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El ‘Chapo’ Guzmán tiene muchas caras. Según las autoridades de Estados Unidos es uno de los narcotraficantes más peligrosos del mundo. Para los organismos de seguridad mexicanos es el hombre que doblegó a ese país gracias al poder corruptor de la mafia, y a su capacidad para sembrar el terror por medio de un aparato militar que gobierna enclaves estratégicos en varios estados del país.
Para humildes pobladores de algunas de esas zonas, es, incluso, una especie de Robin Hood, un héroe que fue forzado por el destino a violar las normas y que les da la protección y la ayuda que el Estado no les provee. Suena medio ingenuo, pero así le ven algunos, pese a que Guzmán tiene un prontuario tan extenso y trágico como el que en su momento tuvieron personajes como el mismo Pablo Escobar Gaviria.
De hecho, la reciente captura de Guzmán por parte de las fuerzas de seguridad de México (la tercera) fue posible gracias a otra de sus caras. Una que también comparte con personajes como Escobar: sus irrefrenables deseos por cautivar a las mujeres más hermosas de su entorno. A verdaderas beldades, ya sean de la política, el deporte o, incluso, el espectáculo.
Mucho se había hablado sobre esta faceta de Guzmán, pero apenas este miércoles vino a quedar en evidencia hasta qué punto fue capaz de llegar con tal de estar cerca de una de las divas de la pantalla hispanoamericana. Se trata de Kate del Castillo, la despampanante trigueña de 43 años y 1.65 metros de estatura, que consolidó su fama internacional como actriz al interpretar el rol protagónico en la serie ‘La Reina del Sur’. El esbelto cuerpo que la actriz presumía en cada escena del reconocido culebrón terminó cautivando a Guzmán, a quien Del Castillo ya le había soltado una frase de admiración que causó revuelo en México en 2012, cuando dijo que confiaba más en él que en el Gobierno.
Lo que sucedió de ahí en adelante fue reconstruido por las autoridades mexicanas, que documentaron una serie de correos secretos con abiertas manifestaciones afectivas entre el ‘narco’ y la diva, las cuales ahora la volvieron a poner en el ojo del huracán. “Te cuidaré más que a mis ojos”, escribió él; “me mueve demasiado que me digas que me cuidas, jamás nadie me ha cuidado”, respondió ella. Y el flirteo continuó. Que lo fuera a ver. Que llevara tequila. Que la quiere. Que la admira. Que ella también, pero que no lo puede arriesgar, porque la situación es muy peligrosa. Que llevaría el tequila.
Aún no se sabe hasta dónde se hicieron realidad las promesas y deseos manifestados a través de epístolas electrónicas. Lo que sí es claro es que tanta galantería vía web terminó delatando la posición del mafioso y permitió que le dieran captura. Como en los corridos mexicanos, él está tras las rejas esperando a que se defina su extradición a Estados Unidos, y ella en medio del escándalo en el que muchos le cuestionan la relación con Guzmán.
Pero la historia de los vínculos entre Kate del Castillo y el ‘Chapo’ no es la única entre una estrella del espectáculo y un delincuente internacional, tal como lo demuestran sonados casos del pasado reciente colombiano.
Pablo Escobar, por ejemplo, tuvo amores con Virginia Vallejo, quien en los años 80 fue la presentadora de televisión más famosa del país. Sobre esta relación, documentada incluso en expedientes judiciales sobre la mafia colombiana es mucho lo que se ha escrito. La misma Vallejo escribió un libro que tituló ‘Amando a Pablo, odiando a Escobar’, en el cual se esforzaba por demostrar que siempre estuvo alejada y hasta desconocía las maniobras ilegales de quien en su momento fue considerado el más grande capo de las drogas en el planeta.
Gilberto Rodríguez Orejuela, entonces capo del cartel de Cali, fue capturado en 1994 con un procedimiento al que ahora tiene tras las rejas al ‘Chapo’ Guzmán. El ‘Ajedrecista’ era muy celoso con sus comunicaciones y a las autoridades colombianas les llevó bastante tiempo descifrar sus movimientos a través de la interceptación de llamadas telefónicas, una de las cuales, en abril de 1994 resultó ser para concertar una cita con Marta Lucía Echeverry, exreina nacional de belleza, y quien para entonces ya llevaba 12 años como pareja sentimental del buscado narcotraficante.
En junio de 2013 tuvo lugar otro caso similar. John Fredy Manco Torres, alias ‘El Indio’, un escurridizo delincuente que durante años logró evadir los cercos de la justicia colombiana, y que vivía de manera clandestina en España, fue capturado, según informaron en su momento las autoridades policiales, gracias a que viajó del país ibérico para reunirse en Brasil con la voluptuosa modelo paisa Sara Builes. El caso causó revuelo nacional.
Pero las historias sobre nexos entre famosos e ilegales no se circunscriben a Latinoamérica, y tampoco son exclusivas de tiempos recientes, ni de relaciones sentimentales. Puede tratarse de casos de negocios, o de amistad sincera. De la simple relación por un origen común. El caso de Al Capone, el jefe de la mafia siciliana en Estados Unidos durante la primera mitad del siglo XX, es uno de los más documentados al respecto. En su afán por conquistar el mercado ilegal del whisky sobornó jueces, congresistas y dispuso de la vida de muchas personas, situación que lo volvió enemigo público número 1 de las autoridades de su país, y que sin embargo no lo distanció de una de las figuras más queridas de la historia de Estados Unidos: Frank Sinatra.
El nexo llegó a tal punto que Mario Puzo lo documentó de manera cifrada en ‘El Padrino’, quizá la obra que mejor retrata la historia de las mafias italianas en Norteamérica. Según el libro, Jhonny Fontane era un excelente cantante, con una voz inigualable, profunda, y merecedora de todos los elogios. Sin embargo, sintió que no le era suficiente con el éxito musical y decidió incursionar también en la actuación en Hollywood, campo en el cual resultó no ser tan bueno. No obstante, llegó incluso a conquistar un premio Óscar, para asombro de la crítica internacional. ¿Cómo lo logró? Gracias a los favores de Don Vito Corleone, ‘El Padrino’.
Casos que quedaron en los anales de la historia y que demuestran que, a veces, nada es imposible cuando se trata de relaciones entre estrellas del espectáculo con algunos de los mafiosos más perseguidos del mundo.