que está absolutamente de acuerdo con la liberación y que está buscando posibilidades. Si uno encuentra buena voluntad de una de la partes, pues se está avanzando.

¿Y cuál podría ser la fórmula?

De pronto buscar una posición eminentemente humanitaria. Otra figura de un proceso humanitario que busque la liberación para no entrar en las mismas discusiones anteriores y lejos de una posición política. De carácter humanitario, con el querer y el deseo de salvar esas vidas, eso es lo que se debe mover y es eso lo que vamos a respaldar.

¿Quién sería una figura eminentemente humanitaria?

Un proceso del que de pronto se encarguen algunas personas facilitadoras, independientemente de cualquier interés político y puede ayudar precisamente para que este objetivo de liberación se dé y que no se vaya a decir que es el Gobierno o es la otra parte, sino alguien como muy neutral.

¿Como quién?

Es lo que se está buscando, se está consultando, investigando. El Presidente muestra alguna voluntad y vamos a ver hasta dónde vamos.

Es decir, ¿que descartados los políticos?

Sí, es lo que ha venido como trancando este proceso, ha venido dejándolo estático. Hay que aprovechar que el mundo está repudiando esta tortura a estos colombianos y mediar en esta situación para buscar la liberación.

Piedad Córdoba dijo que esto no se daría hasta que pasen las elecciones.

Pienso que cuando se asume una función eminentemente humanitaria entre las partes no debe haber limitación de tiempo, así se estén dando las circunstancias que sean. Lo otro es una posición muy respetable de la doctora Piedad.

¿El caso debería llevarse a instancias internacionales?

No quiero entrar en la polémica que se ha dado siempre y no ha llegado absolutamente a nada.