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Después de ocho años al frente del Servicio Nacional de Aprendizaje, Darío Montoya decidió dejar su cargo a pesar de que el presidente Juan Manuel Santos lo ratificó en la dirección del ente estatal hace poco más de dos meses. Dice haber hecho mucho por la institución, pero advierte que al Sena lo acechan varios peligros, entre ellos, que quede en manos de un “político”.
¿Por qué se va del Sena?
Estuve enfermo hasta hace ocho días con esa decisión. Hace dos años fui un diciembre a la oficina del presidente Uribe y le conté lo que quería hacer cuando me retirara del Sena: una universidad. Ya pensé en el nombre, Escuela Nacional de Ingenieros de Colombia. Sería de ingeniería técnica. Cuando ya se estaba acabando el gobierno volví a hablar con él y me propuso algo que me llamó la atención. Durante este año estuve meditando lo que voy a intentar hacer y tomé la decisión.
¿Quiere ser alcalde de Medellín?
No le puedo contestar esa pregunta. Se la contesto dentro de ocho días.
Todos están hablando de calidad en educación por estos días. ¿Cuál sería su sugerencia para mejorar la enseñanza?
La mejor forma de buscar calidad en la educación es desestructurar lo que hay y estructurar un proceso enfocado en el que aprende y no en el que enseña. En el Sena nos hemos enfocado en entender eso. El maestro tiene que ser bueno, pero lo más importante es entender el papel del muchacho, el aprendizaje en red. Crucial. Nadie aprende solito. Le voy a decir que es calidad de educación para un individuo como yo, de 55 años. Es cuando lo que aprendo se para que sirve. Me parece increíble que sigamos enseñando de la misma manera trigonometría, logaritmos, cálculo diferencial. Un tipo como yo, que se ha dedicado ocho años a ver como tomo esos muchachitos jodidos y les ofrezco una oportunidad, no puede pretender que un niño que se muere de hambre o ya es sicario, lo pueda sentar a aprender logaritmos que no le sirve para nada. Y pregúntele al profesor y tampoco sabe. Hay que entender que todo eso ya está disponible como información, y lo que hay que enseñar es a usar información, que la vuelva conocimiento y soluciones. Esa es la educación de calidad.
¿Pero cuál sería su solución para el problema de calidad en la educación tradicional?
Se lo manifesté el sábado al presidente Santos, en público, le dije que definitivamente no es meter tecnología. Es que haya apropiación de tecnología para un aprendizaje en red. El mito que se debe desbaratar es que aprender virtualmente es de menor calidad que aprender presencialmente. Falso. Es al contrario. Hay que desbaratar el salón de clases. Eso tenía vigencia hace 20 o 30 años, cuando para poder aprender uno tenía que tomar notas en un cuadernito. Y uno lo guardaba porque si se perdía imagínese. Porque a eso nos acostubraron en mi generación.No estoy diciendo que la gente no vuelva al salón de clases, estoy diciendo que el primer tema que tiene que asumir la educación moderna es el aprendizaje en red.
¿Cuántos estudiantes están en aprendizaje virtual en el Sena?
Este año vamos a llegar en programas virtuales solamente a 3,6 millones. Si mira el contador todos los días se inscriben 11.000 en cursos virtuales, que tienen en promedio 60 a 80 horas de duración. Lo que veo es que en el Sena cada vez hay más virtualidad que ‘presencialidad’.
¿Qué cambio planea dar al Sena?
Pienso que Sena va por ruta correcta. El aprendizaje en red me pareció significativo. Este tema no es una teoría mía, es una viviencia en el Sena en miles y miles de muchachos.
El problema con la calidad es que todos creen hacerlo bien. ¿Pero cuáles son los indicadores que lo demuestran?
En el Sena los programas son como una banda continua donde se van montando individuos a aprender. Y se bajan cuando están listos. En un curso tradicional no hay banda, se acaba en un punto. El Sena tiene dos indicadores fundamentales: la empleabilidad y el emprendimiento. Según un estudio que contratamos con Fedesarrollo, la posibilidad de que un egresado del Sena consiga empleo, de mejor calidad y mejor pago que el de otra institución, es del 9 al 20%. En 2001, cuando el Sena era de las instituciones mas regladas, un estudio decía todo lo contrario: que para conseguir empleo es mejor no ir al Sena. Por otra parte, los egresados del Sena están enfocado en tener su propia empresa. Colombia va a tener que entender que el empleo va de la mano algo que yo tengo clarísimo y es una política de creación y fortalecimeinto de proveedores a partir de pequeña y mediana empresa. Hoy la mayor empresa colombiana es Ecopetrol y tiene 20 años de experiencia entendiendo este problema. La ventaja de depender de proveedores es que lo cambia sino le sirve. El Sena lo ha entendido y el foco principal es que el joven en su cabeza deshaga el tema de que se está formando para buscar empleo y piense en crear una empresa.
¿Cómo se están articulando los programas del Sena con las “locomotoras” de las que habló el presidente Santos?
A mi modo de ver el contrato de aprendizaje que usa el Sena tiene que estar en el corazón de los empresarios. No es un favor que le hacen a los jóvenes, es un favor que se hacen ellos de formar a alguien especializado dentro de su empresa.
Usted critica que las universidades no han logrado escuchar a las empresas.
Uno podría decir que hay excepciones, pero el 90% del sistema universitario tiene 50 años de atraso, y no en la calidad de lo que hacen, sino en eso, en entenderse con los empresarios.
¿Por qué no están dispuestos a cambiar?
Porque la educación tiene que ser una respuesta flexible a las necesidades de cada empresa. Pero a la universidad eso no le importa.
Imagine que es un joven saliendo del colegio. ¿En qué pensaría para elegir carrera?
Se lo voy a decir con palabras sentidas y hasta irresponsables. Primero, qué me garantiza más con menos. Porque la promesa cambió. Cuando yo estudié uno estudiaba cinco años y sabía que no tenía que volver a estudiar el resto de la vida laboral. Hoy, la pregunta es cuánto dura lo que aprendí. El problema de la deserción es que es muy largo el proceso de aprendizaje. Un tecnólogo universitario dura tres años. En el Sena el más largo es de dos años. A mí me dicen que estaba acabando con el Sena por eso. Falso. Son muchos mejores que cualquier tecnólogo del sistema universitario. Y lo otro es que yo tengo que seguir estudiando toda la vida y no pueden pretender meterme todo lo que necesito en mi primera fase. Eso sería lo primero que le diría a un joven. Por eso el Sena es la primera opción para la inmensa mayoría.
¿Pero debe haber cosas que todavía no funcionan bien en la entidad?
Claro. Imagínese que no hubiera nada por mejorar. El primer gran problema, me voy a meter en un problema berrraco, es que el Sena es visto en la estructura del Estado como una entidad mas. Entonces, como le parece que tengo 3.800 instructores de carrera. Un tipo de esos puede ser borracho, asesino, acosador, y yo no puedo sacarlo. Y si lo logro sacar a los dos años se vuelve a entrar con algún juez que alguien manejó. El segundo, es que tengo 18.000 instructores de contrato, creo que el sena les paga bien, pero la ley me impide capacitarlos. Yo lo intenté por todos los medios en ocho años y no lo logré, sacar al Sena de la estructura del Estado para que pudiera, por ejemplo, desbaratar el sistema de carrera. El gran temor de todo el mundo, es que cuando llegué el Sena era clientelista a morir. Para entrar a estudiar se necesitaba la recomendación del político. Le juro que me corto la mano si usted encuentra, pero sin trampa, alguien que entró con recomendación. Pero más grave es que los instructores eran el amigo del político local. Hemos montado sistemas pero todavía nos meten goles. Otra cosa es que el Sena debería tener más flexibildad en el manejo de sus recursos. La hemos logrado en alto grado pero necesitamos más. Eso va de la mano de que la maneje gente honrada. Algo que me sigue preocupando es que se piensa que cuando usted es tecnólogo usted es poco importante y es importante si pasa a la universidad. Eso es absurdo. El único país que le paga más a sus tecnólogos en la región es Chile y vea la economía que tiene. EN Alemania el 80 a 85% de la población que se educa es nivel tecnológico. En Colombia es al revés. Y viene un problema para el Sena, porque hay una sociedad, y escritores de este periódico, como Santiago Montenegro, que dicen, que el Sena está atrasado. Escojan una sede y vamos. Eso no lo tiene nadie en el país. Hay algunos atrás porque son más de 300. La red de laboratorios más avanzada del país la tiene el Sena. Yo quisiera que todos vieran que la universidad colombiana no es como los Andes donde tienen 54 laboratorios de ingeniería bien jalados, de los cuales el Sena sólo tiene para envidiar dos, el de asfaltos y el de sísmica, que no son temas para nosotros. De resto todos los tiene el Sena.
¿Y qué debilidades ve en el resto del sistema educativo, por ejemplo la formación media?
Yo diría que en Colombia hay un problema gravísimo y es que nos quedamos con una cosa que sólo existe en el papel: la educación media técnica. Hace 40 años el país fundó los Institutos Nacionales de Educación Media Técnica. No hay nada de eso. Es un engaño.
¿Qué le faltó por hacer?
De lo que me propuse, nada. De verdad. Lo digo de corazón. Tuve el tiempo suficiente, ocho años. Aunque creo que no logré que el país entendiera y conociera mejor el nuevo Sena que lo estaba matando la politiquería y el sindicalismo en exceso.Por otro lado, a mi me parece que hay que conciliar con las universidades. Se lo confieso. Me escriben para que cierre programas. Hoy le estamos quitando matrículas a muchas universidades. Cuando una entidad se da el lujo de tener 500.000 muchachos estudiando a nivel superior, muchos son muchachos que podrían estar pagando una matrícula. En este periódico le dieron mucho juego a unos comentarios de universitarios sobre el papel del Sena. A uno le duele eso. Porque a ellos lo que le interesa es que esos muchachos vayan a engrosar su matrícula. Ahora hay una campaña de las universidades colombianas de que el Sena necesita registro calificado. Ahorita acaba de fallar un documento del Consejo de Estado que dice que el Sena si debería tenerlo pero que se debe reglamentar de otra manera. Porque el Estado reconoce que no puede ser igual a la de las universidades. Ya presenté 16 programas al Ministerio y pasaron derechito. Ahora hay unos 64 en diferentes partes del proceso. Pero me temo que los van a frenar porque las universidades se dieron cuenta que estábamos jugando en la misma arena de ellos, me lo dicen rectores a mi, que se preocupan por la competencia. Lo voy a decir de verraco. Cuando llegué al Sena el porcentaje de cobertura en educación superior era 23%. Hoy está en 35%. ¿Pero dónde estuvo ese aumento de cobertura? En los cupos de educación superior del Sena: 8%. Pero para dejar ratificado que si se podían sumar, duré tres años negociando la forma de evaluarlos. Y le voy a decir porque fue tan duro. El Sena debía medirse con ese estándar. La ley orgánica del Sena dice que si son educación superior aunque no tengan el aval del ministerio. Pero pedía reglas de juego, porque me pedían metros cuadrados de bibliotecas cuando yo las estoy acabando porque tenemos la red de bibliotecas más tenaces del país.
A lo largo de toda la entrevista ha sonado muy crítico con las universidades. ¿Cree que son obsoletas?
¿Le queda alguna duda de que eso es lo que estoy diciendo? Es obsoleto. Las universidades son obsoletas. Llevo ocho años diciendo lo que pienso y lo que pienso lo pienso muy bien. Como director del Sena intenté cambiar mi país, no por tener un puesto.