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Vuelve y juega el dilema del despeje militar de los municipios de Pradera y Florida, en el Valle del Cauca, para facilitar la liberación de los secuestrados políticos de las Farc. Pero esta vez es el presidente Álvaro Uribe Vélez quien toma la iniciativa de oponerse, con un argumento geográfico y político: “Detrás del aparente espíritu humanitario lo que hay es el interés de las Farc de obtener una zona de despeje para reconquistar un Caguán”.
Lo dijo en la antesala de la Cumbre de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), que se realizó en Brasilia, y este sábado volverá a ratificarlo en el propio municipio de Florida, en desarrollo de su habitual consejo comunitario. Y para respaldarlo, presentará “un mapita” con el que espera demostrar que el reclamo de despeje de la guerrilla “es una celada, un engaño”.
En términos geográficos, los municipios de Pradera y Florida están ubicados en la esquina sur-oriental del Valle del Cauca, en un recodo de la cordillera Central y a espaldas del Cañón de las Hermosas, hoy convertido en un Parque Nacional Natural. Se trata de una extensión de 732 kilómetros cuadrados, donde habitan unas 115.000 personas, que en su mayoría depende económicamente de los ingenios azucareros o de los cargos públicos en ambas localidades.
Sin embargo, se trata de una región que, desde la perspectiva del conflicto armado que afecta al país desde hace 50 años, es histórica. Así como hasta estos municipios extremos del Valle llegaban las hordas de León María Lozano, El Cóndor, en tiempos de la violencia partidista, y hasta el guerrillero liberal alias Capitán Veneno utilizó la zona como retaguardia antes de desmovilizarse en 1953, del otro lado de la cordillera nacieron las Farc.
En el paraje La Ocasión, del municipio de Río Blanco (Tolima), en 1950, fue el primer asentamiento guerrillero de Manuel Marulanda Vélez. Años después, en la cumbre del Davis, junto al lecho del río Cambrín, también en la región de Río Blanco, se erigió el primer cuartel de la guerrilla comunista. Ya para los años 60, el grupo armado se ubicó en la zona de Marquetalia, en el corregimiento de Gaitania. Allí tuvo lugar la operación militar de mayo de 1964 que dio pie, semanas después, al nacimiento de las Farc, anunciado desde el Caguán.
Paradójicamente, esta perspectiva histórica tiene hoy plena actualidad, porque esta intrincada región del Cañón de las Hermosas es la base de operaciones del Comando Conjunto Central de las Farc, área de expansión de los frentes 21 y 25, territorio de desplazamiento de los bloques móviles Arturo Ruiz y Mercedes Ábrego, epicentro de acciones de la compañía Joselo Lozada y zona esencial del jefe guerrillero alias Alfonso Cano, miembro del Secretariado de la organización insurgente.
En otras palabras, el Cañón de las Hermosas, lleno de quebradas, ríos, montañas y bosques, es un territorio estratégico de las Farc, en el que desde hace muchos años han intentado desarrollar un concepto de gobierno, presionando a las poblaciones de los municipios de Planadas y Río Blanco especialmente. Un proyecto que entró a confrontar el Ejército hace
cinco años, con varios batallones de alta montaña, dando lugar a una permanente confrontación armada que se extiende hasta territorios de Huila y Caquetá.
Esas son precisamente las razones del Jefe del Estado. Y no es asunto de los últimos meses. Desde hace muchos años las Farc tienen desarrollados sus corredores geográficos que parten del Cañón de las Hermosas, en Tolima, pasan por Huila y avanzan hacia la región del Caguán y, por extensión, a las zonas y municipios de la antigua zona de distensión en tiempos del gobierno de Andrés Pastrana. Aunque las distancias son enormes, todo este territorio es clave para abrir los caminos de seis departamentos.
Es decir, partiendo de Pradera y Florida se aseguran los caminos por el sur del Tolima, el norte del Cauca, el norte del Huila y la entrada al Caquetá y el Meta. En otras palabras, de oriente a occidente, la conexión hacia los antiguos Territorios Nacionales y la salida al océano Pacífico. Sin duda, la ubicación es estratégica, pero en términos del conflicto armado es también determinante para las Farc en un proceso de negociación. No en vano la antigua zona de distensión estuvo ubicada donde fue.
En un eventual despeje de Pradera y Florida, las Farc necesitan acceso a la zona y caminos por dónde desplazarse a sus anchas cuando concluyan los hipotéticos 45 días de la desmilitarización. No es una zona de mayor producción económica, ni siquiera de alto rendimiento agrícola. Es una región de honor, estratégica tanto para el Gobierno como para la guerrilla. Por eso, las Farc insisten en que sea la sede para negociar la liberación de los secuestrados y por eso el Presidente hoy reiterará por qué no la despeja.
Contrapunteo Gobierno - Farc
2004 Las Farc proponen al Gobierno que la Fuerza pública se retire de los municipios de Florida y Pradera (Valle del Cauca). La intención del grupo insurgente es acercarse a acuerdos humanitarios con la condición de negociar un intercambio de secuestrados por guerrilleros presos.
2006 Álvaro Uribe dijo que estaría dispuesto a facilitar los diálogos en Pradera y Florida, bajo condiciones especiales durante 45 días. Sin embargo, después de la explosión de un carro bomba en Bogotá en octubre, decide suspender los acercamientos.
2007 Antes de la muerte de los once diputados del Valle, Uribe anuncia una excarcelación masiva de guerrilleros por “razones de Estado” y la liberación del ‘Canciller’ de las Farc, Rodrigo Granda. Se reafirma por parte de las Farc la necesidad de despejar Florida y Pradera.
2008 El ex presidente Andrés Pastrana dice que la medida del despeje por 45 días debe ser estudiada y no vista como una hecatombe. También coinciden los ex congresistas Gloria Polanco, Luis Eladio Pérez y Orlando Beltrán. No obstante, Uribe se mantiene en la idea de que no despejará ni Florida ni Pradera.